REVISTA DIGITAL “SORIANO FLUVIAL” N° 19
Se publicó la edición N° 19 de la Revista Digital “Soriano Fluvial” a la cual se puede acceder mediante el siguiente enlace:
http://sorianofluvial.blogspot.com/p/revistas-publicadas.html
En esta oportunidad, los temas que aborda son los siguientes:
- ¿QUIÉN FUE EL CAPITÁN ÁNGEL FAUSTINO GIMÉNEZ PANIAGUA? – Su placa en el Muelle de Villa Soriano
- EDWARD ALLCARD - El legendario navegante solitario llega al Río Negro
- PAYLEBOT “LA CONSTANCIA” - De su actividad de cabotaje a ser la sede flotante del Club Náutico Dolores
- SALVADOR TORRES - «El viejo Pescadilla»
- LA LANCHA «ASENCIO» - Embarcación de la Jefatura de Policía de Soriano
- EL YATE «ALFÉREZ CÁMPORA» - Su llegada al Río Negro en el año 1963
A continuación reproducimos uno de esos interesantes artículos de investigación realizado por Emilio Hourcade.
LA LANCHA «ASENCIO»
Embarcación de la Jefatura de Policía de Soriano
El primer vehículo que no fue de tracción a sangre con que contó la Jefatura de Policía de Soriano fue una embarcación y respondió a tiempos en que las carreteras no estaban construidas y eran solo precarios caminos, siendo por lo tanto el transporte fluvial el que mayor capacidad de carga y desplazamiento mostraba. En ese sentido, y ya en los inicios del Siglo XX, se anuncia que el Gobierno Nacional había adquirido una embarcación para la Jefatura de Soriano, y que «en homenaje al sitio histórico del departamento de Soriano donde se dio el primer grito de independencia, el gobierno ha resuelto que se dé el nombre de “Asencio” a la lancha “Biguá” que se compró». 1
Pocos días después, trasciende la noticia de su inminente envío a Soriano: «Sabemos que el viernes de madrugada sale de Montevideo conducida por el vapor “Chapicuy” la lancha “Asencio”, destinada al servicio de la Jefatura Política del Departamento». 2
Finalmente, el 4 de mayo de 1908 llega a Mercedes dando cuenta la prensa que la misma funcionaba a gasolina y que reunía un gran número de comodidades, pero sospechando que «nuestro jefe político la utilizará muy poco en la vigilancia policial del río, dedicándola en cambio a alegres paseos fluviales» 3
La idea de que esta nueva adquisición fuera mal utilizada ya se insinuaba y pocos días después, el siguiente artículo persiste en la misma dirección: «Ayer, con motivo de ser feriado, el señor Ricardo Pérez Vila, oficial 1º de la Jefatura, creyó del caso realizar una excursión por el pintoresco Hum y al efecto invitó algunos amigos ofreciéndoles momentos de solaz esparcimiento con cargo al rubro de eventuales de la Jefatura. Es excesivamente curiosa, la forma en que los señores jefaturiales han interpretado los fines a que vino destinada dicha lancha. Esos señores han entendido que el superior gobierno les ha mandado la “Asencio” para que, en los paréntesis que hacen a sus abrumadoras tareas, se proporcionen momentos de distracción, matando penas y alejando negros remordimientos: negros, como la noche eterna!! Ellos se dirán: la ocasión la pintan calva... y siga la danza que la pitanza es buena y siempre algo se guadaña!! Un lobo de mar». 4
Fuera de aquellas críticas, la presencia de la embarcación comenzaba a dar sus frutos, y así se anuncia en 1909 la captura junto al vapor «Bequeló» de la Aduana, de una nave intentando introducir contrabando en la Boca del Yaguarí 5, como también que había sido nombrado para hacerse cargo de la embarcación el Sr. Antonio Nava, funcionario hasta ese momento de la Aduana.6
Su actividad transcurrirá en tareas de vigilancia, socorro a los isleños en épocas de inundaciones, y transporte de autoridades policiales en distintas comisiones, siendo recordada su participación en las investigaciones efectuadas a raíz del triple crimen ocurrido a principios de 1920 y al cual le hemos dedicado un libro titulado «¿El triple crimen de la isla del Infante?», publicado en el mes de enero de 2020 al cumplirse los 100 años de aquel suceso y cuyo avance puede apreciarse en el siguiente link: http://sorianofluvial.blogspot.com/p/el-triplecrimen-de-la-isla-del-infante.htm.
