(escribe Emilio Hourcade) Si hablamos de la “Ladrillera Soriano Limitada”, mayoritariamente se asociará a esa chimenea que, como mojón en la ruta al venir desde el sur de nuestro país, nos avisa de la cercanía de la ciudad de Mercedes, habiendo quedado en el pasado aquella industria que fuera fuente de trabajo para numerosas familias.
Su historia se inicia el 22 de setiembre de 1950, cuando se coloca la piedra fundamental en ceremonia presenciada por el Ministro de Industrias y Trabajo Dr. Santiago Rompani, quien además hizo uso de la palabra junto al Dr. Gaspar Bianchi que lo hizo en nombre del Directorio de la empresa.
Posteriormente el Escribano Luis Alberto Viera labra el acta de la ceremonia que, junto al acta de fundación de la sociedad, fueron colocadas en un tubo metálico dentro de la piedra fundamental.1
Ubicada en el kilómetro 270 de la ruta 2 y a tan solo 7 kilómetros de Mercedes, la construcción de esta industria comenzó en el año 1950 financiada por capitales locales y consistente en «cuatro cobertizos para secadores de 120 metros por 10, el local de fábrica de 50 por 23 y una chimenea de ladrillo de campo especial, hecho allí, de 40 metros. Actualmente está llegando la maquinaria que se empezará a montar de inmediato e igualmente el grupo generador de energía, trabajo que insumirá algo más de dos meses»2.
También se daba cuenta de que el personal compuesto por quemadores, cortadores, peones, etc., había sido enviado a especializarse en una fábrica de Rocha, anunciándose para mediados de 1951 su próxima puesta en funcionamiento con toda la expectativa que eso generaba, tanto en acabar con la escases de ladrillos que se venía sufriendo, como en lograr una precio más económico y fundamentalmente la generación de empleo: «Como se ve, Mercedes está en vísperas de tener una fuente de trabajo y producción que indudablemente ha de ser factor de progreso social y económico de la zona. Debemos pues felicitar a los hombres de empresa que la integran y muy especialmente a su dinámico propulsor señor Enrique Broggi hijo y al señor Pedro Bruni, que no ha vacilado en aportar una de las mayores sumas integradas». 3
Finalizando el año, el diario “El Radical” en su edición del 28 de diciembre de 1951 daba cuenta que llegaban a su término las obras de construcción de aquella fábrica integrada por 20 accionistas locales, mayoritariamente constructores.
Además de ladrillos, también fabricarían ticholos, tejas, etc., habiendo importado maquinaria directamente de Alemania, por lo que se estaba finalizando con la instalación de las transmisiones del potente motor, como también, la red de vías para la circulación de las vagonetas.
Una vez puesta en funcionamiento, se anunciaba que podría estar produciendo unos 20.000 ladrillos diarios.4
Finalmente, el 19 de mayo de 1952 comienza a funcionar la fábrica, estando conformado su Directorio por; presidente: Enrique Broggi; vicepresidente: Pedro Bruni; secretario: Escribano Luis Viera; Vocales: Marino Nicora, Eduardo Caminada, Mario Urdangarin y Dr. Gaspar Bianchi. 5
Cuatro años después y concretamente a las 3 de la mañana del 20 de mayo de 1956, producto del alta presión en los quemadores, se provoca un incendio que afectó a más de 20 medidas de leña, ocasionando varios daños a la fábrica, ya que, el foguista que estaba trabajando, al darse cuenta del mismo debió salir en bicicleta a pedir auxilio por carecer de otros medios de comunicación, y al llegar los bomberos de Mercedes, por desperfectos de sus equipamientos debieron llamar a la autobomba de Dolores que llegó a las 7 de la mañana, logrando sofocarlo recién al mediodía, luego de que gran parte del techo y paredes se dañaran.6
El mal momento de esta industria provocará que, a principios de la década de 1960 deje de funcionar, hasta que a influjo del nuevo intendente electo don Ruben Taruselli que ejerció el cargo desde el año 1967 hasta su fallecimiento el 29 de noviembre de 1968, se plantea su puesta nuevamente en actividad bajo la órbita de la intendencia.
Eran tiempos en donde nuestro departamento luchaba por el establecimiento de fuentes de mano de obra dando origen al “Comité por el Progreso de Soriano” que bregaba por la instalación del ingenio azucarero (Arinsa) y la construcción de la represa hidroeléctrica de Palmar, en momentos en que Mercedes era subsede de un campeonato mundial de basquetbol y se vivía un creciente clima de violencia en el país, golpeado por la muerte del Presidente de la República General Oscar Gestido, apenas 9 meses después de asumir la primera magistratura.
