En sede del Juzgado Letrado de Primera Instancia de Primer Turno de Dolores, se llevó a cabo la primera audiencia del caso caratulado por el Poder Judicial Hernández Massarino, Carlos Fabián; Pissano Alanís Ruben Fernando un delito de abuso de funciones en caso no previstos especialmente por la ley en concurso formal con dos delitos de lesiones graves agravadas a titulo de dolo eventual; Domínguez Arrúe Angel Sebastián; Quagliata Ferreira Renzo; Acosta Merino Federico Daniel un delito de abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley; la que fue presidida por la Jueza del Juicio Dra. Ximena Menchaca titular de la sede de Primer Turno de Mercedes.
Popularmente se conoce como el caso de la balacera ocurrida tras un control vehicular por parte de cinco funcionarios policiales, los antes mencionados, en el marco de la Fiesta de la Primavera de Dolores.
La Fiscalía Departamental de Dolores estuvo representada por su titular Dra. María Virginia Sigona y las Fiscales Adscriptas Dras. Cecilia Saavedra y Ana Martínez.
Mientras que los acusados Hernández, Pissano y Domínguez tienen el patrocinio legal del Dr. Juan Vicente Morandi, abogado de particular confianza, en tanto que Quagliata y Acosta son patrocinados por los Dres. Julián Goncalvez y Luis Moyano.
Abierto el juicio oral, la Dra. Menchaca tras la presentación de los actores, dio la palabra a la Fiscalía para que presentara sus alegatos de apertura.
Al respecto, la Dra. María Virginia Sigona comenzó ilustrando que en Dolores desde hace más de 60 años se celebra la Fiesta de la Primavera “donde reina la risa, la alegría y la festividad”, para seguidamente comenzar el desarrollo de los hechos ocurridos el 14 de octubre 2018.
En esa ocasión, “la alegría, la festividad, se vio teñida de sangre, de dolor, de sufrimiento, de miedo y temor”, todo ello, indicó Sigona, “generado por los actos arbitrarios realizados por cada uno de los aquí acusados”.
Hizo referencia a lo que calificó de “actuar abusivo de Acosta, de Hernández, Quagliata, de Domínguez, y de Pissano, generó daños no sólo físicos y emocionales que perduran hasta el día de hoy en más de una víctima”.
La Fiscal dijo que será probado en el juicio “con múltiples evidencias que los hechos acontecieron de la siguiente forma” y pasó a narrarlos.
ESCENA 1: EL ROSEDAL
La Dra. Sigona señaló que allí como en toda fiesta tradicional “se realiza aglomeración de personas, en esta oportunidad así aconteció, por eso es que suelen desplegarse operativos policiales tendientes a cuidar, proteger, la vida e integridad física de los ciudadanos. Lastimosamente -añadió Sigona- en este operativo ocurrió lo contrario, hubo un atentado contra la vida e integridad física de los ciudadanos, por parte de los policías, quienes tenían la obligación y el deber de cuidarlos”.
En el marco de ese operativo, recuerda la Fiscal, que el 14 de octubre 2018 patrullaban “distintos móviles policiales por Dolores, inspectores de Tránsito con servicio 222, donde estaba el Agente Pissano, distintos grupos de Investigaciones de Dolores, grupo de funcionarios policiales de Flores y dos furgones con personales del GRT (Grupo de Reserva Táctica), donde estaban Hernández, Quagliata, Acosta y Domínguez”.
Recordó que uno de los móviles era el SMI 1654 “que estaba a cargo del Crio. Olivera, testigo propuesto por esta Fiscalía, el móvil 1661 estaba a cargo del acusado Hernández, en el cual también viajaban, entre otros testigos Eízaga, Hegoburu, Reccioppe, Ríos, que ilustrarán a la sede los aborrecibles hechos acontecidos, y viajaban el resto de los acusados”.
