En un encuentro multitudinario, que incluyó espectáculos artísticos, musicales y discursos, se celebró el Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza 1º de Mayo.
Allí estuvo presente el ex presidente José Mujica, junto a Lucía Topolansky, la Intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, y el de Canelones Yamandú Orsi, como también senadores y diputados frenteamplistas. En el acto también estuvo presente el secretario de Presidencia Álvaro Delgado; el ministro de Trabajo, Pablo Mieres; y el Sub Secretario de Ganadería, Ignacio Buffa.
Durante la actividad hicieron uso de la palabra Martín Pereyra, presidente de la Federación de Funcionarios de la Salud Pública; el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala; y Abigail Puig, dirigente de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios, quienes se refirieron a la creciente desigualdad que existe en el país, así como a la pobreza y a la rebaja salarial.
Abdala inició su discurso destacando la huelga de 1973 contra el golpe de Estado y dijo que fue uno de los actos “más gloriosos y más heroicos” de la población trabajadora que se jugó “el trabajo y la vida en defensa de la democracia”.
También habló sobre las soluciones para los problemas de las grandes masas de trabajadores.
“Luchamos por una sociedad sin explotados ni explotadores y por erradicar todos los casos de corrupción que empañan, atentan y pueden debilitar la democracia”, sostuvo.
Su discurso se centró también en la reforma jubilatoria que impulsa este gobierno que, para Abdala, se trata de “un ajuste fiscal encubierto” y remarcó la necesidad de “lograr una distribución de la riqueza que permita construir sociedades más equilibradas e igualitarias”. Aseguró que el proyecto de país del actual gobierno “es la estrategia de la desigualdad”.
“No decimos esto por prejuicio. Intentamos sostener con fundamentos lo que transmite el movimiento obrero. Parten de que hay que promover la actividad de los malla oro porque producirá un derrame que algún día le va a llegar a los trabajadores. Pero no hay políticas activas que apunten a generar trabajo ni a la redistribución de los ingresos y la riqueza”, opinó el presidente de la Central Sindical.
Según informó, desde 2019 hasta 2022, la participación de los asalariados en el PBI se redujo en un 2%, mientras que la participación del capital en el PBI aumentó en la misma proporción, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco Central.
“Eso implica una transferencia abierta de recursos del bolsillo del laburante al bolsillo del capital de más de mil millones de dólares”, denunció.
Agregó que la pobreza creció en estos últimos años y que hay 42 mil pobres más que en 2019, de los cuales “casi un 20% son niños”.
“El PBI creció pero el salario no. Y estamos preocupados también por el ajuste fiscal encubierto que implica la reforma jubilatoria que promueve y acentúa la desigualdad. Al igual que decía Artigas, desde el movimiento sindical movilizado, buscamos que los más infelices sean los más privilegiados”, sostuvo Abdala.
En esa línea, informó que plantearán al sector empresarial, al Poder Ejecutivo y a los trabajadores “la necesidad de un plan de desarrollo de puestos de trabajo de calidad negociados de manera tripartita para generar las opciones de empleo y soluciones para abatir el desempleo estructural, en particular en la gente joven, en las mujeres y en aquellos menos calificados”.
“Para eso se necesita un plan de generación de puestos de trabajo de calidad, con derechos, con reconocimiento, con derecho a la sindicalización, a la formación profesional, con derecho a la seguridad social, abatiendo la informalidad y con acceso a la salud y a la seguridad”, afirmó.
Y remarcó: “Queremos que el trabajo se asocie siempre a la vida y por eso exigimos nuestros derechos y la vigilancia de cómo se trabaja, ya que nadie puede resolver lo que los trabajadores unidos no impulsan”.
Durante su discurso, Abdala criticó la actual reforma de la seguridad social y dijo que “sigue indiferente a que en nuestro país los trabajadores aportan para la jubilación un 15% y el empleador la mitad, un 7,5%”.
“Lo que está en curso es el modelo de la desigualdad, la mano metida en el bolsillo del trabajador. Y consideramos que es un ajuste fiscal encubierto que no cambia la forma de financiación sino que rebaja derechos, aumentando los años de trabajo en el momento que uno está más cansado y desgastado”, sostuvo.
Afirmó que “el movimiento sindical va a dar pelea” por una reforma alternativa “que cambie la financiación, amplíe los derechos y sea sustentable económica y financieramente, pero también humanamente”.
Y adelantó que “no se descarta” ningún tipo de acción para cambiar esa reforma y plantear, desde las herramientas democráticas, “una alternativa como impugnar esta ley” que la definió como “nefasta”. “Será discutido cuando tengamos los elementos técnicos”, advirtió y agregó que según las últimas encuestas “más del 54% de la población está en contra de esta reforma de la seguridad social”.
Abdala destacó la necesidad de “abatir la desigualdad” y propuso para ello “un aumento general de los salarios de la población trabajadora, que no solo recupere las pérdidas, sino que ponga a tono los salarios con el PBI y preste atención a los salarios más sumergidos que no dan para vivir”.
“Planteamos, en la actual revolución tecnológica, electrónica, robótica, de automatización, de inteligencia artificial, que el Parlamento tome en cuenta estos temas que va a trastocar el trabajo”.
E indicó que la ley del trabajo “requiere de renovación ya que data de 1912”, y propuso “la necesidad de la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario”.
“Estamos quedando atrasados, no solo a nivel de Europa sino también de la región. Trabajaremos para que el centro, en vez de ser la acumulación de capital, sea el ser humano”, consideró el presidente.
Por otro lado, propuso partidas especiales con el objetivo de erradicar la pobreza y una nueva reforma tributaria “que grave más al gran capital y que permita redistribuir la riqueza y profundizar la democracia”, al mismo tiempo de generar “un programa de desarrollo productivo y un fortalecimiento de las empresas y entes públicos”.
“Hay que encontrar salidas de este modelo de la desigualdad por la vía de un plan de generación de puestos de trabajo de calidad, por la vía de atender a la pobreza, de generar viviendas para los sectores más desposeídos y de mejorar el salario real de los trabajadores y por tanto las jubilaciones y apuntar a la reducción de la jornada de trabajo en procesos de lucha, que va a estar desarrollando el movimiento sindical en estos momentos”, adelantó el presidente de la central sindical.