Es de destacar también que, por aquellos años, se vio involucrada su tripulación en el accidente sufrido por dos guardias aduaneros de Asencio, cuando esta embarcación llevó sus relevos y se negó a esperarlos para traerlos a Mercedes, viniéndose estos a remo y sufriendo un siniestro fatal en su trayecto. El 13 de abril de 1924, transporta al Teniente General Pablo Galarza y familia desde Rincón de la Higuera (próximo a Villa Soriano) hasta Mercedes7, pero avanzada la década de 1920 la lancha sufre un grave desperfecto en su motor que la deja inmovilizada un tiempo, manifestando el Receptor de Aduana don Alfredo Larrey en nota enviada el 26 de octubre de 1927 al director del diario «El Día» lo siguiente: «La Jefatura no dispone de embarcación alguna para ejercer ni la más mínima vigilancia en el río. Tiene la lancha “Asencio” inmovilizada desde hace años, por la falta de motor. Sería absolutamente necesario y urgente que se le dotase de un motor nuevo, que no puede costar una exorbitancia, dado que el casco y demás obra está en perfecto estado. A nuestro juicio, la Jefatura de Policía debe insistir en sus gestiones ante el Ministerio del Interior para que le proporcione un elemento tan necesario como es una lancha a motor, si quiere realizar, aunque sea medianamente, cierta vigilancia en tan dilatadas costas, quizás más de 60 leguas, como tiene el Departamento». 8
Llevando más de 2 o 3 años parada, pero con su tripulación cobrando el presupuesto mensual, surgirán reiteradas críticas de la prensa hasta que recién para 1929 se tienen noticias de las reparaciones que se le venían efectuando: «Hemos podido apreciar todo lo nuevo que en el varadero del Sr. Pablo Bonifachini, se le acaba de hacer a la lancha “Asencio” que actualmente dispone la Jefatura de Policía. Con la reforma y cambio de maderas que ha sufrido la citada embarcación, quedará por mucho tiempo en buenas condiciones para navegar y hemos podido apreciar también, que su patrón don José Cherizola al que también se le podría llamar el buzo del río Negro y Uruguay, está terminando con la prolijidad que lo caracteriza, de darle al casco y casillas las pinturas en la parte exterior. La “Asencio”, nave con bastante comodidad y apropiada para hacer navegación en todo tiempo, espera ahora nada más que su nuevo motor para surcar otra vez como en sus mejores épocas las mansas aguas de nuestro Hum que tantas veces las acariciara. Sería de desear que se le coloque a la “Asencio” lo antes posible su nueva máquina, que ya fue autorizada su adquisición por el Ministerio respectivo, pues las embarcaciones a pesar del mucho cuidado que se les tenga es necesario moverlas para su mejora conservación». 9
Se le hacen las reparaciones, se le coloca un nuevo motor y vuelve a la actividad para principios de la década de 1930, participando en una batida llevada a cabo por la policía en las islas del Sauzal, Las Tropas, del Austríaco y de La China. 10
Para el año 1935 se anuncia el alejamiento de Antonio Clemente Entenza, Encargado de la lancha «Asencio» y de su patrón José Cherizola, titulando la prensa «Se Alejan Dos Lobos de Río» 11, por lo que habían significado sus trayectorias en la navegación del Río Negro.
ANTONIO CLEMENTE ENTENZA RIVAS Había nacido el 23 de noviembre de 1882 en Mercedes, hijo de José Entenza y Josefa Rivas. De profesión mecánico y marinero era un amplio conocedor del Río Negro. «Vivió buena parte de su vida embarcado y sabe todo de la navegación a vela como del secreto de los motores.
