En 2022 se cumplen 300 años de la creación de la Calera Real, la primera industria del país. La iniciativa pretende revalorizar y rescatar la primera industria del país, mediante un museo junto a las ruinas de la calera real ubicada en la zona oeste de la ciudad, junto al arroyo Dacá.
La Calera Real fue construida en el año 1722, o sea 66 años antes de la fundación de Mercedes, y su producción de cal tuvo como destino la ciudad de Buenos Aires.
El Lic. Aparicio Arcaus, responsable de los museos de la Intendencia de Soriano en dialogo @gesor destacó la importancia que tendría este museo y este proyecto que se pretende desarrollar.
¿En qué etapa está y qué se ha podido avanzar en el proyecto en torno a la Calera Real?
-“Nos hemos reunido con la lic. Elena Laguzzi, directora de Turismo con quien hace ya varios años trabajamos, y en su momento con el prof. Manuel Santos Pírez habíamos empezado a trabajar en el proyecto del Museo de la Industria de Soriano, y que por distintas causas en las diferentes administraciones no se había podido concretar. En esta administración el Intendente Besozzi nos manifestó la voluntad clara de que ese proyecto empiece a caminar y en eso estamos.
Nos reunimos con Elena Laguzzi para aggionar algunas cosas,para ver la parte constructiva, arquitectónica. Actualizar los presupuestos, y quizá alguna modificación que le podamos hacer”.
Un museo que apunta a resaltar la primera industria del país.
-“Tiene dos líneas de acción que va combinadas. Una primera etapa de intervención que será la puesta en valor, en general de todo el espacio de la Calera Real. Resaltando lo que fue la primera industria, las actividades que hubieron ahí. Posicionando a la Calera Real como un enclave geo político fundamental en lo que fue el comercio de la cal, y relacionado tanto con Buenos Aires como con Montevideo.
El primer paso del proyecto apunta a eso. A la Calera Real en sí misma, a ese monumento que tenemos ahí. Después la otra línea que se va a desarrollar que es el Museo de la Industria de Soriano que apunta a mostrar que a partir de la Calera Real y ese primer emprendimiento industrial se fueron desarrollando otro montón de industrias que realmente posicionó al departamento en un muy buen lugar. Los Saladeros, las fábricas de velas, jabón, la cervecería, la fideería. En un tiempo más cercano lo que fue Arinsa, lo que es Pamer. Tratar de recrear todo ese desarrollo industrial del departamento”.
En una fecha muy próxima a los 300 años de aquel emprendimiento inicial. ¿Qué se planifica para el próximo año?
-“La planificación apunta a que para esa fecha ya tengamos esas primeras intervenciones en el predio para que podamos iniciar ese año con el espacio acondicionado, con esa puesta en valor que queremos hacer.
Después se harán actividades que vayan de la mano con la intervención en el espacio que nos permita esa puesta en valor, que sea tomada por la comunidad y que pueda tener la difusión que esa historia merece”.
Para quienes no conocen de historia, aunque sean de Mercedes, la Calera Real, es simplemente un edificio semi derruido, un montón de piedras amontonadas por decirlo de una manera simple. ¿Qué valor tiene eso desde la proyección histórica y patrimonial?
-“Ese es uno de los puntos clave. Recuerdo un trabajo que hicimos con una colega por el año 2013, donde estuvimos indagando en esa percepción que tiene la comunidad local, y un poco más allá de la ciudad. Y lo que tú estás diciendo es así, mucha gente no conocía que pasaba, más allá que es un espacio que cotidianamente se transita. Entonces las estrategias tienen que apuntar a esa toma del conocimiento por parte de la comunidad.
La Calera Real fue, no solamente la primera industria, por su fecha de fundación que ya es un valor en sí mismo, pero en mi opinión personal no es lo único.
El espacio de la Calera tenemos que remontarnos a un momento histórico en que la ciudad de Mercedes no existía ya que se funda en 1788. Entonces tener ya un espacio de referencia en el territorio, previo a la fundación de la ciudad es una cosa bastante importante; y después la industria en sí misma. Lo que significó. Es un espacio que no está ahí por que sí. Sino que quienes la fundaron evaluaron todas las características que tiene el ambiente natural para que un emprendimiento de este tipo pudiera funcionar de una manera óptima.
Evaluaron que hay una topografía adecuada para poner los hornos y aprovechar esa barranca. Había la disponibilidad de la materia prima que es fundamental, la piedra caliza. En todo el entorno se puede ver los asentamientos de piedra caliza, está a la mano. Había buena disposición de leña, otro elemento fundamental para poder producir la cal. Había disposición de agua, otro de los elementos fundamentales, tanto para el apagado de la cal como para el posterior transporte. Había buena circulación de vientos que permitía una buena combustión de los hornos. Entonces hay un montón de variantes que se conjugan en ese espacio para hacerlo óptimo al momento de construir un emprendimiento de este tipo. Y eso lo convierte e lo que nosotros en arqueología llamamos un paisaje cultural. Un paisaje donde las acciones humanas se conjugan con el espacio, con el paisaje natural, para hacer una determinada manifestación cultural. Entonces todos esos son valores que se suman a la calera; y después lo que fue como referencia geo política en el tema del comercio de la cal sobre todo con Buenos Aires”.