(Por Enrique Lécaille) El Profesor Gonzalo Abella ha estado muchas veces en el departamento de Soriano, fundamentalmente en su condición de docente e historiador, pero este martes efectuó su primera visita como candidato presidencial de la Unidad Popular, bajo el lema “Asamblea Popular”.
Abella, investigador de tradiciones, mitos y leyendas, fue electo en abril candidato a la Presidencia de la República por la Unidad Popular, una coalición que incluye a la Asamblea Popular, el Movimiento 26 de Marzo, Partido Comunista Revolucionario (PCR), Movimiento de Defensa de los Jubilados (Modeju), Movimiento Avanzar, Partido Humanista, Agrupación Nacional ProUNIR, Partido Bolchevique del Uruguay (PBU), Refundación Comunista, Intransigencia Socialista y Partido Obrero y Campesino del Uruguay (Poycu).
Al ser entrevistado por @gesor, el candidato puso énfasis en la problemática de la tierra.
-¿Con qué propósito inicia esta gira por el país, Profesor?
“Nuestro objetivo es poder llevar claramente el mensaje de la Unidad Popular y alcanzar una bancada parlamentaria en las próximas elecciones. De acuerdo a nuestros cálculos, eso es posible. Podemos sacar más de un diputado”.
-En las elecciones pasadas la Asamblea Popular ya se presentó a las elecciones presidenciales. ¿Por qué ahora se ha formado la Unidad Popular?
“Es un espacio mayor. La Asamblea Popular se nutrió de gente que estaba muy decepcionada del Frente Amplio, porque veía que se estaba convirtiendo en la nueva derecha del país. Ante nuestra presencia hubo un muro de silencio. Aun así previo a aquellas elecciones salimos a recorrer el país, con nuestros propios recursos, defendiendo los principios de la izquierda, las banderas tradicionales de la izquierda, olvidadas por el Frente Amplio. Pero como Asamblea Popular obtuvimos sólo 16mil votos en todo el Uruguay, de manera que no nos dio ni para un diputado. En ese momento había gente que estaba desencantada de Tabaré Vázquez, pero tenía la esperanza puesta en Mujica. Creían, de verdad, que Mujica sería mejor, pero ya vimos que no fue así. Hoy, como hay desengaño con Mujica, mucha gente nueva se acercó a la Asamblea Popular. Se fueron uniendo nuevos grupos, gente de distintos sectores, ambientalistas, saravistas, y entonces, por respeto a esos nuevos grupos, decidimos llamar a este espacio Unidad Popular, pero manteniendo el lema Asamblea Popular, que ya tenemos registrado ante la Corte Electoral”.
¿Las ideas de Batlle y Ordóñez tienen lugar en la Unidad Popular?
“Sí, están las mejores tradiciones de los prohombres que tuvieron los partidos tradicionales, como Batlle y Ordóñez o Leandro Gómez. Las empresas estatales como las concibió Batlle y Ordóñez están siendo desmanteladas por este Gobierno del Frente Amplio, que está a la derecha de Batlle y Ordóñez. Toda la formación en valores de José Enrique Rodó, que fue diputado colorado, el proyecto de Agustín Ferreira, de educación rural, que también era batllista y que generó una teoría que fue ejemplo para toda América Latina, cuando éramos productores de ideas pedagógicas. Y esos no son sólo ideales de la Izquierda. Pero, desde luego, ante todo recuperamos los ideales de la Izquierda, una Izquierda que llegó al Uruguay en los barcos, con los inmigrantes. Recogemos todos esos sueños, que tienen que ver con salvar la patria, porque la están vendiendo de a pedacitos”.
“Terminar con dinastías de perdedores”
Consultado sobre las ideas esenciales de la Unidad Popular, Abella se refirió a tres grandes áreas: la tierra, la educación y la calidad de vida.
¿Qué piensan hacer respecto a la tierra? ¿Qué tienen proyectado para el Instituto Nacional de Colonización?
“Recuperar la tierra es vital. Pero la problemática de la tierra no se soluciona sólo con hacer jugar su papel al Instituto Nacional de Colonización. Va más allá de eso. Tiene que ver con muchas cosas, como por ejemplo con la educación y con la inseguridad ciudadana. Se trata de recuperar a la tierra como recurso para la producción y como recurso educativo para los jóvenes infractores, y de devolvérsela a quien la trabaja. Hay que frenar la extranjerización, los monocultivos, los proyectos de megaminería. Hay que pensar en la tierra como una nueva esperanza de cooperativas agrarias que les permita a los jóvenes salir del delito y caminar hacia una posibilidad de empleos productivos.
