
(Escribe prof. Alejandro Carreño T.) Tres carabineros asesinados en 23 días. Un récor difícil de encontrar en cualquier país democrático. Pero Chile vive una realidad diferente en la que todo es posible, incluso que los carabineros sean blancos callejeros de delincuentes nacionales y extranjeros, como si se tratasen de patos de juegos de plaza. Perseguidos en las calles, denostados, entre otros, por quienes hoy gobiernan, desde el Presidente Boric hasta ministros y subsecretarios quienes, durante el estallido delincuencial de octubre de 2019 y los años siguientes, que destruyó Chile, no han hecho más que insultarlos y desprestigiarlos ante la opinión pública.
Incluso ahora, las ministras Carolina Tohá, del Interior y Camila Vallejo, Vocera de Gobierno, los llamaron “gatillo fácil”. Un insulto imperdonable sobre el cadáver de tres mártires asesinados por el “gatillo fácil” de los delincuentes, nacionales y extranjeros, inmigrantes ilegales, que han visto en Chile el paraíso para cometer sus fechorías. Porque aquí, para estos políticos y para jueces y fiscales ideologizados, “octubristas”, el delincuente no es culpable, sino víctima del sistema capitalista, injusto y discriminatorio que los conduce al crimen. Está cincelado en su ADN: parten del principio que el delincuente es inocente y el carabinero es culpable.
Los ejemplos podrían multiplicarse por cientos, pero basta con estos: el diputado Gabriel Boric quería orinar en un casco militar y denostaba a Carabineros, Camila Vallejo hablaba de una “policía política, q tortura y le arranca los ojos al pueblo, pero protege a los fascistas matones q marchan x el Rechazo” (tuit del 8 de marzo de 2020), y la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, los llamaba de “pacos rasos” y pedía la refundación de la institución, que debía “acabarse”, que ya “era”, que “no tiene vuelta” (tuit del 16 de noviembre de 2019). Y el ministro de Economía, Nicolás Grau: “Pacos asesinos. El pueblo tiene todo el derecho a odiarles” (tuit del 5 de febrero de 2021).
En cuanto al poder judicial, sobra con esta joyita de “probidad”, fanatismo y estupidez: “El Poder Judicial chileno es una institución históricamente construida para dominar y reprimir a los pueblos y naciones en Latinoamérica. El resultado es una justicia autoritaria, colonialista, racista, heteropatriarcal, machista y clasista”. Y necesitamos todes hacernos cargo de esto” (Daniel David Urrutia Laubreaux, Juez del 7° Tribunal Penal de Garantía de Santiago. Fuente: Investigaciones El Líbero. Presentación de la periodista Daniela Bas Ausin, https://www.youtube.com/watch?v=hQElbUm2RwI). De hecho, fue suspendido de su cargo por liberar de oficio en marzo de 2020 a imputados de la primera línea. Su argumento fue “que se podían contagiar de coronavirus”.
¿Es posible imaginarse una justicia transparente, despojada de cualquier sesgo ideológico, aplicada a Carabineros, con esta realidad jurídica y política que conviven en el Estado? Con razón, Marly Victoriano, la viuda del cabo Alex Salazar, el primero de esta trilogía de asesinatos repudiables en 23 días, enfrentó al Presidente Boric: “Yo no creo en este gobierno. Los mismos políticos que hoy día nos gobiernan son los mismos que hace años atrás avalaban la violencia. Conseguirlo todo a través de la violencia. Yo no confío en el gobierno. Él no está de presidente ahí para hacer la marioneta del resto. Si él es el presidente que se ponga los pantalones”.
La metáfora de los pantalones recorrió Chile y se hizo símbolo de la desidia del Gobierno para enfrentar la criminalidad. El asesinato de la sargento Rita Olivares el 26 de marzo, doce días después del primer crimen, dio inicio a una nueva comedia por parte de La Moneda. Rostros compungidos entregando condolencias en las que nadie cree, pues estos rostros son los mismos que desde el estallido delincuencial de octubre de 2019, denostaron y ningunearon (término mistraliano) a Carabineros y pedían a gritos el fin de la Institución. Y las autoridades se vistieron con sus ropas de comediantes.
Una semana después fue asesinado el carabinero Daniel Palma Yáñez. La sociedad se desbordó de rabia e impotencia. Tres carabineros en 23 días y estamos recién a 10 de abril. El año pasado murieron tres carabineros asesinados. Pero ahora, la comedia humana provocó profundo malestar en la sociedad. La foto del Presidente Boric arrodillado frente a la madre del carabinero Palma, abrazándola, en cuanto la mujer permanecía con sus brazos sobre sus propias piernas, y la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, que recién había insultado a Carabineros llamándolos de “gatillo fácil”, de negro intenso, abrazando a otro deudo, dibujaban una patética escena.
La seguridad pública se le fue de las manos a este Gobierno, cuyo ADN está unido al delincuente, porque entiende que el delincuente es una víctima del sistema opresor, neoliberal, en cuanto el carabinero es el ejecutor de ese sistema opresor. Por eso, La Moneda no es creíble ni en sus dichos ni en sus acciones. Asiste a velorios de mártires a llorar lágrimas de cocodrilo para luego hablar de “gatillo fácil” y dudar de la honestidad profesional de la policía. La señora Marly Victoriano tiene toda la razón: “Yo no soy persona de estar enviando mensaje, a mí me gusta decir las cosas de frente y supongo que el Presidente tiene los pantalones para venir y decirme lo que piensa acá”.
Siete carabineros asesinados el año 2022, entre el 5 de mayo y el 11 de octubre. Y 942 agredidos entre enero y octubre (Fuente: Pauta del sábado 15 de octubre de 2022). Este año 2023, a los tres carabineros asesinados, le sumamos 891 agredidos en solo tres meses (Fuente: La Tercera del 14 de marzo de 2023).
¿Habrá encontrado los pantalones el Presidente?
Así como están las cosas en Chile, parece que tendremos que verlo solo en calzoncillos.