19 de mayo 2021
Estamos en la víspera de un nuevo 20 de mayo. Un día muy especial para nuestro colectivo y para esta lucha.
Al igual que el año pasado esta 26ª Marcha del Silencio la realizaremos en forma virtual.
Agradecemos las innumerables respuestas que ha tenido esta convocatoria para hacer de mayo el Mes de la Memoria.
Para que los reclamos de Verdad y Justicia y Dónde Están sean comprendidos, e integrados cada vez por más uruguayas y uruguayos que se suman este día.
Y en las actuales circunstancias, cuando Uruguay atraviesa el peor momento en contagios, muertes e incertidumbre, la marcha se convierte en un inmenso e imprescindible abrazo entre todos de solidaridad y apoyo.
Es un abrazo a nuestras madres que se están yendo sin conocer la verdad. En este año transcurrido falleció Ena Pereyra (mamá de Ada Burgueño) y nuestras queridas Olga Ramos de García y Amalia González de González (madres de Ileana y Luis Eduardo) fundadoras de nuestro grupo.
Un abrazo a las jóvenes generaciones, porque a ellas les pertenece el futuro. Y merecen desplegar sus propias luchas e ideales sin que eso les cueste la vida.
Y siempre como en tantas fotos, un abrazo a ellxs, nuestrxs desaparecidos.
Todas las iniciativas desplegadas, confluirán el 20 a las 19:30 hs., en el acto final donde emitiremos un video con las fotos de nuestrxs desaparecidxs y sus nombres, para gritar juntos PRESENTE luego de cada uno de ellos.
Esperamos que ese grito resuene en cada esquina, en cada calle, en cada rincón de nuestro país; que llegue a cada lugar donde puedan estar sus restos. Que se escuche y tengamos respuestas de nuestros gobernantes, porque sigue siendo inconcebible que no nos entreguen la verdad; que no nos digan que hicieron con cada uno de ellos.
El 20 de mayo es un día emblemático de reflexión sobre todo lo que sucedió en nuestro país durante los años de Terrorismo de Estado; de lo que se ha hecho para prevenirnos como sociedad para no alentar el mismo camino autoritario que terminó en el golpe, y de todo lo que falta aún de verdad y justicia para lograrlo.
Los tres Poderes del Estado no han asumido a fondo esa responsabilidad.
Entre todas las faltas, cada vez es más inconcebible que hoy sigamos sin saber dónde están.
Se han dado a conocer documentos que confirman la participación institucional y las órdenes superiores, para los gravísimos delitos y que esos registros existen y son posibles de conseguir.
Pero todavía se apela únicamente a la voluntad de la Institución militar para conseguirlos, que sigue sin dar resultado, pues estos últimos que entregaron estos días, era documentación
Pero todavía se apela únicamente a la voluntad de la Institución militar para conseguirlos, que sigue sin dar resultado, pues estos últimos que entregaron estos días, era documentación repetida e irrelevante para a búsqueda y no se conseguirán sin una firme exigencia. Ellos saben dónde y cómo buscar. Como ejemplo, los Generales que escucharon terribles confesiones de los Tribunales de Honor no los aportaron a la justicia. Y el Parlamento eximió al entonces Comandante Manini Ríos de acudir a declarar cuando lo citaron.
Esa no es la forma. Y el Poder Ejecutivo debiera exigirlo.
Si hay algunas respuestas, es porque el respaldo a esta búsqueda ha crecido entre la sociedad.
La marcha, real y ahora la virtual, condensan esa exigencia por encima de banderas partidarias, generaciones o creencias.
Y es que todos tenemos cabida en esta lucha por Verdad y Justicia. Porque esa Verdad nos pertenece como sociedad.
Y nos necesitamos todos para exigir y respaldar acciones de los tres Poderes del Estado que la develen; esa que sigue oculta en los cuarteles y comandos, en los cuerpos de nuestros desaparecidos.
Ellos resplandecen cada 20 de mayo, iluminan nuestro presente en cada margarita que se coloca, en cada casa, cooperativa o gremio donde se habla, se pinta un cartel o se los recuerda.
La desaparición forzada, el ocultamiento de sus cuerpos, es un delito específico, que se continúa cometiendo cada día hasta que los encontremos o se sepa todo lo que pasó. Un delito mafioso, porque sobrepasa a la víctima y se comete para enviar un mensaje a los demás.
¿A quién va dirigida esa amenaza?
¿A las familias? ¿A los gobernantes? ¿A nuestro pueblo?
¿A quiénes luego de más de 40 años, si no es a la sociedad toda?
Nuevas generaciones nacieron y crecieron con esta impunidad y silencio. ¿Por qué?
Decimos, una vez más, que este delito, mantenido en el tiempo, debe terminar.
Hace un año le acercamos al Presidente, documentos que revelarían la existencia en la sede del Comando de la División de Ejercito I importantes archivos de OCOA, donde figuran operaciones y que presumiblemente podrían aportar datos sobre nuestros desaparecidos. A la fecha no hemos tenido ninguna respuesta.
Estamos convencidos, que ese camino, nos llevará a conocer la verdad, toda la verdad y con ella a reconstruir la calidad de nuestra convivencia democrática.
?“¿Dónde están? No al silencio ni a la impunidad. Memoria, Verdad y Justicia”
Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
(*) foto archivo @gesor.