En tiempos de tanto sufrimiento para la humanidad toda, a raíz de esta persistente pandemia del Coronavirus, la Política, con mayúsculas, debe apelar a sus raíces más sentidas, que pasan por el servicio comunitario, es decir, la solidaridad mutua con nuestra gente.
Ello implica priorizar la sensibilidad colectiva, para que no nos resbale el dolor de los que han perdido a seres queridos y nos duela también el hecho de la forma en que murieron esas personas, en la más absoluta soledad. La desesperación de los familiares no puede pasar como si nada, ante una realidad que nos rompe los ojos, porque no es normal y afecta a toda la comunidad, sin distinción de ninguna especie.
Por todo ello, quiero hoy reclamar la responsabilidad de todos para que no seamos hijos del rigor y no esperemos que se nos diga lo que sabemos debemos hacer.
El compromiso además de responsable, debe ser humano, sabedores que no estamos solos y que nuestras malas o buenas actitudes depende la vida de mucha gente. Son muchos más los que quieren vivir y nosotros no podemos ser agentes transmisores de muerte, favoreciendo la propagación de este virus criminal. Si bien estamos viviendo una situación extremadamente preocupante por el crecimiento exponencial de los casos de COVID, existe una esperanza cierta de comenzar a revertir la situación.
Esa esperanza está en las vacunas ya disponibles, pero fundamentalmente ligada a nuestro comportamiento personal y comunitario. Debemos vacunarnos y a la vez, seguir evitando las aglomeraciones, extremadamente contagiosas, manteniendo el distanciamiento físico, además del uso permanente de mascarillas y todas las otras medidas preventivas, que conocemos y no necesitamos que se nos diga, debemos cumplir.
Como edil departamental y recogiendo el compromiso de quienes me votaron, exhorto a todos a actuar como CIUDADANOS LIBRES Y RESPONSABLES, construyendo vida en el combate de esta brutal pandemia que nos está diezmando en todo sentido.
Tengamos presente que este no es un tema de Partidos, ni de Gobierno y Oposición. ES TEMA DE VIDA O MUERTE Y NOS INVOLUCRA A TODOS, SIN DISTINCIÓN DE NINGUNA CLASE. Edil Javier Siniestro.