“El no consumo de tabaco va en la línea de la prevención de las enfermedades crónicas” que impulsa el Gobierno, subrayó Satdjian, en la apertura del evento efectuado con motivo del Día Mundial Sin Tabaco 2022, que se desarrolló este martes 31 en la sede de esa secretaría de Estado.
El jerarca expresó que la consigna principal de la campaña impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) este año, “El tabaco, una amenaza para el medio ambiente”, representa una “oportunidad para reflexionar sobre el impacto que el ciclo de vida de los productos del tabaco tiene sobre el ambiente”, además de en la salud humana. Se trata de “una sola salud, no solo de la salud personal, sino la ambiental y animal”, porque convivimos con otras especies, analizó.
Reveló que cada año fallecen 8 millones de personas por consumo de tabaco, y, en Uruguay, 6.000. Según datos del Fondo Nacional de Recursos, el 25% de los uruguayos mayores de 14 años fuma de forma diaria u ocasional y los hombres son quienes lo hacen en mayor medida.
“La política antitabaco se ha transformado en una política de Estado, tuvo un impulso en anteriores administraciones, continúa, avanza y se profundiza”, la apuesta es a la disminución del consumo, indicó. “Cuanto más precozmente se abandone el tabaquismo los riesgos de desarrollar enfermedades tabacodependientes se reducirán”, aseveró.
En referencia a los efectos en el ambiente, en el proceso comprendido desde el cultivo del tabaco hasta la eliminación de un solo cigarrillo, se utilizan 3,7 litros de agua, además del daño a los bosques que ocasiona esa industria, alertó.
Reconoció que Uruguay avanzó en la implementación de medidas para disminuir el consumo y se plantea el desafío de hacerlo respecto al convenio marco de la OMS para el control del tabaco, que nuestro país suscribió en 2003 y ratificó en 2004.
Con el tratado se busca reducir la oferta y la demanda de tabaco mediante disposiciones que procuran la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio de los productos de tabaco, advertencias sanitarias en el empaquetado de los cigarrillos, la protección ante la exposición al humo de tabaco ajeno en lugares públicos y la reducción del comercio ilícito de productos.
La OMS sostiene en su portal que el cultivo, la fabricación y el consumo de productos del tabaco contaminan el aire, el agua, el suelo, las playas y las calles de las ciudades con sustancias químicas y desechos tóxicos que contienen microplásticos y metales pesados. Además de matar a 8 millones de personas, como manifestó Satdjian, desde la institución se afirma que destruye nuestro ambiente y perjudica aún más la salud de las personas.
También participaron en la mesa de apertura el representante de la OPS/OMS en Uruguay, Hernán Montenegro; la directora del Programa Nacional de Control de Tabaco, Elba Esteves; el director nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), Eduardo Andrés López, y la representante de la Sociedad Uruguaya de Tabacología, Beatriz Goja.