En las cuerdas de un dúo de guitarras un tango arrabalero murmura en la madrugada, recostada al mostrador.
Noche de tragos, vicios y timba.
Donde la bohemia no tiene ni dios ni patrón.
La palma de la mano cubre a medias tus labios y el grito ronco de "arriba la gente del Bajo" junto al perro "Perfecto" atrás del arco, pegado al alambrado te quiere ver campeón.
Rancho de lata, piso de tierra, un suculento guiso en la olla negra y arriba de la mesa la solidaridad.
Carpeteando las estrellas y orejeando la luna, una guiñada a la mina que espera en la esquina y la sonrisa al malandro que pasa silbando con un cigarro entre los dedos y la otra mano en el bolsillo vacío del pantalón.
Este es el escenario de la vida de un tipo de apellido Pezzoli, que todos llaman de "Pocho Mal hombre".
Noches sin fin en bares de casín.
Lealtad al amigo con códigos y principios, donde la Justicia y la Policía pide permiso para entrar.
Abrazos, cantos y gritos en la sede de Los Colores y el consejo al botija que piensa que es crack.
Quien anota en el pizarrón los tantos que su vida le ganó a las noches.
Quien cuenta las estrellas que "Mal hombre" se gastó en las madrugadas.
Que "Mal hombre" puede ser un hombre que con la plata de la timba, la gasta en alimentos para compartir con los que no tienen un plato de comida.
¿Cómo se describe un parroquiano así?
Leyenda de un hombre de la noche, o un hombre leyenda de barrio.
Con su sombrero negro inclinado, con las manos en los bolsillos y la voz ronca gritando "arriba la gente del Bajo" se fue esta mañana "Pocho Mal hombre" Pezzoli.
Andariego de los arrabales del cielo la leyenda del Palo Alto seguirá leal a los códigos y principios de un hombre del Bajo.
Y en la mesa de un casín cualquiera, antes de jugar, siempre habrá un bohemio haciéndole una guiñada al anotador.
Como esa guiñada que le hizo siempre a la vida, ese tipo solidario que la gente lo apodó de "Mal hombre".
Por eso esta noche en el mostrador del cielo, un dúo de guitarras te recibirá con un tango arrabalero…
Artigas Osores