Un día como hoy, pero hace 49 años, se daba inicio a los días más tristes en la historia de nuestro país. Aquel miércoles 27 de junio de 1973, se comenzaría a escribir el capítulo que encarcelo la democracia, el capítulo más oscuro de nuestra historia. Hoy 49 años después, tenemos el honor, todos, de poder estar sentados aquí, representando a la ciudadana, libres y sin miedo, no como aquella noche, que por telegrama se informaba del decreto N.º 464/973 firmado por el presidente de la Republica Juan María Bordaberry sobre la disolución de la Cámara de Senadores, la Cámara de Representantes, y las Juntas Departamentales, teniendo que dejar el lugar que la ciudadanía, por el voto popular les había dado. Gracias a la lucha y resistencia del pueblo uruguayo, hoy vivimos en democracia, y hoy tenemos el honor de compartir en esta junta departamental con un colega edil que vivió en carne propia de estas trágicas medidas, y escuchando sus vivencias, nos transmite un aprendizaje muy grande, en referencia a la luchar por la democracia.
Como joven, muchas veces me dicen que no puedo opinar ni hablar sobre algo que no viví, por supuesto, tengo 30 años, es obvio que no viví la dictadura, pero siempre me gusto la historia y me relacione con historiadores de la época, con historiadores jóvenes que están investigando sobre la dictadura, familiares, y personas que si lo vivieron en carne propia, y eso no permite analizar y crear una opinión propia de esta parte oscura de nuestra historia.
Los asesinados no fueron mentiras.
Los desparecidos no son mentira, los desparecidos están en ahí, están en algún lado.
Las torturas, y violaciones a los derechos humanos, no fueron mentira, son realidad, realidad que duele, realidad qué se siente en cada uno de quienes fueron afectados.
Por es hoy, decimos bien fuerte y claro, nunca más al arrebato de nuestras libertades... nunca mas el Terrorismo Estado,
Voy a leer presidente, un poema del escritor Mario Benedetti.
DESAPARECIDOS
Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada
nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos
ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen
cuando empezaron a desaparecer
hace tres cinco siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo
cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían
están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio.
Mario Benedetti