“El gobierno está sembrando miedo” en relación a la posible derogación de la Ley de Urgente Consideración, comentó Gonzalo Civida. En diálogo con @gesor Civila acotó “cuando se dice que se van a abrir las cárceles. Cuando se dice que no se va a poder vivir en Uruguay por los problemas de inseguridad que se van vivir en el Uruguay si se anulan estos artículos, lo que se está haciendo es infundir miedo a la sociedad. Y cuando el principal argumento es el miedo es porque no tiene argumentos sólidos para poder discutir. Y si los tiene no los quiere decir, porque seguramente son para defender intereses que son demasiado minoritarios, y que no son coincidentes con los de la mayoría de la sociedad”.
¿Qué evaluación hacés del desempeño del gobierno hasta el momento?
-“La situación de la pandemia afectó a todo el mundo y a toda la región. Nosotros no la desconocemos. Sabemos que tuvo consecuencias, pero las decisiones que tomó este gobierno sobre la política salarial, sobre el gasto público, no fueron decisiones tomadas por la pandemia. Es decir la pérdida de salario real no la decidió la pandemia. La pérdida de jubilaciones reales no la decidió la pandemia. El debilitamiento de las políticas sociales. El cierre de los SOCAT no lo decidió la pandemia. Esas cosas las decidió el gobierno. Y lo que está haciendo el gobierno con estas medidas es agravar la crisis. Y hacer que la crisis la pague el pueblo, y entre tanto que algunos se enriquezcan más de lo que estaban antes de la crisis.
Parece un contrasentido pero la lectura de los datos sobre el presupuesto nacional y la política salarial nos dan como resultado que pasado estos cinco años se van a transferir 5 mil millones de dólares de los asalariados y los sectores más pobres a los sectores más ricos de la sociedad. Robin Hood al revés. Le sacan a los pobres para darle a los ricos.
Que en un contexto de pobreza, de crecimiento del desempleo como tuvimos hasta hace poco, de dificultades sociales graves como está viviendo el Uruguay que la política del gobierno sea re distribuir de los pobres a los ricos es ofensivo. A nosotros nos indigna, nos obliga a decir que hacemos un balance muy negativo de lo que está haciendo el gobierno y de las consecuencias que esto va a tener para la sociedad uruguaya. Por eso, apelando a todos los recursos democráticos, vamos a decir lo que tengamos que decir sobre esta política y a construir una alternativa porque está generando el sufrimiento de mucha gente”.
Pero parece un contrasentido que en ese panorama el gobierno siga teniendo altos niveles de popularidad, y el presidente en especial.
-“Hay mediciones de opinión diversas. Nosotros obviamente leemos leemos las encuestas, no las desconocemos, pero esos indicadores no parecen coincidir mucho con las cosas que hemos visto. Cómo se juntaron 800 mil firmas con esos indicadores de popularidad, en un contexto de pandemia, restricciones de la movilidad, reglamentación del derecho de reunión, no lo entendemos mucho.
La verdad que cuando conversamos con la gente no tenemos la misma percepción que lo que dan algunas encuestas. Obviamente que nos podemos equivocar nosotros. Obviamente que hay muchos motivos por los cuales también un gobierno puede conservar cierta popularidad en un contexto de crisis como esta. Porque es tal la dificultad, y ha sido tal el golpe que las personas también tendemos a confiar en referencias de autoridad que nos permitan decir bueno, esto va a ir bien. Pero no está yendo bien, está yendo muy mal”.