Sobre este tema, el viernes pasado el Directorio de OSE aprobó por mayoría el pliego licitatorio del proyecto Neptuno. Este proyecto incluye la toma de agua del Río de la Plata en Arazatí (Departamento de San José) para su potabilización con destino al sistema metropolitano de Montevideo.
Desde el MOVUS reconocemos la necesidad y conveniencia de diversificar la provisión de agua para Montevideo que hoy depende totalmente de la llamada “Usina” de Aguas Corrientes en Canelones, que toma agua del Río Santa Lucía.
Sobre esta base nos llama profundamente la atención se pretenda ubicar la nueva planta en la zona de Arazatí sin que se hayan presentado estudios técnicos de localización que lo justifiquen, ni haya registro de que se hubieran considerado otros posibles emplazamientos.
Estudios de la Udelar confirman que en la zona proliferan cianobacterias y que llegan las intrusiones salinas del Océano Atlántico, con períodos de permanencia en la zona de hasta tres meses. Esas intrusiones se han visto más frecuentes y perdurables en condiciones de “La Niña” en el Pacífico, como la que nos afecta actualmente, que se relacionan con situaciones de déficit hídrico e incluso sequía, cuando esa planta podría ser más necesaria.
Suponiendo superado lo anterior, no parece lógico que la administración decida licitar e incluso adjudicar el proyecto sin que se haya realizado el estudio ambiental previo necesario para ajustar las condiciones del proceso y del proyecto. El estudio ambiental podría agregar requerimientos que modificarían la ecuación económica y podría demandar obras no previstas, las que serían naturalmente realizadas y cobradas discrecionalmente por la empresa adjudicataria exponiendo al Estado a sobrecostos que encarecerían aún más el proyecto.
Hablando de costos, también nos plantea dudas que previo a la licitación ya se diga que el costo será de “US$ 258.7 millones”, un número muy ajustado cuando aún no se han recibido las propuestas de las posibles empresas interesadas, las que supuestamente determinarán en un proceso competitivo el costo del proyecto.
Que siendo ese el costo de la obra se hable y acepte sin discusión pagarla entre 600 y 720 millones de dólares en 18 o 20 años es difícil de entender porque esos montos superan largamente el costo financiado, incluso en bancos locales, para una obra de ese porte, la que además se haría con financiación internacional mucho más barata que la local.
En el tratamiento del tema “Neptuno” ha aparecido reiteradamente que OSE “pierde” o “no factura” en su red el 50% del agua que se procesa y potabiliza. Es a esa red que se volcará el agua de Neptuno, por lo que se perderá la mitad. Los estudios de 2016 de la Gerencia para la Reducción del Agua No Contabilizada (RANC), de OSE, establecían que el costo de reparar las redes para llegar a tener el 75 u 80 % del agua facturada sería de 200 millones de dólares, aún si fueran 400 sería menos de lo que se propone pagar por un Neptuno apurado y mal planificado.
Movimiento por un Uruguay Sustentable (MovUS)
1 de febrero de 2023