Desde el inicio de la campaña de vacunación contra SARS-CoV-2 investigadores y expertos de todo el mundo investigan la duración de la inmunidad generada por la infección y la generada a través de las distintas plataformas vacunales en población general y en diferentes grupos de personas. Así mismo evalúan la eventual necesidad de terceras dosis, refuerzos o incluso un proceso de revacunación anual.
En toda campaña de vacunación debe tenerse en cuenta que algunas personas por su condición de salud, medicación, edad, entre otras; pueden no desarrollar una respuesta inmune adecuada después de una serie primaria y podrían necesitar una dosis adicional para lograr inmunidad protectora.
La campaña de vacunación contra COVID-19 basada en tres vacunas: CoronaVac, Pfizer y AstraZeneca, ha sido muy exitosa logrando altas coberturas vacunales que redundaron en una caída marcada en casos, internaciones y fallecimientos.
Uruguay ha monitorizado la campaña de vacunación tanto con estudios de efectividad como con estudios serológicos postvacunales en personal de salud y en población general.
De los datos primarios al 30 de junio surge que la efectividad del esquema primario de Pfizer de 78% para reducir la infección y 97,8% para reducir la internación en CTI y 96,2% para reducir la mortalidad. Con CoronaVac la efectividad es de 59,9% para reducir la infección, 90,8% para reducir la internación en CTI y 95 % para reducir la mortalidad.
¿Por qué se resuelve entonces administrar dosis de refuerzo al esquema primario?
Objetivos:
Se propone para nuestro país:
-
Optimizar la respuesta inmune en grupos especiales que presentan una respuesta subóptima.
-
Aumentar la inmunidad global en la población, homogeneizando el uso de plataforma de ARNm.
-
Fortalecer la inmunidad de la población ante la posibilidad de nuevas variantes de preocupación, en especial la variante delta.