Por éstas horas está en debate lo que ya se ha venido adelantando sobre lo que dolorosamente iba a llegarse a dar en nuestro país que debido a la saturación de los CTI, en determinado momento iba a tener que tomarse la triste decisión de elegir quien va a ser atendido en CTI y quien llegará hasta cuidados intermedios o en el mejor de los casos a atención en sala de centro de salud, cuando no en su propio domicilio o en un residencial para adultos mayores en caso de estar integrado a uno de ellos.
Y para eso queríamos ir a números que dejan claramente demostrado que en el país quienes están falleciendo y se contabilizan como muertes con Covid-19, no están llegando en su mayoría a los CTI en estos días, donde mucho se habla de la saturación de algunos de los CTI, y para ello nos remitimos a los informes diarios que brindan por un lado el Ministerio de Salud Pública y el SINAE, y por el otro la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) que maneja la cantidad de personas en CTI y la cantidad de camas ocupadas y disponibles.
De esa relación surge que en los 7 días que van desde el 29 de marzo al 4 de abril, según los reportes diarios del MSP-SINAE fallecieron 186 personas con Covid-19, mientras que según los reportes diarios de la SUMI en el mismo lapso, fallecieron 82 personas, es decir que en esos siete días murieron 104 personas, el 56% de los fallecidos, que no llegaron a pasar por los CTI.
Cabe preguntarse, ¿dónde murieron estas 104 personas? Algunas en centros asistenciales, pero no en CTI si no en salas comunes, o en algunos casos puntuales cuidados intermedios, otras personas en sus propios domicilios y otras en hogares residenciales de adultos mayores donde se les asistió hasta el final.
Corresponde indicar que no de ahora, si no desde siempre, pero que sin dudas ahora cobró otra preponderancia por la situación que se vive, existe un protocolo para enviar pacientes a CTI, de acuerdo a la expectativa de vida que tiene, es decir que en este caso si además de haber contraido Covid-19, tiene otras patologías como pueden ser, por ejemplo cáncer, haber sufrido ACV y tener secuelas, ese tipo de pacientes probablemente no sea derivado a CTI de acuerdo a lo que @gesor pudo consultar con médicos en virtud que la expectativa de vida es limitada y por lo tanto se reserva el CTI para otra persona, y eso aunque duela es la realidad que nadie quiere decir y que @gesor entiende que no puede seguir disfrazándose en estos días. Los prestadores de salud, las autoridades mismas de la salud a nivel nacional deberían ser más claras en los mensajes a la gente.
Por eso en la nota que @gesor realizara sobre la preocupación por lo que está sucediendo en hogares residenciales de Mercedes y Dolores, hacía votos para que no se continuara agravando el panorama porque culminaría como lo que sucedió en Fray Bentos y lo advertimos hoy, cuando en un residencial doloreño ya van cuatro abuelos/as fallecidos/as, a raíz del Covid-19 y otros residentes se encuentran en estado complejo de salud, y han fallecido precisamente en el residnecial, porque no van a CTI, entonces es hora de decir las cosas como son, basta de paños fríos o tibios o de querer disfrazar las cosas. Evitemos que nuestros mayores se contagien, porque si les toca, prácticamente no tienen futuro, a eso lo estamos condenando y es hora que se diga crudamente, no de disfrazarlo.