En ese clima el Intendente Ruben Taruselli, poco tiempo después de asumir y concretamente en abril de 1967, se entrevistaba con el Sr. Enrique Broggi buscando canalizar aquella idea de explotar la ladrillera7, con lo cual no solo daría mano de obra en un departamento en el cual la escases de industrias ha sido una constante, sino que también incentivaría a través de su principal producto que era el ladrillo, la industria de la construcción con toda la mano de obra que generaba y las soluciones habitacionales que brindaba.
Debe destacarse que el ladrillo que se produjo en aquella fábrica en los momentos de actividad, había gozado de muy buena reputación a distintos niveles, siendo un incentivo sumamente importante para apostar nuevamente a ella.
Días después se anuncia que se había llegado a un acuerdo entre la Intendencia y los directivos de la «Ladrillera Soriano Ltda.» firmándose el mismo, siendo representada la empresa por Enrique Broggi, Pedro Bruni, Eduardo Caminada y Eduardo Nicora, haciéndose cargo el gobierno departamental por un año de aquella industria en carácter experimental.8
Firmado el acuerdo, se le solicita a la empresa Cerámicas del Sur que, además de encargarse de la dirección técnica, efectuara una inspección de las instalaciones, resultando que las mismas se encontraban en perfectas condiciones de operatividad.9
La expectativa de la población de Mercedes era tan grande como latente era aún la desilusión e impotencia que se habían generado cuando 8 años atrás había cerrado sus puertas: «Hace algunos años se instaló la “Ladrillera”, gran fábrica de ladrillos de gran capacidad, y a los pocos años se cerró permaneciendo inactiva, porque se confabularon contra ella intereses capitalinos.
Ahora vuelve a la actividad, por iniciativa del Intendente Sr. Taruselli. Podrán trabajar cien obreros y abaratar las obras de construcción de viviendas»10
Transcurre el año 1968 y para agosto se anuncia que se habían elaborado 1000 ladrillos que habían sido pasados a secadores, estando a la espera de técnicos de «Cerámica del Sur» que debían disponer la puesta en marcha en forma definitiva.11
El 23 de setiembre de 1968 se informa en la prensa que 30 trabajadores municipales ya estaban cumpliendo funciones en la «Ladrillera» luego de 8 años de inactividad, siendo en una primera etapa fabricados ladrillos para las obras municipales y fundamentalmente para viviendas que proyectaban levantarse.
Los resultados de aquella apuesta no son los esperados, y pocos años después, el edil nacionalista Ramón Ramos planteará en la Junta lo siguiente: «Ante la inmovilidad total que se aprecia en un compartimento municipal como es la Ladrillera, pido a la Intendencia que informe cuántos ladrillos ha hecho, que contrato tiene y cuánto personal tiene».12
El fin de la década de 1960 y principio de 1970 marcó una floreciente instancia para la industria del ladrillo, teniendo en cuenta la demanda que la construcción del ingenio azucarero ARINSA de Mercedes realizaba
Pasan los años y la Intendencia pierde todo su interés en aquella industria, por lo que ante esta situación entra en liquidación y para el año 1978, se convoca en la prensa a los accionistas a asamblea a realizarse en el local de calle Paysandú y Varela a fin de tratar este tema, siendo los liquidadores el Dr. Homero Imas y el Dr. Jorge Bruni.
Entrevistado el Dr. Bruni manifestará: «Actualmente La Ladrillera está siendo explotada por la Intendencia Municipal de Soriano, la cual señaló -en su momento- por boca del ex Intendente Cnel. Juan Carlos Salaberry su intención de desvincularse contractualmente en razón de que “no resultaba rentable” la explotación de la referida industria. En función de ello, la asamblea realizada en el día de hoy (ayer) resolvió por unanimidad vender la Fábrica.
Como es sabido La Ladrillera está situada sobre ruta 2 a 13 kms. aproximadamente de Mercedes en un predio de unas 29 hectáreas. Su ubicación es, sencillamente, excepcional. Originalmente la fábrica fue prevista para producir 20 mil ladrillos diarios, evidentemente una capacidad productiva que desborda las posibilidades del mercado zonal. Consta de varios sectores, un amplísimo galpón, secaderos, horno enorme, tractor, palas mecánicas, motores, guinches, máquinas distribuidoras de tierra, zorras, 1600 metros de vía, innumerables útiles que tienen que ver con la explotación de la planta, también una plantación de aproximadamente 6 a 7 mil eucaliptus, en otro orden una casa habitación para el cuidador, etc., etc.»13
Finalizando esa nota, el periodista le recuerda al Dr. Bruni cuando en su mejor momento la fábrica daba mano de obra a 100 personas, en contraposición a las 20 personas que trabajaban allí cuando estaba en manos de la intendencia, respondiendo el entrevistado «Mi deseo es que volvieran esas épocas de esplendor, pero en los momentos actuales una cosa son los deseos y otra es la realidad que rompe los ojos».
