“Elisa Lockhart nació un 31 de agosto (1938-2011) Maestra, profesora de Literatura y de Francés, Directora liceal y en Formación Docente, con postgrados y reconocimientos académicos en Francia y Uruguay. Referente de nuestra cultura, el liceo de Palmar (Soriano) lleva su nombre” expresa ANEP en su twitter.
La fecha viene a cuento para recordar sus reflexiones una de sus principales pasiones: la educación y la juventud. En el año 2000 tuvimos la oportunidad de entrevistarla para el ya desaparecido suplemento “Lecturas de los Domingos” del diario La República. Es bueno releer los conceptos vertidos por la prof. Elisa Lockhart sobre el sistema educativo, las expectativas que se tenían y se tienen de él y de los alumnos y esa visión encontrada y muchas veces contrapuesta entre el mundo adulto y los jóvenes.
A 21 años de aquella entrevista las palabras de la prof. Elisa Lockhart aún continúan vigentes.
Con Elisa Lockhart: La despersonalización de la enseñanza
(por: Aldo Roque Difilippo)
La prof. Elisa Lockhart opinó que los actuales planes de enseñanza no cumplen con su cometido porque no comprometen a los alumnos y "lo más dramático es lo que pasa en los liceos, el chico que está ahí y no sabe por qué está, porque lo mandan, en una especie de guardería prolongada de la vida".
Actualmente retirada de la docencia la Elisa Lockhart ha sido docente en Secundaria y Directora del Instituto de Formación Doncente, donde se educan los futuros maestros y profesores de Soriano. En diálogo con LECTURAS DE LOS DOMINGOS Elisa Lockhart expresó que los mensajes que reciben los jóvenes de parte del mundo adulto son todos negativos: "que la juventud es toda drogadicta, que se mata en las motos, y por otro lado no hay trabajo. Hubo encuestas hace algún tiempo, y la percepción de los adultos con respecto a los jóvenes era negativa. El 70% tenía una visión negativa de la juventud", agregando que "quizá algunas cosas son ciertas, pero el tema es qué mundo les estamos ofreciendo y en la educación es flagrante". Opinando que la enseñanza debería ser "heurística, y no dogmática. Que el chiquilín descubra y no que se le imponga. No que se le den las verdades como definitivas. El otro aspecto es el enfoque lógico. Nosotros siempre hacemos enseñanza deductiva, les enseñamos como se enseñaba en la Edad Media, la escolástica, o sea les daban la gran verdad y por lo tanto esto tiene que ser así". En su visión esto implica que por ejemplo en Literatura "les separan al chiquilín su experiencia literaria en los géneros, la lírica, la dramática, la narrativa. Esa es una división interesante para el estudioso, pero no para el estudiante, o a la persona que se aproxima al hecho literario. Generalmente se lo saca de la vida para llevarlo a lo técnico, o se lo deja en lo técnico. Es decir que la emoción, o el placer de la Literatura queda absolutamente mediatizado, y generalmente no se llega porque se partió de una postura en que al individuo no lo hiciste arrancar de una cosa viva, sino de algo muerto como es la teoría".
La prof. Lockhart agregó que las conclusiones a que se han arribado en los relevamientos realizados para evaluar el nivel de aprendizaje de los alumnos "no están mal, es compartible. Porque justamente les propusieron a los chiquilines, por ejemplo en Matemáticas, situaciones reales, concretas, y fracasaron. O en lengua materna, escribir una carta para pedir trabajo, en cosas muy prácticas y fueron fracasos terribles porque justamente el chiquilín nunca pisa el suelo". Ese fracaso según la prof. Lockhart parte también de los docentes donde "el IPA tiene sus culpas. La dificultad está en que se vive con esa suerte de frustración, que no se pertenece a la Universidad pero siempre se sueña con tener ese estatus de alguien que domina lo suyo, lo cual es muy digno pero no para ser formadores de adolescentes. Yo siempre les decía a los profesores, ustedes no son especialistas de Filosofía, de Historia, o de Física, sino que son formadores de adolescentes que es una cosa muy diferente". Entendiendo que "la preocupación por el muchacho tiene que ser lo prioritario" pero que sin embargo en el Liceo "los sedentarizamos, los aquietamos, les sacamos todos esos impulsos, y los encerramos en esos bretes en los cuales en definitiva, o fracasan porque no se sienten para nada interpretados, en lo que ellos quieren hacer, o se adaptan y pierden toda esa cosa rica vital que traen".
