En los últimos días, el empresario Bill Gates ha manifestado en una entrevista realizada por un prestigioso medio de prensa que la producción de carne es causante de “un desastre climático que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del Covid-19”, al tiempo que promociona sus empresas de sucedáneos hechos en laboratorio.
Rechazamos estas aseveraciones por temerarias e infundadas, pues no hay evidencia científica que determine tal extremo y tampoco es aceptable que se pueda generalizar ni señalar a la ganadería como causante de tales efectos, mientras se revisan a la baja los cálculos de emisiones del sector, en la medida que se publican estudios más rigurosos.
Las empresas tecnológicas de Bill Gates contratan alrededor del mundo numerosos bufetes de abogados a efectos de controlar, de pleno derecho, el pago de licencias de uso defendiendo la propiedad intelectual y persiguiendo la piratería.
Pero, al mismo tiempo, promociona los productos de empresas de laboratorio que imitan a la carne y de las que es accionista, pretendiendo atribuirse los beneficios y atributos de una industria milenaria, pero denostándola al asociar injustificadamente con un perjuicio ambiental.
Eso es un engaño deliberado al consumidor al llamar carne a un producto que no debe denominarse de esa manera y es por ese motivo que el INAC, respetando la consigna número uno de su Plan Estratégico que determina la defensa de las cadenas de carnes ante la sociedad, envió la propuesta al Poder Ejecutivo que el Parlamento convirtió en ley.
No estamos en contra de ese producto, ni consideramos a estas iniciativas una amenaza. Respetamos a los consumidores que tomen esa opción, pero nos defenderemos de ataques infundados y reclamaremos el derecho de respetar las denominaciones, rechazando cualquier intento de apropiación genérica con el ardid del falso beneficio.
¡Llámenlo como quieran, pero no es carne!
Compartimos algunas manifestaciones del señor Gates en cuanto a la preocupación con la sustentabilidad de los procesos productivos en ganadería y valoramos el reciente apoyo brindado a través de una compra de créditos de carbono a un establecimiento australiano que utiliza sistemas de pastoreo rotativo.
A esos efectos, invitaremos a Bill Gates a conocer el Uruguay, país con más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad. No se puede acusar a un sector generalizando, sin respetar a decenas de miles de productores que de generación en generación han recibido y transmitido un estilo de vida, basado en el legado de cuidar del recurso natural que nos otorgó la naturaleza y que deberemos traspasar de la mejor manera.
Ing. Agrónomo Fernando Mattos
Presidente de INAC
(*) Fuente INAC