Días atrás informábamos del último relevamiento realizado por el SIPIAV (Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia) que refleja un aumento de los índices de violencia hacia los niños. Concretamente se constató, con información estadística, que en el año 2021 crecieron los casos de maltrato emocional, la negligencia y los casos de abuso sexual hacia los niños. Y niñas. Concretamente los abusos sexuales se ubican en el tercer lugar en este ranking con 20% de los casos de denunciados durante el 2021, donde la víctima es un niño, niña o adolescente.
El Director Departamental de INAU, Horacio Perazza en diálogo con @gesor comentó que era previsible ese crecimiento de los casos, producto del confinamiento de las familias producto de la emergencia sanitaria que atravesaba el país el año pasado.
¿Cuál es la lectura que se hace? Porque más allá de la prédica del Estado, ¿por qué siempre el principal enemigo para el niño sigue siendo la familia?
-“Hay muchos factores que inciden en esta situación. No tenemos claro cuál es la que detona.
Supuestamente hay más situaciones de violencia o se denuncian más situaciones de violencia. Porque a su vez sabemos que en muchas comunidades está muy naturalizado el tema de la violencia y del abuso, y que en realidad cuando se empiezan a desplegar a través del territorio las respuestas del Estado a esas situaciones, empiezan a denunciarse. Por lo tanto no está claro si en realidad aumentan las situaciones de violencia o es que el Estado va teniendo más músculo de respuesta, y más acceso a las víctimas para poder denunciar.
Obviamente que queda claro que el interior de un hogar significa en muchos casos también un peligro, porque hay pocas miradas de distintos actores sociales en relación a la situación de ese niño o adolescente, y eso de alguna manera solapa la situación”.
Y de ahí la necesidad de educadores preparados para estar alerta y disparar la alarma.
-“Sin dudas.
Los dispositivos, que son los SIPIAV en los departamentos son una gran herramienta porque allí se conjugan todas las instituciones que tienen una vinculación directa con la respuesta a los niños. Por lo tanto la alarma puede surgir o de la Salud, de la Educación, o de alguna organización social, y rápidamente se construye una respuesta en función de la situación.
Por eso, hoy tenemos un abanico de posibilidades, de acceso a la denuncia y a la intervención, que seguramente eso promueve las posibilidades”.