El cáncer de piel es uno de los más comunes en Uruguay y a nivel mundial y se divide en dos subtipos principales, melanoma y no melanoma; el melanoma es el menos frecuente pero el más agresivo.
Aunque a nivel mundial el melanoma constituye el 1 % de los cánceres de piel, causa la mayoría de los fallecimientos; si bien se destaca por su agresividad en etapas avanzadas, existe la posibilidad de curarlo si se lo detecta a tiempo.
Uruguay presenta las tasas más altas de incidencia y mortalidad por melanoma en Latinoamérica (Registro Nacional del Cáncer 2015-2019).En promedio se registraron 269 casos nuevos anuales (139 en varones y 130 en mujeres) y 89 muertes (52 en varones y 37 en mujeres) por esta causa (Registro Nacional del Cáncer 2015-2019), lo que equivale aproximadamente a seis casos nuevos diagnosticados por semana y dos fallecimientos semanales por esta causa.
El melanoma surge a partir de los Melanocitos, células productoras de melanina, el pigmento que determina el color natural de la piel y el cabello, y cuya función es proteger la piel de daños externos como la radiación ultravioleta.
Si bien la gran mayoría de los melanomas son cutáneos (92%), también pueden presentarse de forma extra-cutánea como, por ejemplo, en las mucosas (capas delgadas y húmedas de tejido que recubren superficies como las de los labios).
En los hombres el melanoma se presenta con mayor frecuencia en el tronco (área desde los hombros hasta las caderas), en la cabeza y el cuello, mientras que en las mujeres se presenta más frecuentemente en brazos y piernas; esta distribución se relaciona con las zonas de mayor exposición a radiación UV proveniente del sol para cada sexo.
El daño solar por rayos UV es acumulativo, por lo que no existe el bronceado seguro, sino que el bronceado es la evidencia del daño causado por la radiación ultravioleta que afecta todo el año, incluso los días nublados y ventosos, en los que también hay que tomar las medidas de cuidado.
Un melanoma encontrado a tiempo en etapa precoz, se opera y puede tener posibilidades de cura. Se debe consultar al dermatólogo en caso de encontrar lesiones nuevas en la piel o una ya existente que cambie de tamaño, forma, color o volumen.
Desde el Programa Nacional del Cáncer del MSP se logró incorporar al catálogo de prestaciones del SNIS el procedimiento de ganglio centinela en pacientes con cáncer de piel del tipo melanoma de acuerdo a la Ordenanza Ministerial N°932.
Los principales factores de riesgo para desarrollar melanoma son:
- La exposición a la radiación ultravioleta (rayos UV) sin protección ni cuidado, proveniente del soly de otras fuentes como las camas solares.
- Tener antecedentes personales de quemaduras de sol, sobre todo de la infancia o la adolescencia, o de melanoma.
- Tener un fototipo bajo: la piel clara que se pone pecosa o se quema con facilidad, no se broncea o se broncea mal; ojos azules, verdes o de otro color claro, cabello rojo o rubio. Si bien el riesgo de melanoma aumenta si la persona tiene estas características, cualquiera puede desarrollar melanoma, incluso quienes tienen la piel oscura.
- Tener antecedentesfamiliares de lunares poco comunes (síndrome de nevo atípico) ode melanoma incluyendo los síndromes de predisposición hereditaria al melanoma.
- Tener muchos lunares.
- Tener el sistema inmunitario debilitado.
¿Cómo podemos prevenir un melanoma?
- Evitar el sol directo entre las 10 y 16 horas que es cuando hay mayores radiaciones ultravioletas; disfrutar a la sombra.
- Usar sombrero o gorro, ropa oscura que rechaza los rayos UV (colores como negro, rojo o azul), preferentemente de manga larga, y lentes de sol con ?ltro UV certi?cado.
- Usar protector solar de factor 30 FPS o más, sobre la piel seca 30 minutos antes de exponerse al sol.
- Se debe reponer el filtro solar cada 2 o 3 horas, al salir del agua y después de realizar deportes al aire libre o sudar.
- Nunca exponer directamente al sol a los menores de un año, cuidar a los niños.
- Evitar las camas solares (las cremas autobronceantes están permitidas).
- Revisar la piel. Solo se necesita un espejo y buena luz para detectar lunares sospechosos, incluso en palmas de las manos, plantas de los pies, orejas y cuero cabelludo.