La Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (FENAPES) se queja por los recortes de recursos económicos a los que fue sometido el sistema educativo. José Olivera presidente de FENAPES en diálogo con @gesor comentó que los cambios impuestos al sistema educativo por la Ley de Urgente Consideración, además de suprimirse los Consejos en Primaria, Secundaria y educación Técnica Profesional donde se “han desarticulado todos los espacios de diálogo y búsqueda de acuerdo y negociación”, también se han impuesto recortes económicos. Y “la presencialidad prometida por las autoridades” para el año 2021 “no es real. No es tal”. Además en el contexto de la situación sanitaria impuesta por el Coronavirus “deberíamos tener grupos más reducidos”, opinó Olivera, pero “tenemos grupos más numerosos. Y en paralelo a esto tenemos profesores en Montevideo y Canelones que no pueden elegir sus horas, siguen desempleados y sin recibir salario”.
Comenzaron las clases con modificaciones importantes para el sistema educativo. ¿Cuál es la evaluación que se hace desde el sindicato?
-“Hay un primer elemento que son los cambios institucionales que introduce la Ley de Urgente Consideración que ya en los hechos está demostrando la fragilidad de esos cambios y lo inconveniente de los mismos. La desaparición de los Concejos lo que está haciendo es visualizarse desde parte de las autoridades un falso concepto de principio de seguridad.
El carácter de análisis colectivo de algunos temas, los diagnósticos, la definición de las políticas, le daba otra perspectiva y amplitud de que hoy estén manejados los sub sistemas de educación por una sola persona que ejerce la Dirección general. Y a eso se le agrega este falso concepto de autoridad en el término de que se han desarticulado todos los espacios de diálogo y búsqueda de acuerdo y negociación que existían hasta el momento.
Esos espacios muchas veces se abrían para construir un diagnóstico más preciso, más preciso que el que quizá pueda hacer la administración que muchas veces tiene fallas y muchos ruidos. Permitía también encontrar caminos de solución a mucho de los temas que se planteaban desde los propios centros educativos, como conocedores de primera línea de lo que allí acontecía. Bueno. Nada de eso está pasando. Con lo cual, lo que a veces advertimos con los cambios que introducía la LUC, los perjuicios que iba a generar esto para el sistema educativo comienzan a visualizarse.
En segundo término hay una combinación muy compleja en el inicio de cursos. Uno es que las autoridades se dejaron estar. Esto no lo decimos nosotros. Recomiendo la lectura de una entrevista que se le hace al Consejero Juan Gabito Zóboli por parte de un importante semanario de la capital en los primeros días de febrero, donde el Consejero dice nos dormimos, nos dejamos estar, pensamos que la realidad iba a ser muy distinta a partir de marzo para el inicio de cursos. Pero parece que no leyeron ninguno de los informes de lo que estaba aconteciendo con la pandemia en el país. Entonces la administración no buscó en tiempo y forma respuestas a problemas que son estructurales y que se agravaban en el marco de la pandemia. Y en se combina con este dejarse estar el recorte presupuestal que opera sobre el sistema educativo a partir de lo que fue la aprobación del presupuesto del año pasado.
Pongo dos ejemplos que son muy ilustrativos: se reconoce en el Parlamento hace pocos días por parte de las autoridades que se recortaron 250 grupos en Secundaria. Esto es barrer con 12 Liceos que desaparecieron de 22 grupos cada uno de un día para el otro. La pregunta que uno se hace es si esta es la situación que tiene el Uruguay en el marco de los desafíos que tiene la educación media y los desafíos que nos instala ahora la pandemia.
El otro caso concreto son los miles de docentes que están quedando sin trabajo o sub empleados producto de este recorte. Sobre todo porque la reducción de grupos ha impactado incluso en que se ha aumentado la cantidad de estudiantes por grupo. Algo perjudicial para los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En un contexto donde deberíamos tener grupos más reducidos, tenemos grupos más numerosos. Y en paralelo a esto tenemos profesores en Montevideo y Canelones que no pueden elegir sus horas, siguen desempleados y sin recibir salario y sin recibir ninguna compensación en cuanto a la Seguridad Social. Bueno es el ajuste estructural en el presupuesto del Estado que se votó el año pasado donde la Educación es uno de los organismos que más va a sentirlos.
Se ha hecho un esfuerzo muy importante por parte de las autoridades por ocultar este elemento, pero la realidad se impone.
Entonces los padres, los estudiantes, los trabajadores estamos visualizando que desde el punto de vista de cambios sustantivos, estructurales de cómo se terminó el año lectivo pasado no tiene muchos cambios. La presencialidad prometida por las autoridades no es real. No es tal. Los Liceos están haciendo rotar a los estudiantes, sea en días o en horarios más reducidos, porque esa es la realidad que tenemos. Falta de funcionarios, falta de espacios locativos, dificultades para acceder a los productos de higiene. Algunos departamentos que están en una situación muy crítica desde el punto de vista sanitario, Rivera, por ejemplo, viene solicitando infructuosamente a las autoridades regresar a la presencialidad en el marco de una situación sanitaria que se agrava día a día en la frontera; y lamentablemente no tenemos respuestas de las autoridades a todos estos planteos”.
Más allá de vacunación contra el Covid-19, algo que llevará su tiempo para medir la eficacia, el 2021 se presenta como un año que va a ser similar al anterior para la educación, donde s deberá realizar una alternancia entre la presencialidad y la virtualidad. ¿Se va a poder cumplir con las metas educativas?
-“Lo virtual tampoco está muy pensado. Porque aquí hubo un relato que apostó a la presencialidad plena, y después se modificó y se habló de un proceso. Pero tengamos presente que ese proceso puede llevar muchos meses, entre otros factores porque va a depender de si se logran refuerzos presupuestales o no para atender algunos temas prioritarios, como lo son los locales, por ejemplo. También el tema funcionarios; son temas claros que implican una mayor erogación para el Estado. En segundo lugar no hay nada planificado en forma sistemática en término de eventualidad, por lo tanto creo que lo que se va a imponer este año será una presencialidad relativa y allí se estará produciendo buena parte del año. Obviamente que después habrá pasar raya y hacer un análisis de lo que acontece durante el año pero no va a haber cambios sustantivos respecto a lo ocurrido el año pasado”.