“El 17,4% de las mujeres de 15 años o más que han cursado un parto manifiestan haber sido violentadas. Esto representa aproximadamente aproximadamente a 185 mil mujeres” dijo Romina Gallardo del grupo Gestar Derechos. Pero esa cifra aumenta mucho al profundizarse en la indagatoria, ya que han muchas prácticas recurrentes durante la gestación o el parto que habitualmente sufren las mujeres de parte del personal de la salud.
En nota aparte informamos sobre la primera Encuesta de Nacimientos en Uruguay, ver AQUI
Romina Gallardo, es Abogada, integrante del equipo jurídico de Gestar Derechos. En diálogo con @gesor la Dra. Gallardo explicó los alcances y objetivos de esta encuesta, poniendo algunos ejemplos de situaciones que históricamente viven las mujeres durante la gestación o el parto.
¿Qué objetivos persigue la encuestsa Gestar?
-“Consiste en obtener más datos sobre la violencia obtétrica que sufren las mujeres en Uruguay y así mejorar el servicio que brindamos con la organización, que consiste en asistencia jurídica y sico social. Porque además del equipo de abogadas, tenemos un equipo de sicólogas que acompañan los procesos de denuncia, y también parteras de instituciones públicas y privada.
Muchas veces vemos que al momento de llevar adelante los casos no hay datos estadísticos sobre las violaciones de derechos en el embarazo y el parto en el Uruguay, o hay datos muy acotados. Entonces muchas veces cuando denunciamos ciertas situaciones, y sean denuncias públicas o las formales, siempre surge esto de cuántas mujeres sufren violencia obtétrica, qué pasa en el interior como tú me preguntabas, pero no existen datos. Los datos con los que contamos son informales de las denuncias que nos llegan mediantes mails, o las redes sociales, o en forma telefónica; pero no hay una sistematización de parte del Estado en este tipo de violencia.
La Encuesta Gestar se lanzó este año, en el mes de setiembre, en esta primera edición será del año 2000 al 2019, y la idea de futuro es que todos los años quede permanente para ir recogiendo datos en este Observatorio de la sociedad civil, para dar seguimiento y monitoreo a las situaciones de violencia obstétrica, desde la parte estadística”.
¿Y cuáles son las presunciones de las que partieron para lanzar esta iniciativa?
-“Tenemos como antecedentes la encuesta nacional de prevalencia de violencia basada en género y generaciones, que es del año 2019, que es el único dato que se cuenta. Esta encuesta refiere que el 17,4% de las mujeres de 15 años o más que han cursado un parto manifiestan haber sido violentadas. Esto representa aproximadamente aproximadamente a 185 mil mujeres. Ese es el único dato con el que contamos. Pero nosotras en la medida que el año pasado durante la pandemia recibimos una avalancha de denuncias por violaciones de derechos, y constantemente las recibimos sobre violencia obstétrica, algún tipo de maltrato, o de no respeto por sus derechos, consideramos que este número está un poco acotado. Que la situación real desborda ese número. Lo que pasa que esa cifra se enfoca en ciertas preguntas que nosotras entendemos necesarias, por eso entendemos que esta encuesta debería ser más completa en cuanto al abanico de preguntas.
Por ejemplo, a las mujeres se les pregunta si han sentido que las han realizado alguna práctica obstétrica no consentida o no necesaria. De repente hay mujeres que no saben cuándo una práctica es necesaria o no, entonces responden que no han sido objeto de esa práctica. Por eso apuntamos a hacer un formulario de preguntas totalmente detallado para poder extraer datos que estamos segura es mucho mayor que esas cifras”.
Estamos hablando de violencia hacia mujeres ejercida por personal de la salud. Es decir personal que está capacitado como para poder determinar qué acto es violento o cuál no.
Porque habitualmente se tiende a pensar en prácticas ejercidas por las viejas parteras o matronas. O la violencia que sufren las mujeres de debieron recurrir a un aborto mediante medios clandestinos o fuera de lo legal.
-“Desde hace muchísimos años lo que se entiende por violencia obstétrica es muchísimo más amplio. Incluso ha habido declaraciones de la Organización Mundial de la Salud sobre el trato y la falta de respeto en el parto. También la ONU hizo un informe donde detalla qué se considera violencia obstétrica; y es muchísimo más amplio. La violencia obstétrica va desde los comentarios ofensivos, falta de respeto durante el parto o el embarazo. Desde el no considerar las decisiones de la mujer, por ejemplo obligar a una mujer a parir acostada cuando puede parir en otras posiciones, realizar prácticas que no son complicadas desde lo médico. Por ejemplo puede ser una cesárea innecesaria, puede ser una práctica denominada Kristeller que hacen presión sobre la panza para que el bebé salga.
Prácticas que desde la evidencia científica se dice que son innecesarias, sin embargo se siguen realizando por costumbre.
Violencia obstétrica se considera que la puede realizar una enfermera, un médico, el camillero, que te denigra durante el parto, no respeta tus decisiones. También cuando se separa a los bebes injustificadamente de la madre. Sobre todo durante la pandemia de vio mucho eso. No permitir el acompañamiento durante el parto o los controles del embarazo como la ley lo consagra en Uruguay”.
¿Han tenido algún acercamiento con las instituciones médicas, públicas o privadas?
-“El año pasado, por ejemplo fuimos invitadas por el Hospital Pereira Rossell para dar un taller en el marco de la pandemia, y este año lanzamos un curso que fue apoyado por la Escuela de Parteras de la Facultad de Medicina.
Hemos participado de instancias sobre todo de la Escuela de Parteras. O sea actividades más bien desde la academia, pero salvo el Pereira Rossell, con instituciones médicas no hemos tenido un diálogo fluido, salvo cuando se realiza una denuncia o queja.
Prácticas que no son nuevas, que la han sufrido nuestras madres, o al hablar con mujeres surgen prácticas de destratos, de no ser consideradas, respetadas de algún modo; sobre todo en el momento del parto que hay mucha vulnerabilidad emocional”.
Cuando tú decir, nosotros recibimos la denuncia y la canalizamos , ¿cuáles son los canales que utilizan? Porque una opción puede ser la denuncia ante la justicia, si es un caso gravísimo pero, ¿qué otros caminos siguen?
-“En Uruguay las denuncias de violencia obstétrica se realizan a través del Ministerio de Salud Pública, que eso lo puede realizar cualquier paciente o usuario. En este caso están legisladas por el Decreto reglamentario de la Ley de Violencia basada en género que define lo que es la violencia obstétrica, y allí dice que en el caso de sufrir algún tipo de violación de violencia obstétrica lo que corresponde es una sanción administrativa. Entonces en Uruguay se resuelve por la vía administrativa para denuncia de algún tipo de situación de maltrato, o de incomodidad que la mujer sufra durante el parto. Después nosotros evaluamos si amerita o no algún tipo de denuncia o no. Aconsejamos, en algunos casos no se realiza la denuncia porque se entiende que no cataloga en un caso de violencia obstétrica. A veces es una molestia, una diferencia de opinión, no todo se enmarca en esto. Otras veces ha habido por ejemplo el fallecimiento de un bebé y es por causas naturales, una patología que era parte de un lamentable desenlace. A nosotras nos llega de todo tipo de situaciones, evaluamos, con el equipo y aconsejamos, más allá que la mujer luego puede optar por recurrir a otro consejo legal”.