(escribe prof. Alejandro Carreño T.) En mi columna publicada el jueves recién pasado en este mismo medio, “Una entrevista a Gioconda Belli con aviso incluido”, citaba las palabras de la poeta y novelista nicaragüense en su entrevista al diario El Mercurio de Santiago de Chile del domingo 13 de marzo (A 8). Recordemos que ella fue una invitada especial de Gabriel Boric a la transmisión del cambio de mando del lunes 11. Rescato su esperanza de que la máxima autoridad del país “tenga una visión de izquierda nueva, incluyente, democrática y que no caiga en lo que vemos en Cuba, Venezuela y Nicaragua, de crear sistemas totalitarios con la excusa de la justicia social”. Al parecer, la invitada especial deberá seguir esperando pues la ministra ha anunciado que el gobierno de su anfitrión, recién asumido, prepara un manual para los medios de comunicación, con el objetivo de evitar “estigmas” respecto del pueblo mapuche y los inmigrantes.
Así lo anunció la ministra Siches, quien confirmó, además, que junto a la Secretaría de Comunicaciones y el Ministerio Secretaría General de Gobierno ya trabajan en este manual. ¿A comunicar mejor? ¿O a comunicar lo que el gobierno quiere que se comunique? Ahora bien, ¿por qué esta determinación? Porque a la ministra no le gustó la manera cómo la prensa informó de su fallida incursión por el Sur del país donde fue recibida a balazos por gente de la comunidad mapuche. ¿Cómo debería comunicarse que su viaje fue improvisado, que ella rechazó las advertencias de la policía y no quiso ningún tipo de escolta? ¿Cómo debe entenderse esta imposición del gobierno a los medios de comunicación? Simplemente como un acto cuyo propósito es coartar la libertad de prensa. Cualquier otro argumento carece de cualquier validez democrática.
“Me han preguntado más sobre la iniciativa de un manual o guía para tratar temas de pueblos originarios y migraciones. Buscamos avanzar a una sociedad de diálogo y respeto, para eso se necesita que cuidemos el no estigmatizar ni vulnerar a personas y comunidades", sostuvo la ministra. Resulta como mínimo paradójico e indignante al mismo tiempo que la ministra hable de “diálogo y respeto”, cuando lo que se pretende abiertamente es la imposición de una guía acerca de cómo la prensa debiera informar. Sobre el “episodio balazos” la prensa informó simplemente lo que había que informar, sin estigmatizar a nadie, apenas narrando los hechos ocurridos.
Las últimas palabras de la ministra del Interior Izkia Siches son francamente bochornosas y con una fuerte dosis de sarcasmo: "La guía en la que trabajaremos no tiene nada que ver con coartar la libertad de expresión, como algunos mencionaron. Por el contrario, queremos expresarnos con los mejores estándares posibles y que, ojalá, más se motiven". Los mejores estándares posibles en una democracia es una prensa libre, libre de manuales o guías que sometan a los periodistas al arbitrio de un sistema totalitario. Sus últimas palabas son una mofa: “ojalá más se motiven”.
Hoy es respecto “al pueblo mapuche y los inmigrantes”. Mañana será sobre su labor en el ministerio o cualquier otro. Y pasado mañana lo que al gobierno bien le plazca que pueda dañar su imagen. O sea, control total al mejor estilo del Gran Hermano orwelliano.
Mi columna es un llamado de atención a la prensa libre de América Latina sobre lo que está pasando en Chile en estos momentos.