Desde hace unos años a esta parte la necesidad de contar con al menos un dispositivo móvil de comunicaciones (celulares), es innegable. En este sentido la oferta supera la demanda y los avances científicos y tecnológicos han permitido que tales aparatos cumplan una variedad casi infinita de funciones debido a la posibilidad de incorporarle, muchas veces en forma gratuita, miles y miles de aplicaciones de uso recreativo, doméstico o profesional.
Ahora, bien hecha la presentación de las virtudes, que permiten ahorrar tiempo, aumentar la productividad y hacer la vida, en ciertos aspectos, más placentera, también hay que mencionar la gran cantidad de tiempo que las personas ocupan en el uso de celulares. Configurando muchas veces un uso problemático del celular, llegando al extremo de la adicción y/o a la fobia a no tener acceso constante al celular, trastorno conocido como Nomofobia
Es por lo anteriormente planteado que la Diputada María Fajardo inició gestiones ante el Ministerio de Salud Pública y otros Organismos, para que se adopten medidas preventivas referidas al uso problemático de dispositivos móviles.
Fajardo se refirió sobre el tema en los siguientes términos: “El tema de las adicciones nos preocupa y activamente participamos en la Comisión Especial de adicciones con distintas propuestas que lo que intentan generar sobre todo es poner en la agenda parlamentaria los temas como el que hoy se plantea. En este caso en particular queremos poner en alerta a las autoridades de la Salud, a las autoridades de la Enseñanza y por su intermedio a la Sociedad toda de los peligros y perjuicios que puede causar el uso problemático de los celulares.
Si bien la adicción a los celulares, en términos médicos, aún no es una categoría diagnosticada, el problema está y es palpable por todos. Es más, los expertos sostienen que esta adicción existe y es similar a la que sufren los adictos a las sustancias o al juego. También, sostienen los expertos, que se encuentran en una zona de mayor vulnerabilidad los adictos al juego y o a las sustancias.
Cuando se empieza a postergar una actividad, cuando se pasa más tiempo de lo habitual consultado aplicaciones, cuando estamos permanentemente preocupados y atentos a los aparatos, cuando nos sentimos ansiosos o angustiados cuando no tenemos acceso a ellos, cuando el uso del celular empieza a interferir con la vida habitual, con las relaciones interpersonales, cuando se falta a responsabilidades, cuando se aleja de su entorno, cuando se tiene problemas en el trabajo y/o estudio, etc. son elementos que nos podrían decir que estamos frente a una situación de un uso problemática del celular. Y perdemos libertad, somos presos de una adicción.
Los niños y adolescentes, dado que están en pleno desarrollo, son poblaciones más vulnerables para el desarrollo de cualquier tipo de adicciones, como por ejemplo la adicción con las tecnologías, por lo que, es en esa edad temprana, que debemos estar alertas y controlar el eventual consumo problemático de tecnologías y/o celular.
Nuestro planteo tiende a concientizar de lo perjudicial de este problema para toda la sociedad y que, desde nuestra posición de autoridades nacionales, adoptemos las medidas que estén a nuestro alcance para contrarrestar los perjuicios que puede ocasionar.
Solicito se remita la presente al M.S.P., al M.E.C. y por su intermedio a todos las A.N.E.P. y a la Comisión Especial de Adicciones.