(escribe Aldo Roque Difilippo) A los 78 años falleció Roberto Sari Torres, escritor e investigador doloreño, apasionado de la historia local y comprometido con la realidad político social de su ciudad y de su tiempo. Nos conocimos cerca de 1990 cuando junto a un grupo de escritores y periodistas doloreños publicaban “Tiempos del San Salvador” una suerte de semanario de prosa cuasi surrealista, irrepetible por los temas que abordaba. Y continuamos cultivando esa amistad, que para Sari (casi nadie lo llamaba Roberto) era desinteresada en su sentido más estricto, quizá más ortodoxo como su pensamiento marxista del cual ni renegaba ni claudicaba.
Amistad que siguió en el correr de los años, y las décadas, aunque para Sari parecían no pasar, porque seguía utilizando el teléfono fijo para comunicarse, la máquina de escribir, de las cuales desbarató varias por el intenso ajetreo a las que sometía, y cuando su físico ya no se lo permitió a largas cartas manuscritas en una letra despareja y vigorosa.
Sus libros
En 1997 Roberto Sari Torres publicó “Cuento vivo” tras ganar el concurso organizado por la Comisión de Amigos de la Biblioteca Eusebio Giménez, y la Intendencia Municipal de Soriano; libro que fue reeditado en Sydney - Australia en 2004. Pero ya había obtenido varios premios nacionales e internacionales, publicando dos libros que rescataron los orígenes históricos de la ciudad en la que nació y vivió casi toda su vida: “Génesis de un pueblo” y “Fue una vez San Salvador”, investigaciones históricas que sentaron las bases para dar en 2007 con los restos del primitivo asentamiento humano del “Espinillo” origen de la ciudad de Dolores. Publicando también en 2005 una interesante investigación “Desde la Enseñanza más antigua en Soriano a la Educación Popular de José Pedro Varela”. Le siguieron “Centenario del Dolores Foot-ball Club y otros cuentos” (2008), “Combate de Paso Morlán: urdimbre histórica de la épica gesta”, “Cuentos viajeros” (2015), “1527: el Fuerte de San Salvador” (2017); entre otros.
Sus pasiones
Sari entendía la creación literaria desde lo social, desde el hombre con los pies en la tierra; y no podía entenderla de otra manera si su propia existencia fue eso, el batallar por las causas populares sin medir el costo o el riesgo. Y entendía la historia, otra de sus pasiones, desde ese mismo lugar. “La historia no es puro cuento” escribió Sari Torres. “No es una lista de fechas y sucesos. Es más que eso. Es la apreciación de una totalidad y como su resultado y valoración pertenece al porvenir de los acontecimientos, se impone la obligación de tener una opinión dialéctica y una conclusión sobre las consecuencias materiales y filosóficas (de la historia) impactando – para bien o para mal- sobre las realidades en la que debieron (y cómo) vivir los que nos precedieron”.
El origen del pueblo
Un hecho poco valorado por los sorianenses son las investigaciones históricas realizadas por Sari Torres, especialmente la que desencadenó en la confirmación del sitio geográfico donde se fundó la actual ciudad de Dolores.
En 2007 arqueólogos de Udelar certificaron que los restos hallados pertenecían al núcleo fundacional de Dolores. Una década antes Roberto Sari Torres adelantó, en un par de libros, que el primitivo pueblo que dio origen a la actual ciudad de Dolores podría ubicarse en la zona delimitada por el antiguo Camino Real, el Camino del Medio y la Ruta 21, distante apenas a unos 13 kilómetros de la actual ciudad de Dolores.
Cuando el arqueólogo Antonio Lezama, integrante del departamento de Arqueología de la Facultad de Humanidades, dio con restos de ladrillos, cerámica, clavos de hierro, huesos e incluso cerámica indígena, terminó demostrando esa aseveración, y que la presencia indígena convivía con la criolla en aquel antiguo poblado de esta zona del Uruguay.
El pueblo que surgió junto al arroyo Espinillo, tomó el nombre de su virgen patrona (Nuestra Señora de los Dolores del Espinillo). Tuvo dos mudanzas antes de ser autorizado por el Virrey de España a trasladarse a su ubicación definitiva, en la margen izquierda del río San Salvador. Esas mudanzas no contaron con el consenso unánime de sus pobladores, y dieron lugar a complejos y prolongados litigios a los que puso fin el virrey en 1799 a través de un decreto.
Los documentos reunidos inicialmente por el periodista y escritor Arturo Madrid Lindsay tras una investigación realizada en la biblioteca de la municipalidad de Buenos Aires, y el posterior trabajo de interpretación y entrecruzamiento de datos realizado por Roberto Sari Torres permitieron arrojar luz sobre la ubicación del primitivo pueblo Espinillo, originario de la ciudad de Dolores.
Las dos investigaciones publicadas por Sari Torres (1998 y 2001), apuntaron a que el primitivo pueblo que dio origen a Dolores se ubicaba precisamente en el territorio delimitado por el camino del Medio, el antiguo Camino Real y la actual Ruta 21. Un hecho que para Sari Torres no admitía otra interpretación. En 2007 a propósito de esos hallazgos lo entrevistamos expresando que esa confirmación “me conmovió sinceramente” ya que significa “recuperar el ADN de nuestro pueblo”.
A modo de recuerdo compartimos una entrevista que le realizamos en el año 2011 sobre su vida y peripecias como prisionero de la pasada dictadura: Lo que no borra la ley...