ZAPPING DE MATERIAS
"La cultura no es una mole que nosotros tenemos que imponerle al muchacho, sino es una construcción mutua. Entonces la persona tiene que aprender ese camino de su propia culturización, no desculturizando absolutamente todo lo que trae, no quitándole todos sus referentes, sino construyendo a partir de lo que él es, de lo que él siente y piensa". Agregando que en teoría eso se expresa en los planes de enseñanza "pero no se práctica. Es decir los referentes históricos lejanos no tienen por qué ser brindados con una línea cronológica que arranque allá en el caos primitivo y que llegue a nuestro tiempo, porque no llegamos nunca al Siglo XXI. Enseñar historia, por ejemplo, en forma cronológica, de atrás para adelante, es una barbaridad. El chico de pronto se preocupa por sí mismo, por su familia, por cómo vivían, qué pasaba. Arrancar en todo caso de esas raíces concretas que él ve, y de ahí ir buscando aquellas otras raíces. Sé que eso es bastante revolucionario, y los profesores de Historia nunca lo van a aceptar, pero de hecho está absolutamente probado que el enseñar la historia en forma cronológica viola absolutamente lo que es la noción de la construcción del tiempo que todos tenemos". Preguntándose: "¿Pero además cómo se pretende que el alumno conceptualice? Todo concepto se genera a partir de lo concreto. Yo le llamo a esto "mesa" porque he visto muchas mesas, y sé lo que es. Pero no puedo hablar de un Imperio, por ejemplo, y conceptualizarlo sin ver hechos muy concretos como que Calígula nombró Cónsul a su caballo, o las cosas que la persona efectivamente advierta y vivencie lo que es un régimen de esa naturaleza. Se trata siempre de partir de una experiencia concreta, por eso hablábamos de la heurística, y a partir de ahí el chico teoriza fantásticamente, logra unas reflexiones muy atinadas y muy justas pero nunca puede teorizar a partir de lo teórico. Si a eso le sumamos la acumulación que hacemos de materias, en una suerte de zapping, es absolutamente utópico que alguien pueda aprender algo".
LA MEDIOCRACIA
Más adelante agregó que exiten métos pedagógicos que tienen otra concepción pero que "implican toda una reestructuración, pero en el fondo no sería tan difícil. Crear aulas donde el chico esté con otra libertad, y además con una planificación y con una decisión de lo que tiene que hacer, no el maestro con una hermosa planificación llena de flechitas".
Elisa Lockhart agregó que "un viejo pecado nuestro es pretender que todos seamos iguales, la mediocracia", ya que los tiempos de aprendizaje y los gustos no son iguales en todos los individuos. "Rodó nunca pudo ser Bachiller porque no pudo aprobar un examen, y quien niega lo que es Rodó. Eistein fracasó en el Liceo. A Lautréamont, uno de nuestros pocos literatos de talla internacional en el Siglo pasado, el profesor le dijo Ud. puede hacer cualquier cosa menos escribir. Es decir tenemos un esquematismo que viene de muchas cosas, que está en nosotros, y el problema arranca de la concepción de los programas, de la propia visión que tenemos. Incluso del respeto de la otra persona que es también fundamental. Cuándo nos vamos a convencer que los chiquilines pueden enseñarnos cosas que ni soñamos", se preguntó. "Además están viviendo en un ritmo de una generación diferente al que vivimos nosotros, por lo tanto su experiencia vital es otra, y de pronto están más capacitados. Quién nos dice, de estas personas que después le imponen al chico cómo tiene que escribir y pensar. En mi casa el que maneja el grabador es mi hijo porque yo no entiendo nada. Es decir que los chicos tienen saberes reales que son los que hay que desarrollar y darles posturas".
CERRARSE AL MUNDO
La prof. Lockhart agregó que es necesario que "la persona tome en mano su propia vida. Creo que lo más dramático que pasa en los Liceos es el chico que está ahí y no sabe por qué está, porque lo mandan en una especie de guardería prolongada de la vida. Además dice 'no sé leer', y se muere de risa. Para mí lo dramático no es que no sepa leer, lo dramático es que no le importe no saber leer. Si no le importa es porque no tiene un proyecto personal de vida. Tratar que los muchachos puedan definitivamente tomar en manos su propio destino. Desear llegar a una vida adulta plena, y eso va mezclado con temas metafísicos que son un poco el ímpetu suicida de los muchachos. Esto de las motos, y de la droga, en el fondo es un deseo de negarse a este mundo. No se sienten bien en este mundo entonces se lanzan a 100 kilómetros por hora en plena ciudad, o escuchan una música que no les permite escuchar nada más que eso. Es una manera de cerrarse al mundo, y que lleva a la muerte, y muchas veces al suicidio asumido expresamente como tal. Eso es una responsabilidad que tenemos encima todos los adultos".
LA CHANCHA Y LOS CHANCHITOS
La prof. Lockaht agregó que esta forma de educar que actualmente se utiliza "en el fondo, es un deseo de construirlos a nuestra imagen y semejanza. Es una manera de decirles quédense ahí en ese molde y no se salgan. Acepten esto que les decimos, no alteren el mundo en que estamos. Es un impulso animal de supervivencia: la chancha se come los chanchitos para vivir ella. Entonces cuando nosotros nos comportamos en esa dimensión animal, en que queremos destruir al que está debajo nuestro para vivir nosotros, el patrón que explota al empleado, o el padre que somete al hijo, o el profesor que encasilla al alumno; es la misma actitud. En definitiva de falta de esperanza en el otro, y el de saber que yo soy una etapa en la vida de esa persona, que no soy yo lo que importo sino él. Es un poco lo que tiene que ser el maestro".