Sostuvo la Fiscal que el GRT responde a un cargo de aspiración para cualquier policía, porque “se trata o debería tratarse, de un grupo donde hay funcionarios policiales capacitados, de elite, donde hay entrenamiento, están preparados, con conductas ejemplarizantes para los demás funcionarios policiales, todos ellos que aspiran a llegar al GRT. El GRT está preparado para situaciones extremas, en este caso sí hubo una situación extrema, pero generada por los propios acusados”.
Cuando la jornada de la Fiesta de la Primavera 2018 estaba llegando a su fin, “próximo a las 5.00 de la madrugada se procedió a realizar un control de rutina del vehículo Toyota matrícula NAF 6670 que estaba ubicado en El Rosedal. Se encontraba estacionado y fuera del mismo estaba la víctima Leonardo Umpiérrez, la novia María José Brown y la amiga Verónica Flores.
Se procede a realizar un control que supuso una exhaustiva revisación del automóvil y de las personas descartándose absolutamente la existencia de drogas, armas de fuego, objetos peligrosos, o cualquier otro indicio de un actuar ilícito”.
Una vez realizada la requisa, los funcionarios de Inspección de Tránsito, “Jorge Aldama, Muslera y Cáceres, también testigos propuestos por esta Fiscalía, proceden a realizar la prueba de espirometría al conductor, a la víctima, Leonardo Umpiérrez, que dio que tenía alcohol en sangre.
La víctima Umpiérrez era una persona pacífica -será demostrado por todos los testigos- y nunca ejerció ningún acto ni de violencia física ni verbal hacia ninguno de los presentes, manteniéndose siempre al costado de su auto, como será reproducido en la cámara de uno de los funcionarios policiales, no se quitaron las llaves del automóvil, cosa que sí ocurre cuando otros conductores manifiestan otro tipo de peligrosidad.
Umpiérrez quedó solo con su novia y con la amiga, mientras los Inspectores de Tránsito continuaban su labor con otros vehículos que se encontraban delante y detrás del automóvil de Umpiérrez.
Ese momento en que quedó solo y a efectos de evitar una multa administrativa, por su miedo a perder el trabajo y licencia de conductor, lo llevó a querer huir del lugar y evitar la falta administrativa. Con las llaves del auto encendió el vehículo y se retiró”.
Indicó que Umpiérrez realizó maniobras que “no dañaron a ninguna persona que estaba en el lugar ni a ningún automóvil, lastimosamente, Hernández desenfundó su arma, para evitar una multa de tránsito comenzó a disparar en dirección a la víctima, múltiples de disparos con arma de fuego, un arma Glock 9 mm. El Agente Pissano sin mediar palabra, comenzó a hacer lo propio. Una herida impacta en el esternón de la víctima quien ya para ese entonces, aferrado a las ganas de querer vivir, ya no quería evitar una multa administrativa, estaba luchando por su vida, huía de los múltiples disparos que efectuaban de forma irracional, desproporcionada, egoísta, Hernández y Pissano, sin importar la vida de nadie de los que estaban allí, ni siquiera la vida de sus propios compañeros y mucho menos la vida de los civiles, tanto mayores como menores de edad”.
Luego la Fiscal hace referencia a que el propio compañero policía, “Rubil, declarará cómo al día de hoy mantiene la bala en su pierna, fruto de los disparos de estos acusados”.
La Dra. Sigona dijo que “la terrible noche que tuvo que vivir la víctima Umpiérrez, quien definió en Fiscalía como una verdadera cacería humana, no terminó ahí”.
ESCENA 2: RUMBO A LA PLAZA
La Fiscal continuó con su relato, “ya herido por los disparos, el móvil SMI 1661 sin Hernández que estaba debajo del mismo, estando Acosta, Quagliata y Domínguez, comienza una persecución del vehículo junto con otro móvil de Investigaciones.
