La situación en la cárcel de Mercedes es realmente insostenible desde lo edilicio, desde lo estructural y fundamentalmente desde la capacidad locativa, algo que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo en que la cantidad de recluso sobrepasa largamente los que podrían alojarse y cuando se habla de inseguridad, ello tampoco ayuda, porque muy lejos está ese recinto de cumplir el rol de rehabilitación de los individuos que caen en el delito para que vuelvan a la sociedad preparador para una segunda oportunidad de vida digna, sino todo lo contrario muchos salen “especializados” en el delito.
Pero a su vez, si bien sabemos del esfuerzo del Patronato de Encausados y Liberados y de las propias autoridades carcelarias por brindar capacitación, formación, herramientas para ofrecerles un oficio que pueda ayudar a enfrentar la vida con otras perspectivas, en los hechos ello no “luce”, sino que es alarmante que casi ocho de cada diez reclusos alojados allí, vuelven a delinquir y regresan a la cárcel, de esa manera el perjuicio es para la propia comunidad, más allá del individuo como tal que tampoco consigue establecer algo de esperanza en su vida de futuro.
Es el centro de reclusión con mayor porcentaje de reincidencia, ¡de todo el país! Y eso es algo que las autoridades y el propio Patronato deberán analizar.
El hecho que esté en construcción la nueva cárcel, allí en paraje Pense, con instalaciones dignas, con espacios suficientes para crear otros hábitos alejados del delito, brindará las herramientas adecuadas para que se cumple el precepto que las cárceles son para reeducar y rehabilitar, pero hay que estar preparados ya que a fin de año estarían culminadas las obras.
Seguramente la cárcel de Mercedes también –como otras en el país- pase a la órbita del Instituto Nacional de Rehabilitación del Sistema Penitenciario y eso le dará otro enfoque, ya que como ha dicho a las autoridades de la Junta Departamental de Soriano el propio Ministro Bonomi, habrá ingresos de personal de las cárceles y más de la mitad serán civiles con determinados grados de profesionalización, porque se busca otro relacionamiento entre el recluso y quienes cumplan funciones en las cárceles.
La realidad de la cárcel de Mercedes
En su última edición, el Semanario ENTREGA2000 de Mercedes, realizó adelanto de lo que fue el informe del Comisionado Parlamentario para el Sistema Carcelario, presentado a la comisión del Parlamento uruguayo que entiende en la temática, donde quedan en evidencia datos realmente preocupantes que compartimos con los lectores de
@gesor.
La Cárcel Departamental de Soriano que oficialmente cuenta con 60 plazas en el edificio de la cárcel propiamente dicha en 18 de Julio casi Ferreira Aldunate, a la que se suman 15 plazas en las chacras, totalizando 75 lugares para encausados.
En el caso del edificio central de la Cárcel Departamental donde hay capacidad para 60 personas, había 164 reclusos y en las chacras donde hay 15 plazas, estaban ocupadas 11, es decir que Soriano, tenía 175 presos contando con 75 plazas para ubicarlos, esto habla que la superpoblación llegaba a 100 reclusos.
Un aspecto que es sumamente preocupante tiene que ver con la reincidencia. Se dice que las cárceles fueron creadas para reeducar y rehabilitar a quienes han caído en el delito, pero es por todos sabido que esos principios en la mayoría de los centros de reclusión no se cumple, por el contrario, en el caso de Soriano, de los 175 reclusos evaluados, solamente 42 eran primarios, eso significa el 24%, mientras que 133 presos eran reincidentes, o sea el 76%, esto significa que cada diez reclusos que tiene la cárcel de Soriano, ocho reinciden, eso habla a las claras que aquellos principios están muy lejos de cumplirse.
Soriano es quien tiene los mayores índices de densidad poblacional en la cárcel y de sobrepoblación, en ambos casos a nivel país y tiene también el triste privilegio, junto con la de Artigas de ser la cárcel con mayor porcentaje de hacinamiento.
Muchos son los factores para evaluar, a la hora de establecer las razones por las cuales quienes salen tras cumplir la reclusión, al poco tiempo están nuevamente tras las rejas, pero es hora de empezar a planificar cambios en la estrategia, porque sin dudas el hecho de contar con nuevo edificio, como el que está construyéndose en la zona de paraje Pense, ayudará y mucho, brindando los espacios necesarios para cumplir con la reeducación y rehabilitación, pero también hay que cambiar la estrategia y la forma de trabajo para cumplir con ello.
En estos momentos, Soriano es el departamento con mayor índice de reincidencia de los reclusos en todo el país y no hay dudas que el hacinamiento, la falta de espacios suficientes para brindar actividades, la necesidad de contar con otras que hoy no se brindan, y fundamentalmente lograr interesar a quien está allí por el delito, en que hay otra forma de enfrentar la vida, es el gran desafío que tendrán por delante las autoridades del Instituto Nacional de Rehabilitación a cuya órbita seguramente pasen a la cárcel de Pense cuando esté en funcionamiento.
Pero además otro aspecto preocupante entre la población carcelaria es el referido a las edades de quienes están recluidos, ya que el 48.57% es decir 85 presos, tienen entre 18 y 25 años, y 57 más lo que representa el 32.57% cuenta entre 26 y 35 años, es decir que más del 80% de los reclusos de la cárcel de Soriano, es menor de 35 años y ello es un problema para la propia sociedad, por que si no se corrige su conducta, tendrían muchos años para seguir en el delito.
La principal causa por la que los reclusos en Soriano llegaron a la cárcel son los delitos contra la propiedad, casi el 51% está allí por esa modalidad delictiva, le siguen los delitos contra las personas que se sitúan en el 20% de los presos y junto con ello, el 19.43% está pro preso por su vinculación con los estupefacientes.
En el año 2011 la población carcelaria se situaba en 156 reclusos y en el 2010 era de 157 presos, hoy suman 175.
La reincidencia en el 2011 se ubicaba en el 69.23%, por lo que se ha ido agravando para llegar a más del 76% en el 2012.
Los números son por demás elocuentes y muy preocupantes, trabajar para mejorar en esto, también significa trabajar en mejorar en seguridad, pero mientras tanto, con estos índices, la población sorianense parece condenada a seguir sufriendo la delincuencia y como se dice habitualmente, por estos tiempos, la delincuencia especializada, esa que en la cárcel en lugar de reeducarse para regresar a la sociedad en condiciones de ser útil a sí mismo y a la comunidad, lo que hace es educarse en el delito y los números dan fe de ello.