En lo que se considera la esencia del Encuentro Internacional de Músicos Jazz a la Calle, los toques callejeros, una vez más el público volvió a responder en muy buena forma este domingo en la jornada de cierre, ubicándose como lo hace habitualmente en su silla playera en el medio de la calzada, sentada en el propio pavimento, o en el cordón de la vereda, arrecostada a un árbol o parada contra una pared, cada uno elige su forma de ubicarse para disfrutar de la improvisación de músicos que se juntan minutos antes en el lugar donde se inscriben para participar de los toques y posteriormente sacan adelante interpretaciones de temas conocidos y otros no tanto, que muestran sus dotes artísticas, esa capacidad de improvisación que el público siempre sabe valorar.
Una vez más pudo apreciarse el público más variado, tanto de clases sociales, de franjas etarias, así como de costumbres y formas de vida, y todos logran una armoniosa convivencia, trasladando el respeto hacia los músicos con el silencio mientras interpreta y el aplauso en el momento justo.
La magia de los toques callejeros volvió a quedar demostrada, reafirmando su vigencia como uno de los pilares del encuentro.