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20 de April del 2022 a las 08:52 -
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El sable del lugarteniente de Aparicio
Tras el acto celebratorio del Desembarco de los 33 Orientales,  uno de los asistentes se  aproximó al presidente Luis Lacalle Pou con un sable y se lo regaló.  Un sable centenario, en su vaina. Al verlo el Presidente expresó “mi viejo tiene dos”, lo desenfundó  y lo contempló largo rato.

Posteriormente Reinaldo Oscar Bertsch  Vásquez Varela dialogó con @gesor. Dijo que lo tenía como herencia de su bisabuelo y que decidió regalárselo al presidente Lacalle Pou para que le diera un mejor destino. Que pasara de estar  en un ámbito privado a que pueda estar expuesto al público. “El sable estuvo cien años en la familia, colgado en una pared,  ahora  yo lo heredé hace dos años  y me parecía triste tenerlo en un rincón en una casa, tener olvidado parte de la historia”, comentó. “Se lo iba a dar a Larrañaga (Jorge) para el Partido. Bueno, Larrañaga partió, entonces” decidió regalárselo al Presidente.

 

¿Qué procedencia tiene el sable?

-“El sable  fue de un lugarteniente de Aparicio Saravia en su primera revolución. Llega a la familia porque  mi bisabuelo era juez de Paz en Rivera, estamos hablando de 1800 y poco, salva a una persona de ser juzgado,  y en agradecimiento esta persona le regala el sable. El tema es que en aquella época no se  dejaba nada registrado. Nosotros sabemos que fue de un lugarteniente de Aparicio Saravia. No se tiene el nombre  y tampoco se indagó mucho en la historia. Habitualmente estos Generales tenían muchos lugartenientes, 3, 4  que entraban en batalla.  El sable estuvo cien años en la familia, colgado en una pared,  ahora  yo lo heredé hace dos años  y me parecía triste tenerlo en un rincón en una casa, tener olvidado parte de la historia”.

 

¿Y por qué se lo regaló al Presidente  y no le dio un destino en Soriano?

-“No. Yo soy de Paysandú, se lo iba a dar a Larrañaga (Jorge) para el Partido. Bueno, Larrañaga partió, entonces me encontré con Besozzi, tuvimos la oportunidad de charlar y se dio esta oportunidad. Es simplemente eso, sacar parte de la historia escondida de un rincón de una casa para que vaya a un Museo, a la Casa del Partido, no sé, no sé. Que tenga otro destino”.

(1767)


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