Se le veía cansado pero feliz, además estaba junto a su hijo Juan Ignacio Acosta Pérez que con 13 años había cumplido el sueño de ambos de estar juntos en el escenario, si bien el chico debutó el año anterior en la batería de la murga femenina La Dama Juana, este año lo hizo con La Timbera en los platillos y Luis Acosta, su padre, director responsable junto a Pedro Casco, de la murga, habló de las "muchas sensaciones, había unos nervios bárbaros estas últimas semanas, expectantes para llegar, ver como llegábamos, veníamos medio justos. Ahora que bajamos tengo un alivio por dentro, no pensé que iba a pasar ésto, sé que hay mucha cosa para corregir, pero el tema de debutar con mi niño, por primera vez en mi murga, es algo especial que tengo como viviente ahora mismo. Me siento refeliz de la vida, lo redisfruté realmente".
Precisamente sobre como la había sentido desde arriba del escenario a la actuación, "se me hizo muy largo el espectáculo y no fue así, no hicimos ni el tiempo, tuvimos que cortar un cuplé porque pensé que estábamos pasados del tiempo, para nosotros un error de un segundo son diez minutos ahí arriba, hay muchas cosas a corregir, de puesta, de canto, de compañeros que no pudieron subir porque están enfermos, como la segunda rueda es de ajuste, vamos a hacer todo lo posible para mejorar el rendimiento".
Una Timbera diferente a otros años, "sí es lo que buscamos, hay ocho debutantes, hay seis de ellos que ni habían escuchado una murga, es un proceso que viene desde el invierno, les ha costado mucho. El estilo está cambiado sí, desde el texto, la música, música muy arriesgada, capaz que no es para arriesgar con un plantel medianamente principiante y te lleva mucho trabajo y cuesta hasta en los grupos que están formados.
Elegimos el camino por ahí, tenemos un espectáculo sumamente fresco que lo que tenemos que hacer es rendir el doble".
Reconoce sí "canta mucho la murga, el cuplé que mejor tenemos desde lo textual y musical no lo pudimos traer hoy, esperemos traerlo en la segunda rueda por un tema de ajuste de tiempo, ahí el espectáculo es completo".
En lo personal le hicimos ver que era uno de los mejores años cantando, "me levanté a las 7.00 de la mañana, a las 12.00 ya no podía hablar, no sestié, pensé que no iba a llegar hoy claro de la garganta, sin embargo no sé que pasó, si es este niño que está acá al lado que me abrió la garganta que hoy canté en una cuerda que no canto nunca, canté la mayor parte en la cuerda de primos y primo alto y terminé cantando como sobreprimo".
Cerró señalando que estaba "muy contento que el título vuelva a la calle, a la ciudad, renovada, con muchos cambios, es lo que buscamos, va a llevar un proceso de años, es la idea".
Dedicó la actuación "a mi mamá y a mi hermana que no pudieron venir a verme porque están en La Paloma, la estaban escuchando, y a mi hijo Juan Ignacio Acosta Pérez que salió conmigo por primera vez en mi murga".