Nilo Patiño es mercedario, integrante de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Durante los años de la dictadura fue uno de los tantos presos políticos que tuvo el Uruguay. Recientemente publicó un libro, en coautoría con el periodista Samuel Blixen, “Intrigas cruzadas. Mafia y Terrorismo en las Fuerzas Armadas”. En diálogo con @gesor Patiño se refirió a esta investigación histórica sobre los delitos económicos cometidos durante el período de facto. Delitos cometidos por las fuerzas represivas, alguno de ellos acompañados o consentidos por civiles que colaboraron con la dictadura y que posteriormente, recuperada la democracia continuaron siendo su actividad pública o política sin rendir cuentas.
Hablábamos con Samuel Blixen, los otros días, sobre este libro y las implicancias que tiene esta investigación que va más allá de los Derechos Humanos, y que tiene que ver con los delitos económicos, perpetradas durante la dictadura. ¿Con qué sorpresas se encontraron en esta investigación?
-“En realidad más que sorpresas son descubrimientos que algunos se conocían a media, estaban nombrados pero no había documentación que los fundamentara y que viéramos el desarrollo y otros nuevos. Entonces ahí has varios aspectos de la parte económica en época de dictadura que de alguna manera el terrorismo de Estado manoteó todo el Estado y manejaba todo. El ejemplo más cercano acá es la Represa de Palmar que fue un gran negociado, no hubo licitación, se le adjudicó a una empresa brasilera Mendez Junior, una represa que iba a salir cerca de 300 millones de dólares, salió más de mil millones de dólares y nunca hubo una investigación profunda.
De eso tenemos muchas cosas, pero hay muchas por qué responder.
En 1985 hubo una serie de denuncias y quedaron todas truncas. Eso se perdió en el tiempo y nadie siguió en esa línea investigando. Hay una explicación que es que la parte económica de la dictadura eran civiles que después siguieron actuando en democracia. Algunos personeros como Pascale (Ricardo), por ejemplo que después fue director del Banco Central (durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti) era el presidente de la Comisión de Palmar. El caso de Davrieux (Ariel) que era parte del equipo económico de la dictadura y después fue de Sanguinetti ( Ariel Davrieux fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto durante los dos períodos de gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti, y el que encabezó el Dr. Jorge Batlle).
Entonces lo cierto es que hay una continuidad en los aspectos económicos de la dictadura y toda la primera etapa de la democracia”.
Siempre se hace hincapié en el tema militar y policial, pero no la responsabilidad civil en la lucha antisubversiva y los otros aspectos de la dictadura.
-“Acá hay hasta asesinatos por cuestiones económicas. Lo de la Caja Policial, por ejemplo. Los que estaban a cargo de la Caja Policial, Ballestrino, Núñez otro más sacan la plata de la Caja Policial se la dan a un prestamista que pone la plata en el circuito y cuando se la piden para reponerla no la tiene. Y desaparece. O sea está asesinado pero no aparece ni el cuerpo. Se conoce el nombre porque incluso a la señora le hicieron firmar un papel que todo lo que tenía a nombre de Soca se lo sacaron para amortizar la deuda que tenía el prestamista.
Entonces en el aspecto económico no es sólo el perjuicio contra el Estado, sino también con particulares. Hay una convivencia que nunca se explicitó y nunca se investigó, entre otras cosas porque hay pocos intereses o porque los intereses chocan con los mismos personajes”.
El discurso repetido es seguimos mirando el pasado, por qué no miramos el futuro. ¿Por qué hay que seguir investigando?
-“Esto es una demostración de por qué hay que seguir. Porque lo que pasó en la Armada, por ejemplo que nosotros lo desarrollamos bastante en este libro en cuanto a ilícitos económicos, a la represión, en cuanto al enfrentamiento de dos fracciones militares, después se continúa. O sea no se puede explicar lo que pasa en la armada posteriormente, incluso hasta hace poco, toda la corrupción que continuó en la Armada si no se entiende cuál fue el principio. Y uno de los principios es que en dictadura tenían la libertad de hacer absolutamente cualquier cosa. Entonces cómo un oficial que viene posteriormente si sabe eso no lo va a hacer, sabiendo que los otros tenían impunidad. Entonces hay una continuidad en los métodos, en la corrupción y en no saldar determinadas cosas.
El otro aspecto es que los militares se siguen manejando de la misma manera que lo hacían en el pasado. Todo lo que es militar está en secreto, dos por tres sale una cosa a flote porque hay alguna denuncia, pero hay mucho más cosas. Eso se tendría que trasparentar en la sociedad, porque no es una cuestión del pasado. Y además ese proceso que vivimos nosotros en dictadura no estamos exentos de volverlo a vivir de otra forma.
Entonces defender la democracia también es dar claridad en estas cosas y hacer la denuncia que haya que hacer sobre cualquier aspecto de la vida del país y del Estado”.