-¿Y con respecto a la educación?
“Actualmente la educación está al servicio de los agro-negocios y de las grandes industrias y lo que se propone básicamente es hacer gente descerebrada, operadores tranquilos, sometidos a magros sueldos, de empresas de vigilancia o limpieza, con un docente al que se le impide pensar y crear. Es un sistema monstruoso que está terminando con una tradición hermosa de lo que fue la educación uruguaya, una educación que fue pionera en el mundo. Ése es uno de los grandes temas que nos preocupan”.
¿Cuál es al respecto su visión de la Universidad Tecnológica del Interior?
“Si de verdad se quisiera descentralizar, no se necesita un local en el Interior del país, en esta época en que está tan avanzada la tecnología. Con Internet, en cualquier pueblo que tenga una policlínica, se pueden formar cirujanos, estudiando en el pueblo con cirugía menor y viendo por internet la alta cirugía, y viajando periódicamente a Montevideo para estudiar supervisado por un médico. Si la Universidad hoy no está generando profesionales en el Interior es porque la Universidad no quiere. Son políticas centralistas, que se disfrazan a los efectos únicamente de conseguir financiamiento de las transnacionales y de los agronegocios”.
-¿Por qué?
“Para evitar competidores. No nos olvidemos que la Universidad es cómplice del sistema neoliberal”.
-¿Y con relación a la calidad de vida, que usted menciona como uno de los temas esenciales de la Unidad Popular, que plantea?
“Ahí sobresale el problema de la vivienda. No puede ser que en el país haya 35mi viviendas desocupadas. No puede ser que en algunas partes donde estamos tapados de madera no haya un plan de viviendas. Definitivamente no puede ser que tengamos dinastías de perdedores, de gente que sabe que sólo por su aspecto físico no puede trabajar, si siquiera en un supermercado, porque se asumen como perdedores, y que se pierden en asentamientos y tugurios. Para esa gente no se puede recuperar la dimensión de la esperanza, así como estamos”.
-Ante los últimos actos eleccionarios, muchos ciudadanos han reclamado un mayor debate de ideas entre los candidatos…
“Es verdad, pero no creo que tengamos mucha suerte con eso. Por esa misma razón nosotros decidimos comenzar antes”.
“La palabra le da pánico a Carámbula”
-¿Cómo tomó usted, que ha investigado tanto la vida y obra de José Gervasio Artigas, que el Intendente de Canelones, el Doctor Marcos Carámbula, suspendiera el acto recordatorio del natalicio del Prócer en Sauce?
“Creo que ahora va a nacer un nuevo dicho campero, “guapo como intendente de Canelones en fecha patrioa”. Pero más allá de la broma, en realidad la suspensión no obedeció a la posible violencia que pudieran provocar los manifestantes. No fue miedo a las piedras. A un hombre que ha abandonado sus sueños, que se ha pasado a la nueva derecha, las piedras le sirven, lo victimizan. Lo que le da pánico a Carámbula es la palabra. La ciudadanía de Sauce, que es defensora del medio ambiente y que ha denunciado el uso de agrotóxicos, iba a poner en su cara carteles denunciando esa situación, pero en la forma más pacífica, como siempre se hizo en ese lugar. Es gente que iba a llevar esos carteles y que después iban a ver a sus hijos en el desfile escolar. No habría violencia, y Carámbula lo sabía. Ante situaciones como ésta, reflexiono sobre otra enseñanza que nos ha dejado Mujica: los máximos dolores no te vacunan para no cambiar de bando. Es el Fructuosa Rivera de los nuevos tiempos”.
NOTA: Maestro de Primaria en Uruguay y Profesor de historia, Gonzalo Abella cursó estudios en Ciencias Sociales en Cuba y URSS (hasta 1979).
Como evaluador de proyectos de la cooperación internacional, convivió con pueblos originarios supervivientes en América del Sur.
Ha publicado varios libros (cuentos, novelas históricas y ensayos), entre ellos “Historia diferente del Uruguay” (2002), y “Artigas: el resplandor desconocido” (1999), además de trabajos sobre identidad, historia y creencias populares del pueblo uruguayo.
Está casado con Isabel Izquierdo, también investigadora.