Durante la pandemia, el hecho que se hayan trasladado pacientes de diferentes puntos de Soriano a CTI de distintos lugares del país donde había camas disponibles para atender esta patología, y también en el único CTI que a nivel departamental existe en la mutualista privada, generó determinadas situaciones. Por un lado el aislamiento de los pacientes, muchas veces aun con el estado de total conciencia y allí los propios médicos como forma de mantener una forma de comunicación con familiares más cercanos y apoyo ante la situación anímica que sufren estos pacientes permiten que mantengan el teléfono celular para videollamadas o mensajes de audio de whatsapp que en la medida que no generen alteraciones perjudiciales en el paciente, se consideran importante ya que son la única vía de comunicación y para algunos casos fue la la última, en aquellas situaciones en que no pudieron salir del cuadro de gravedad que presentaban.
Hacemos esta introducción porque lamentablemente recibimos al menos tres quejas o reclamos de familiares de personas fallecidas con Covid-19, dos de esos casos con pacientes enviados a CTI fuera del departamento y con versiones encontradas entre el personal de salud a la hora de reclamarse las pertenencias del paciente y el restante caso relacionado con paciente internado en mutualista privada en Mercedes.
Y precisamente nos vamos a referir a este caso en el que existe denuncia penal, cuya investigación ya se encuentra avanzada a nivel de la Policía y de la Fiscalía, donde familiares de paciente masculino, de Dolores, reclaman que no se les entregó el teléfono celular del paciente y que dicho teléfono había dejado de funcionar y que luego de fallecida esta persona, volvió a encenderse, todo lo que fue comprobado a través de la empresa telefónica.
Profundizándose la investigación familiar del paciente recuerda que en determinado una enfermera la había atendido cuando envió un mensaje de whatsapp estado con vida la persona y que la propia enfermera le constestó que no le hablara más porque se ponía nervioso y le hacía mal.
Y esa misma enfermera cuando le pidieron el celular al fallecer el paciente y le pidieron el celular, dijo que estaba contaminado y que no podía entregarse si no que se devolvería con sus pertenencias y éstas se enviaron a la empresa funeraria de Dolores en una bolsa de color rojo, pero dentro de ella estaban algunas de sus pertenencias, precisamente el celular no.
Ello motivó que se comenzara a reclamar por parte de familiares a la mutualista por el teléfono celular y la investigación policial y de Fiscalía se centró sobre la enfermera, quien fue citada a declarar y de acuerdo a versión extraoficial que pudo saber @gesor, reconoció haber tenido en su poder el teléfono celular de este paciente, ya que cumple tareas en el CTI respiratorio de CAMS, de habérselo llevado a su casa, aun estando con vida la persona para hacer determinadas llamadas y esperar respuestas, y que cuando volvió al turno siguiente la persona había fallecido y el celular quedó en su poder.
Que cuando comenzaron a reclamar los familiares y al verse presionada, decidió ponerlo en una bolsa y tirarlo al río Negro en zona de la isla del Puerto cerca del fondo de la isla, algo que si bien declaró oficialmente los familiares no creen.
La enfermera se mostró dispuesta a reparar el daño comprando un celular y entregándoselo a los familiares, cosa que permite el nuevo Código del Proceso Penal, lo que no es aceptado bajo ningún punto de vista por parte de los familiares del paciente, que por el contrario han solicitado ante la Policía y Fiscalía que se aplique la Ley y se actúe de acuerdo con ella, "que caiga todo el peso de la ley sobre esta persona porque lo que ha hecho, en la situación en que se encontraba nuestro familiar y todos los sufrimos su pérdida, no podemos aceptar", señalaron allegados a la familia.
Se aguarda la definición de Fiscalía respecto a un hecho que ha causado profundo dolor a los familiares de este paciente.