“En Soriano en este momento tenemos dos familias amigas nada más, tuvimos algunos más en algún momento, pero bueno, la apuesta es que para este fin de año podemos tener el 100% de los niños, niñas y adolescentes que viven hoy en residencia aquí en este departamento, en familias amigas, porque felizmente son muy pocos los niños que están en residencia y sería muy bueno que todos pudieran vivir en familia” expresó la Lic. Norma Lemes, Unidad Programática de Acogimiento Familiar de INAU.
Como oportunamente informáramos INAU relanzó en Soriano el programa Familia Amiga. En diálogo con @gesor la Lic. Lemes agregó “tenemos el padrón de entre 8 y 10 chiquilines en cada una de las residencias” quienes “seguramente pueden estar al cuidado de otra familia, mientras su familia de origen se va fortaleciendo. Ellos van creciendo en esta familia que les presta ese lugar”.
Más allá de lo económico, ¿qué perfil debe reunir la familia? ¿Tiene que tener hijos propios, tiene que tener algunas condiciones especiales para darle acogimiento a estos niños?
-“Puede ser desde una familia monoparental, una persona sola, una pareja con o sin hijos, o con una familia ampliada, puede vivir un abuelo, una abuela en la casa; es decir, pueden ser familias más grandes. Tiene que tener las condiciones de cuidado para niños, niñas y adolescentes, por eso hay una preparación, una valoración, que son alrededor de 5 entrevistas. Puede ser una semana, un mes, un mes y medio, una familia puede terminar siendo valorada. Si tiene la idoneidad para ser una familia, va a ser nombrada como tal, se hace una postulación, el directorio del Instituto aprueba por resolución la conformación de esa familia y queda vinculado al Estado para poder darle la respuesta a los niños. Es una cuestión contractual, o sea, se firma un convenio donde la familia acepta determinadas obligaciones, tiene también sus derechos, y bueno, empieza a despeñarse como tal. Una de las cuestiones que tiene que tener es, todos los miembros de la familia tienen que estar de acuerdo en que su familia se va a agrandar con la integración de los niños, niñas o adolescentes que sean acogidos y estar dispuestos a recibir en su domicilio el seguimiento de los trabajadores, psicólogos, educadores sociales, el equipo de seguimiento que va a estar acompañando, orientando, apoyando y sosteniendo el tiempo que el niño se encuentra en esa familia”.
Hoy en día se están registrando muchos hechos de violencia y hechos desgraciados hacia los niños, ¿Cómo poder activar los mecanismos para prevenir esas posibles situaciones?
-“El instituto acaba de aprobar una guía de acompañamiento y seguimiento para el acogimiento familiar. Entre otras cosas, además de disponer la forma cómo se hace, también tenemos una tabla de ratio, es decir, cada cuánto es lo deseable que un equipo de seguimiento concurra a domicilio, no siempre con aviso. Se va con aviso, y se va sin aviso. También se tiene a los niños en entrevistas solos y solas. Los consejeros y trabajadores sociales, los referentes de la familia que muchas veces pueden ser educadores sociales, están a cargo de estar con la familia, ir al lugar donde viven, ver cómo está su desempeño, su desarrollo, uno con la experticia también, de ir y ver si el niño se maneja con seguridad en los espacios, con los adultos, o sea, hay indicadores que pueden hablar o bien de que está todo bien o bien de que hay una situación de alarma. En esos casos, ante la más mínima sospecha, claramente se deshace el vínculo, se toman las medidas precautorias inmediatamente y luego se procede con la familia, pero hay indicadores y hay instrumentos para poder medir las entrevistas con los niños solos y solas en un ámbito diferente al de la familia. También nos dan muchos insumos, dependiendo de la edad del niño, para ver si hay alguna cuestión que esté allí indicando que puede haber una dificultad, que no siempre puede ser violencia, puede ser una dificultad en que el vínculo no se desarrolla como quisiéramos, en que de repente los límites son muy estrictos, en que las exigencias son muy altas. No nos olvidemos que los niños que están institucionalizados o los que están internos en un residencial, tienen algún rezago en relación a otras áreas del desarrollo, entonces la familia tiene que acompañar también ese tiempo de los niños”.