En el pleno de la 111ª Conferencia Internacional del Trabajo anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se está desarrollando en Ginebra, del 5 al 16 de junio, delegados de trabajadores, empleadores y gobiernos de los 187 estados miembros de la OIT, tratarán una amplia gama de temas, entre ellos: una transición justa hacia economías sostenibles e inclusivas, aprendizajes de calidad y la protección de los trabajadores.
Allí, el presidente de la FENAPES y representante de la Internacional de la Educación, José Olivera, habló en nombre de 32 millones de trabajadoras y trabajadores de la educación.
En su intervención, Olivera sostuvo que existe "una necesidad urgente de revalorizar la profesión docente". Para ello, indicó, "hay que aumentar la financiación educativa pública, invertir en el profesorado y garantizarle unas condiciones de trabajo decente, con cargas de trabajo manejables y salarios dignos. A su vez, debemos promover y proteger el derecho de cada estudiante a tener docentes cualificados, planes de estudio integrales y a formarse en entornos educativos adecuados. Para alcanzar estos objetivos se hace necesario que la OIT asuma un rol protagónico que garantice, en el marco del diálogo social, la existencia de espacios de participación e incidencia real de las organizaciones sindicales en la construcción de la política educativa pública; así como el respeto y el pleno ejercicio de las libertades sindicales, hoy vulneradas en un número creciente de países".
La letra chica
Olivera detalló que la memoria del Director General "menciona 20 veces la palabra educación, particularmente para resaltar el papel crucial de la educación de calidad a la hora de promover la justicia social", dijo que en el párrafo 66, "se afirma que la participación de los interlocutores sociales es 'crucial para el desarrollo de sistemas de educación y aprendizaje permanente que sean eficaces y equitativos' y en ese sentido, destacó que desde la Internacional de la Educación "compartimos que el diálogo social es clave para forjar sistemas educativos públicos con igualdad y excelencia, y con ello revertir el creciente proceso de privatización y comercio educativo. Sin embargo, nos llama la atención que la palabra 'docente', prácticamente no se menciona en las 31 páginas de la memoria del Director General".
Olivera, ante el pleno de la OIT, sostuvo que "sin docentes no hay educación, y menos aún de calidad. Esto ha quedado demostrado de sobra durante la pandemia. Para alcanzar una educación pública de calidad y acceso universal, se necesita una fuerza de trabajo cualificada, bien remunerada, respetada y con perspectiva de desarrollo profesional".
Volviendo al documento de la memoria, subrayó que "en el párrafo 98 se hace referencia al recién creado Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre la Profesión Docente como: 'otra importante oportunidad para llevar adelante acciones integradas'. La creación de este Grupo fue anunciada durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Transformación de la Educación de 2022. Este primer paso expresa una voluntad política necesaria para dar prioridad a la educación pública, aumentando la financiación educativa e invirtiendo en la profesión docente. Por ello es, sin duda, muy importante el papel que la OIT desempeñe en este Grupo de Expertos de Alto Nivel. Confiamos en que este Grupo de Expertos sea capaz de producir Recomendaciones sobre la Profesión Docente para construir un proyecto educativo con justicia social y climática. En ese sentido, los sindicatos de la enseñanza, a través de la Internacional de la Educación, instan al Director General a prestar especial atención a la situación y a las condiciones de trabajo actuales de docentes y personal de apoyo educativo".
Al respecto, Olivera señaló que "una alarmante y creciente escasez de docentes amenaza el derecho a la educación en todo el mundo. Los índices de renuncia se han disparado, y el número de personas que quieren dedicarse a la enseñanza está disminuyendo drásticamente, haciendo imposible contratar y retener al personal que necesitamos para fortalecer nuestros sistemas educativos públicos en un contexto global de desigualdades extremas".
Por último, mencionó de manera clara y frontal por dónde pasa la solución a la problemática mencionada: "existe una necesidad urgente de revalorizar la profesión docente. Para ello, hay que aumentar la financiación educativa pública, invertir en el profesorado y garantizarle unas condiciones de trabajo decente, con cargas de trabajo manejables y salarios dignos. A su vez, debemos promover y proteger el derecho de cada estudiante a tener docentes cualificados, planes de estudio integrales y a formarse en entornos educativos adecuados. Para alcanzar estos objetivos se hace necesario que la OIT asuma un rol protagónico que garantice, en el marco del diálogo social, la existencia de espacios de participación e incidencia real de las organizaciones sindicales en la construcción de la política educativa pública; así como el respeto y el pleno ejercicio de las libertades sindicales, hoy vulneradas en un número creciente de países", concluyó.