El Sistema Nacional de Certificaciones Médicas diseñado por el Banco de Previsión Social, vigente desde el 31 de diciembre, permite auditar las prestaciones, incluye la historia clínica electrónica de cada paciente y recaba información relevante para la toma de decisiones. “Implica un cambio de paradigma porque, por primera vez, tendremos una mirada global sobre el tema”, destacó el presidente del organismo, Alfredo Cabrera.
En diálogo con Comunicación Presidencial, el jerarca explicó que el 31 de diciembre de 2022 fue el plazo que determinó la última Rendición de Cuentas para la implementación del nuevo método. En ese sentido, dijo que los prestadores de salud mantendrán la realización de certificaciones, con la diferencia de que serán un acto clínico que los profesionales deberán ingresar a la historia clínica electrónica de cada paciente.
Además, señaló que la herramienta incluirá información sobre el historial de certificaciones de cada paciente antes de la consulta, los tiempos estimados de recuperación según cada patología y parámetros para asegurar que las licencias médicas coincidan con las fechas en las que el trabajador las necesitó.
“En definitiva, los médicos contarán con información general al momento del acto clínico”, remarcó Cabrera y agregó que el objetivo es brindarles un contexto general y sugerencias, que el profesional puede aceptar o no, porque en definitiva prima siempre el acto médico.
El jerarca también explicó que el sistema es único y que, por lo tanto, será implementado en todos los prestadores públicos y privados del país. “Una vez que el banco emita una certificación médica será informada a todo el sistema, es decir, al prestador de salud y a todos los empleadores que tenga el paciente”, indicó, y agregó que, si bien para el sector público hay otro sistema de gestión en cuanto a certificaciones, la información también estará disponible en la nueva herramienta.
Cabrera sostuvo que la implementación demandará algunos meses debido a complejidades técnicas y operativas del sistema de salud, que requieren desarrollos específicos por los distintos prestadores. De todas formas, se prevé que para el segundo semestre de 2023 el 90% del régimen funcione en su totalidad.
Por último, destacó que cuando el funcionamiento sea pleno se podrá evaluar la globalidad y conocer datos, como cuáles son las patologías más frecuentes, así como generar estadísticas por zonas o departamentos.
“El objetivo final es reducir a la mínima expresión aquellas certificaciones que no correspondan, reducir los desvíos y las certificaciones complacientes, entre otras situaciones”, concluyó.