Las perspectivas no eran halagüeñas y así lo confirmará el destino, dado que el 3 de julio de 1982 la «Ladrillera» cierra sus puertas. La firma propietaria se presentó a disolución y liquidación provocando que medio centenar de operarios pasaran a seguro de paro, provocando profundo dolor y angustia en la población de Mercedes, titulando el diario «Acción»: «Mayor desocupación. Cerró otra industria de Mercedes» e incitando a que las fuerzas vivas de la región se pusieran en movimiento «Soriano no puede morir de brazos cruzados. ¡eso nunca! ¡Jamás!»14
Apenas poco más de una década atrás, la producción de ladrillos de campo y de prensa había alcanzado un momento cumbre ante la demanda que el ingenio azucarero «Arinsa» hacía para su construcción, adquiriendo más de dos millones y medio de ladrillos producidos en los alrededores de Mercedes, y entre los años de 1981 y 1982, tanto «Arinsa», la «Ladrillera» como varios de los hornos particulares ubicados en el ejido de Mercedes, cerrarían sus puertas dando un duro golpe a la economía que repercutió honda y largamente en las familias de la región15.
Pasarían los días y la situación de cierre de la empresa no se modifica, expresando ahora el diario «Acción» lo siguiente: «Nos quedamos sin otra fábrica. Claro, que las fuerzas vivas soslayaron el tema. Importó poco», agregando más adelante «Total… últimamente… ¡no ganamos una!»16
Encontramos en la prensa también que se mencionan los motivos que habrían llevando al cierre de esta industria al decir: «¿Qué ocurrió? Siempre atento a lo que se informó, dos elementos se conjugaron para poner a la industria en difícil situación. Problemas técnicos determinaron muchos gastos con poca productividad durante buen tiempo. Ello derivado de un operario contratado, no de la zona que se entiende idóneo pero que no conocía el manejo de este horno de quema. Ello motivó que, dado un momento, superadas esas dificultades, si bien se producía, lo obtenido por los propietarios solo daba para abonar a empleados y enjugar intereses de compromisos contraídos.
Otra circunstancia adversa lo determinó la recesión en la construcción en Montevideo, donde la planta coloca toda su producción.
¿Qué se produce? Bloques, comúnmente llamados ticholos, rejillón, tabicol, bloques “6”. Paradójicamente no se produce ladrillo, porque no es rentable, dado que lleva mucho tiempo de secado y la planta no tiene tanta capacidad de depósito».17
Llegó así el fin para aquella industria de la cual aún perdura solo su gran chimenea y las paredes de sus galpones, mudos vestigios de la época de esplendor en donde tantos obreros alcanzaban su genuino sustento con el esfuerzo de su trabajo, pero también siendo reflejo de las últimas cuatro décadas en que el abandono ha ido deteriorando paulatinamente sus estructuras de la misma manera que su cierre deterioró la economía de tantas familias, llegando también al fin este trabajo que intentó traer del olvido a la “Ladrillera”, descontando que muchas anécdotas y datos sobre esta industria deben de perdurar aún en la memoria de los mercedarios y gente de la zona.
Referencias:
[1] “El Día”, Mercedes, 26 de setiembre de 1950
2 “Acción”, Mercedes, 24 de julio de 1951
3 “Acción”, Mercedes, 24 de julio de 1951
4 “El Radical”, Mercedes, 28 de diciembre de 1951
5 “El Día”, Mercedes, 19 de mayo de 1952
6 “El Radical”, Mercedes, 22 de mayo de 1956
7 “Acción”, Mercedes, 14 de octubre de 1967
8 “Acción”, Mercedes, 29 de abril de 1967
9 “El Día”, Mercedes, 23 de agosto de 1967
10 “El Día”, Mercedes, 28 de diciembre de 1967
11 “El Día”, Mercedes, 9 de agosto de 1968
12“Acción”, Mercedes, 19 de mayo de 1971
13 “Acción”, Mercedes, 22 de octubre de 1978
14 “Acción”, Mercedes, 30 de julio de 1982
15 “Crónicas”, Mercedes, 19 de agosto de 1982
16 “Acción”, Mercedes, 26 de setiembre de 1982
17“Acción”, Mercedes, 30 de setiembre de 1982
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