La pandemia de COVID-19 alteró muchos aspectos de la vida de niñas, niños y adolescentes. Alrededor del mundo, se interrumpieron varias campañas de vacunación, al tiempo que madres y padres no acudieron a centros de vacunación por miedo a exponerse al coronavirus.
Las vacunas ayudan a salvar entre 2 y 3 millones de vidas cada año, y han permitido reducir en enorme medida el contagio de enfermedades que representaban un serio riesgo para las vidas de las personas, como la poliomielitis o el sarampión. Sin embargo, las enfermedades siguen siendo un riesgo y si las vacunaciones se reducen, pueden aumentar los contagios nuevamente.
Por este motivo, es fundamental continuar con el esquema de vacunaciones de niñas y niños.
¿Debo mantener la rutina de vacunación de mi hijo o hija durante la pandemia de COVID-19?
Aunque la COVID-19 esté alterando nuestras vidas diarias, la respuesta es sí. Procurá seguir la rutina de vacunación de tu hijo o hija en los servicios sanitarios disponibles. Es importante que los niños y los bebés mantengan al día sus vacunas porque los protegen de las enfermedades graves. Eso significa que cuando tus hijos interactúen con otros niños y niñas, unos y otros estarán asimismo protegidos de las enfermedades.
Si no tenés la certeza de que tu centro de vacunación esté funcionando como de costumbre, consultá al centro de salud. Puesto que la situación de la COVID-19 varía cada día, puede que los profesionales sanitarios modifiquen el modo de atender a sus pacientes a medida que cambia la situación. En caso de que el centro de salud no pueda dar las vacunas a tu hijo o hija en la fecha prevista, anotalo para acordarte y volvé a intentarlo tan pronto como los servicios se reanuden.
¿Qué se puede aprender del brote de la COVID-19? ¿Qué nos puede enseñar con relación a otras enfermedades y a la decisión de vacunarnos?
Este brote nos recuerda lo valiosas que son las vacunas. Nos demuestra que cuando se dispone de vacunas para una enfermedad, debemos mantener al día el esquema de vacunación de nuestros hijos y el nuestro. Sin la protección de las vacunas, las enfermedades se pueden propagar rápidamente y con terribles consecuencias. Por ejemplo, el sarampión y otras afecciones siguen siendo un riesgo constante. Somos afortunados de contar con la protección de vacunas contra estas enfermedades.
¿Cómo actúan las vacunas?
Las vacunas ayudan a educar a nuestro sistema inmunológico para que luche contra las infecciones. Para ello se introduce en el cuerpo la forma inactivada de un germen (o antígeno), sea una bacteria o un virus. Al estar inactivado, el germen no puede enfermarnos. Por el contrario, activa el sistema inmune de nuestro organismo y produce las defensas llamadas anticuerpos. En adelante, si en alguna ocasión volvés a entrar en contacto con el virus, tu sistema inmunológico ya sabrá cómo combatirlo.
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¿Dónde puedo encontrar la guía de vacunas más reciente?
Es importante consultar siempre con el pediatra. Además, esta información podés encontrarla en el Carné del niño o la niña, del MSP, o en el sitio del Estado, aquí.
Tengo un bebé menor de año. ¿Cómo puedo protegerlo de la COVID-19?
Además de todos los consejos ofrecidos sobre lavarse las manos, guardar la distancia física y mantener las medidas de higiene, los padres y las madres tienen que extremar sus cuidados para proteger a los menores de la infección. A ser posible, las madres deberían amamantar a su bebé. Si disponés de ellas, utilizá toallitas antibacterianas para limpiar una vez al día las encimeras y el cambiador de pañales.
Procurá que tus hijos e hijas tengan siempre los mismos cuidadores para reducir el número de personas que entran en contacto con ellos. Es importante mantener un diálogo con los cuidadores para que se laven las manos con regularidad, eviten compartir todo aquello que entre en contacto con la boca (una taza, por ejemplo) y se queden en casa si no se sienten bien.
¿Qué debería hacer si mi hijo o hija a muestra síntomas de COVID-19?
Si a tu niña o a tu niño le duele la garganta, tose o tiene fiebre, llamá al médico para que te aconseje qué hacer. Los síntomas de la mayoría de los niños con la COVID-19 suelen ser suaves, o incluso no tienen ninguno. Pero es importante proteger a las personas más mayores y a las más vulnerables a contraer infecciones graves.
(*) fuente Unicef Uruguay.