Verdaderas proezas, conduciendo a largas distancias débiles barquichuelos a vela, en pleno temporal, acreditan su capacidad marinera. Con Entenza y Cherizola en la “Asencio”, se podía ir a cualquier lado, fuera cual fuera el estado del tiempo, con plena seguridad». 12
JOSE CHERIZOLA «Pío Nono, como cariñosamente se le llama al señor Cherizola, es un viejo lobo de río, que conoce mucho mejor que las palmas de sus manos todas las rutas fluviales de esta zona, tanto en el Negro, como en el San Salvador, como en el Uruguay. Para Pío Nono los ríos citados no tienen secretos ni de altos ni de bajos, ni de canales oficiales ni secretos, ni de bocas falsas o reales en los deltas. Para él, está demás el balizamiento. Con buen o con mal tiempo Pío Nono puede conducir con los ojos vendados una embarcación por esos ríos, sin temor a encallar ni a perder el rumbo». 13
José Cherizola fallece el 13 de octubre de 1937, momento en que la prensa vuelve a destacar su labor y conocimiento del río después de haberlo navegado durante 40 años, agregando algunas particularidades que adornaban su personalidad: «De carácter afable, risueño, bondadoso y pintoresco, don José Cerizola o Cherizola contaba con la unánime simpatía de cuantos actúan en el ambiente de las actividades fluviales y, como funcionario del Estado, contó siempre en todo momento, con la confianza y el aprecio de sus superiores. Hace pocos años Cerizola se había acogido a los beneficios de la jubilación, como Patrón de la lancha “Asencio”, de la Jefatura de Policía y al poco tiempo se enfermó del terrible mal que terminó con su existencia». 14
Volviendo a la historia de la lancha «Asencio», en los primeros días del mes de marzo de 1944, un trágico suceso marcará el fin de su existencia, cuando el día 3 de aquel mes y en momentos en que viajaba desde Mercedes a la Isla del Infante, se incendia: «Ayer, siendo aproximadamente la hora 7 y 15, mientras en la lancha “Asencio” propiedad de la Jefatura de Policía de Soriano viajaba con destino a la Isla del Infante a efectos de realizar una diligencia ordenada por la superioridad, el señor Sub Jefe de Policía don Eliseo B. Olasagastti, que iba a cargo de la Comisión, el Comisario don Ramón Torres, Escribiente don Juan Salvador Peñalva, Sargentos Luis Acosta y José Muela, Guardia Civil Julio E. Vique, chofer y práctico de la Lancha “Asencio” Sres. Cirilo Bussón y José Alonso Ruiz, al llegar frente a la isla “Pichón”, distante unos 6 kilómetros de esta ciudad, habiendo navegado ya por espacio de media hora, debido a una fuerte explosión tomó fuego la cabina de la embarcación, no pudiendo los ocupantes, a pesar de sus múltiples esfuerzos realizados, sofocar el fuego que tomó incremento extendiéndose hacia las demás partes de la lancha y explotando el tanque de la nafta. Todos los ocupantes lograron salvarse en una pequeña chalana que llevaba a remolque, siendo momentos después socorridos por empleados de la draga del Ministerio de Obras Públicas que se encontraba trabajando a unas 20 cuadras del lugar donde ocurrió el accidente, siendo trasladados los ocho náufragos en un vapor de la misma hasta la ciudad habiendo resultado todos ilesos. Las perdidas no han sido avaluadas aún. El personal superior siguió su viaje en automóvil en la tarde de ayer habiendo regresado anoche a esta». 15
La destrucción de la nave fue total, quedando solo el casco de cobre que fue embarrancado en la costa del río, finalizando así 36 años de servicio en nuestros ríos, con un período de paralización de actividades desde mediados de la década del 20, hasta que se le hizo motor nuevamente en el año 1929, habiendo participado en innumerables viajes de servicio, otros prestando servicios a quienes lo necesitaban y en algunas ocasiones, sumándose a las actividades recreativas que la sociedad de Mercedes organizaba.
REFERENCIAS
1 “El Día”, Mercedes, 19 de marzo de 1908
2 “El Diario”, Mercedes, 30 de abril de 1908
3 “El Día”, Mercedes, 4 de mayo de 1908
4 “El Día”, Mercedes, 19 de junio de 1908
5 “El Diario”, Mercedes, 4 de febrero de 1909
6 “El Día”, Mercedes, 3 de marzo de 1909
7 Libro de Partes Diarios de la Sub Receptoría de Aduana de Soriano – Año 1924
8 “El Día”, Mercedes, 26 de octubre de 1927
9 “La Voz de Soriano”, Mercedes, 20 de noviembre de 1929
10 “El Día”, Mercedes, 15 de julio de 1935
11 “El Día”, Mercedes, 10 de noviembre de 1935
12 “El Día”, Mercedes, 10 de noviembre de 1935
13 “El Día”, Mercedes, 10 de noviembre de 1935
14 “El Día”, Mercedes, 13 de octubre de 1937
15 “Acción”, Mercedes, 4 de marzo de 1944