Había que frenarlo, estaba evadiendo una multa administrativa. El auto toma Grito de Asencio una calle sumamente transitada que da a plaza Artigas, allí el móvil 1661 tuvo una idea, meterse a contramano por la calle Agraciada, impactar de lleno contra el automóvil que venía manejando Umpiérrez, sin importar si venían otros automóviles, otras personas, si había civiles, no importaba, había que evitar que Umpiérrez evadiera la multa administrativa”.
Sigona expresó que una vez que choca el móvil policial “contra el automóvil de Umpiérrez, un vehículo que ya tenía varios disparos y del otro lado tenía una furgoneta de grandes dimensiones, se bajan Acosta, Quagliata y Domínguez y sin mediar palabras, sin tener conocimiento de nada desenfundan sus armas de fuego y comienzan a efectuar múltiples disparos hacia la víctima, que con su instinto de supervivencia, sus ganas de vivir, lo llevó a querer volver a El Rosedal. ¿Por qué? Porque allí habían quedado sus dos acompañantes, su novia y su amiga, era lógico que iba querer volver a ese lugar, más luego de la brutal cacería humana que venía sufriendo”.
Al arribar a El Rosedal, añadió la Fiscal, “y como lo declararán varios testigos policiales que estuvieron en el lugar, ya venía con las ruedas en llanta, el parabrisas roto, el auto prácticamente destruido, a paso camino y como queriendo estacionar al cordón de la vereda, nuevamente el Cabo Hernández y el Agente Pissano, había que evitar que evadiera la falta administrativa, comenzaron a dispararle otra vez, varias detonaciones, la gente se corría para evitar impacto de armas, algunos proyectiles que en forma desproporcionada, arbitraria e injustificada, realizaban Hernández y Pissano”.
Señaló que los propios compañeros que declararán ante la sede “les gritaban “basta, por favor basta, nos van a matar a todos”, no alcanzaba, seguían disparando, hasta que finalmente la víctima Umpiérrez se desvanece, cae sobre el volante y va a su auxilio el Crio. Olivera y Echeverría. Abren la puerta, el panorama era horrible, la víctima estaba en un charco de sangre, tenía un ojo perforado, pero llegó a balbucear seis palabras: por qué, por qué, por qué”.
Y concluyó la Dra. Sigona, preguntando mirando hacia donde estaban los cinco acusados, “¿por qué Quagliata?, ¿por qué Acosta?, ¿por qué Hernández?, ¿por qué Pissano?, ¿por qué Domínguez?, ¿por qué Pissano? Hasta el día de hoy la Fiscalía no ha podido darle una respuesta al por qué arremetieron contra la víctima, no obstante, creemos que a través de la Justicia, representada por usted su Señoría, de una sentencia, se le va a dar una sentencia y un bálsamo de verdad sobre cómo acontecieron los hechos y será entonces que estas víctimas podrán cerrar el capítulo del año 2018 que tan grabado tienen.
Preste atención señora Jueza, porque la Defensa va a utilizar una teoría del caso, llena de mentiras y falacias, que va a tender a pretender inducir a error a la sede, diciendo que la víctima Umpiérrez era una persona violenta, que intentó atropellar una persona, que todo se hizo en el marco de un procedimiento policial. No hubo ni un solo riesgo de vida, ni para los aquí acusados ni para terceros, la víctima es una persona pacífica, como va a quedar demostrado con su declaración, como quedará demostrado con la reproducción de la cámara del funcionario policial. No hay un solo aval probatorio de la Defensa que pueda justificar lo injustificable.
Luego de este juicio finalmente vamos a tener que Hernández y Pissano van a ser condenados como autores penalmente responsables de un delito de abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley en concurso formal con un delito de lesiones graves agravadas a titulo de dolo eventual, mientras que Angel Domínguez, Renzo Quagliata y Federico Acosta serán condenados como autores penalmente responsables de un delito de abuso de funciones en casos no previstos por la ley, será así y se hará Justicia”.