
En nota aparte informábamos sobre el análisis que se le viene realizando a los restos óseos encontrados en la obra de construcción del Instituto de Formación Docente de Mercedes.
Para comprender algunas costumbres de la sociedad mercedaria del Siglo XIX resulta ilustrativo un texto que nos aportó el investigador local Alfonso Arias, transcribiendo una parte del libro “Viaje por los estados del Plata 1857-1860”, de Hermann Burmeister.
Karl Hermann Konrad Burmeister o Carlos Germán Conrado Burmeister (Stralsund, Suecia [hoy Alemania], 15 de enero de 1807 - Buenos Aires, Argentina, 2 de mayo de 1892) fue un naturalista, paleontólogo y zoólogo alemán nacionalizado argentino, que desempeñó la mayor parte de su carrera en Argentina.
Realizó exhaustivos trabajos sobre la descripción de la fauna, flora, geología y paleontología de varios países sudamericanos, pero en especial de Argentina, publicando cerca de 300 títulos, entre ellos su Description Physique de la République Argentine, que con magníficas ilustraciones mereció la medalla de oro en su presentación en la Exposición Geográfica de Venecia.
Dirigió desde 1862 hasta su muerte el Museo Argentino de Ciencias Naturales ubicado en la ciudad de Buenos Aires.
Fundó la Academia de Ciencias Naturales de Córdoba integrando a ella a varios profesores venidos de Europa y dejando tras de sí un importante grupo de discípulos que continuaron su obra.
En 1857, año en que Mercedes se convirtió en capital departamental, Burmeister visitó nuestra ciudad, escribiendo en su diario: “Todas las calles están aún sin empedrar y muchas, especialmente las que bajan al río, tan profundamente huelladas o excavadas por las aguas, que es peligros atravesar de una vereda a otra, además de estar rellenas con basura, extendiéndose en ciertos sitios en forma de grandes baches sucios al costado de los cuales sólo se puede pasar por una huella angosta…”
“…se forman lagunas que en algunas partes llegan de un reparo a otro (se refiere a las grandes piedras colocadas al medio)”.
“Todo el mundo tira su basura dentro de estos baches, y donde no los hay, al medio de la calle; el carpintero sus virutas, el zapatero sus recortes de suela, el sastre los suyos de géneros, el hojalatero una cantidad de restos y sobrantes de latas agudas y cortantes, de modo que la calle viene a ser el gran depósito de basuras para todos, y entre estos desperdicios transitan, sin preocuparse, damas con magníficos trajes”.
Acotando Alfonso Arias como complemento de esta información “puede esto ser una explicación de los restos hallados a pocos metros de la hoy esquina de calle Braceras. La habitación donde estaba la Dirección del Instituto de Formación Docente era la primera y segunda hacia el oeste, a escasos metros de lo que sería la margen de la cañada que por allí corría”. Un espacio que en el correr de los años fue entubado y rellenado. Un proceso que se realizó también en otros puntos de la ciudad de Mercedes, hasta llegar al diseño que actualmente conocemos.
(*) foto: fragmentos de la cerámica inglesa encontrada en el lugar.