El mercado laboral uruguayo continúa mostrando una alta proporción de trabajadores con ingresos por el trabajo sumergidos, fenómeno que se agravó desde 2019. El estudio muestra que en 2022 se registraron unos 549.000 ocupados con ingresos inferiores a $25.000 líquidos al mes por 40 horas semanales de trabajo, casi 100.000 más respecto a los 452.000 de 2019. Entre los asalariados, la cantidad de trabajadores con salarios sumergidos menores a $ 25.000 líquidos al mes ascendió a 322.000, unos 55.000 más respecto a los observados en 2019.
Los salarios sumergidos afectan en mayor medida a los jóvenes, a los residentes en el interior del país y a las mujeres. Además, se presentan con mayor intensidad entre los trabajadores privados y entre quienes no cotizan a la seguridad social. Los sectores de actividad más afectados son el servicio doméstico (49%), rural (47%), comercio (44%) y restoranes y hoteles (44%).
Ante una nueva ronda de Consejos de Salarios y atendiendo esta realidad, el país requiere un empuje a la política salarial que a través de la negociación colectiva garantice incrementos reales importantes con un énfasis mayor en el salario mínimo nacional y en las categorías más sumergidas de los diferentes sectores de actividad.
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