Jhony Rodríguez, Leonardo Aldama, Facundo Pérez  son oriundos de  Durazno. Integran el colectivo Muros Vivos,  y llegaron a Mercedes a participar del Festival 33 Grados de  Arte Urbano. Haciendo un alto en la tarea, en el mural que pintaron en la rambla mercedaria dialogaron con @gesor sobre el arte mural  y su importancia  en la identidad  de la comunidad. “Estamos en una sociedad muy conflictiva en algunos aspectos, el arte mural hace que el barrio conviva, participe”, reflexionó Jhony Rodríguez.

¿Qué conocían del festival, con qué expectativa llegaron?

Facundo Pérez: -“Por mi parte al festival no lo conocía, me invitó Leo justamente, y al investigar y al ver que era muy amplio, con distintos muralistas, no solamente de Uruguay, sino de otros países, ya veníamos, no tanto con una expectativa de hacer un trabajo a la altura, sino del hecho de poder aprender e intercambiar con estos otros artistas, y también brindar un buen trabajo”.

¿Qué es el colectivo Muros Vivos?

Leonardo Aldama:  -“El colectivo Muros Vivos, como la palabra lo indica, es un grupo de gente que trabaja en este tipo de arte callejero que es muralismo. Nosotros lo iniciamos en año pasado como colectivo en sí, pero venimos realizando esa tarea desde hace 15 años o 16 años más o menos. Ha habido una evolución en todo el Uruguay en cuanto a todo el tema del arte callejero y el arte mural específicamente, y se ha visto en diferentes lugares, tanto así como acá que es la cuarta edición, a su vez hace años que están trabajando.

Decidimos nosotros formalizarlo como grupo, y armar proyectos en diferentes lugares, en nuestra ciudad, en el interior del departamento de Durazn, y cuando recibimos la invitación a participar acá, nos pareció muy buena  idea, porque aparte es un tema de compartir, y de generar espacios, vínculo y de conocimiento con los diferentes participantes, porque vienen participantes de todas partes del mundo, con otras técnicas, con otra forma de trabajar, con otras pienso también, y el hecho de compartir diferentes culturas hace que todo este tipo de actividades y lugares se vuelvan enriquecedores”.

Durazno como Mercedes, como la mayoría del Uruguay, demográficamente es más o menos es similar, y culturalmente casi es lo mismo. Hace 10 o 15 años atrás, el arte mural aquí en el litoral estaba mal visto, emparentado al grafiti, a una cosa que ensuciaba los edificios, que no aportaba. ¿Qué visión tienen ustedes, qué respuestas están teniendo de la gente?

Jhony Rodríguez: -“Yo pienso que es una parte del arte muy importante a nivel social, y donde los artistas puedan mostrar a la ciudadanía, y esto se hace eco de esto mismo, lo absorben como algo cultural, y algo donde se puede expresar un montón de cosas que a veces la gente quiere gritar, porque los muros también tienen un poco eso, son denunciantes, también muestran una realidad. Acá en este caso estamos mostrando qué es el interior, estamos trabajando con algo que es como el rio, una cañada, todo agua dulce, la inocencia de un niño caminando por ahí. Entonces estamos mostrando también nuestra realidad hacia los pueblos, y eso lo que creo que cada muralista trata de plasmar en cada obra que hace.

Eso ha venido creciendo según lo que yo he visto por ahí, con temáticas diferentes. Ahora está la serigrafía, yo que soy docente de serigrafía, se trabaja hasta con esténcil en los muros, entonces se enriquece mirando todo eso, y pienso que venimos acá a aprender primero y poder volcar después allá, porque somos docentes también.  Volcar a nuestros alumnos todo el enriquecimiento con que nos  vamos  de acá, entonces nos llena de gozo todo eso; y seguimos aprendiendo”.

Las nuevas generaciones absorben mucho más rápido que nosotros…

-“No tienen tabúes. Sobre todo trabajamos con niños y hay una etapa en ellos que es muy importante, hay que meterles cosas en esa caja que ellos tienen, después van a  hacer así y van a sacar lo que quieran. Nno quiere decir que va a ser un buen dibujante, pero sí la parte social que es lo que más importa, se van a enriquecer”.

Leonardo Aldama: -“Respondiendo la pregunta que hiciste, sí ha habido un cambio de mentalidad. Antes cuando pintabas un mural como decís vos, era como un vandalismo más que algo artístico, y eso se ha venido cambiando porque se dan cuenta que los artistas que participan son gente, vecinos comunes, pero personas que lo estudian, que piensan, son personas instruidas, y que hacen eso no por un tema de vandalismo sino de compartir el arte.

En Durazno por ejemplo, ha habido un cambio, tanto así que los comercios contratan (muralistas). Tanto así que empresas públicas, que antes no se podía creer que fueras a pintarlas,  era una ofensa, ahora te contratan, y vos ves en Montevideo por ejemplo que está el Aeropuerto de Carrasco, o en el Solís, hay murales que se utilizan como homenaje a personalidades que no están. Por eso es un arte que se ha venido para quedarse, y me parece que está bueno, porque ganas identidad también.

Estamos en una sociedad muy conflictiva en algunos aspectos, el arte mural hace que el barrio conviva, participe, que venga el nieto con la abuela o con el papá y diga: “mira, yo pinté acá”, eso ya lo hace un factor de pertenencia, me parece que eso también es otro aporte que uno hace.

Ustedes lo podrán ver como algo visual, como algo estético que está lindo, pero hay cosas más atrás que se van construyendo de a poquito, y que van formando a seres sensibles, seres que respetan los lugares, seres que respetan la fachada, que respetan los edificios, y que le dan un valor estético a toda esas cosas, que me parece importante, que quizás hoy en día no se ve, pero con el tiempo se va a ver que esa persona, esos niños, van a tener otros pensamientos, otra cabeza, y no van a ser tan como nosotros que estamos a veces no cuidando el planeta, o no cuidando a nuestro barrio, agrediendo vandálicamente lugares que están preciosos, y me parece que eso es parte también de la educación”.

¿Y que proyecciones tiene el grupo de aquí en adelante?

Facundo Pérez:  -“De aquí en adelante como individual, cada uno tiene sus proyectos, y como grupo tenemos pensado ya algunos murales para realizar, y después lo que vaya surgiendo, como surgió esto que fue una invitación del propio festival hacia el colectivo. Que puede seguir, y que el año que viene si todo sale bien, poder volver, y dejar un pedacito de nosotros en cada pincelada”.