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12 de February del 2021 a las 11:19 -
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Dr. Morandi: Nuestros defendidos actuaron ¨haciendo uso legítimo de las facultades que les otorga la legislación, lograron detener a un conductor que era un riesgo para terceros y para propios¨
¨Al final de este juicio, vamos a saber que merced a la actuación policial, se evitó un riesgo eminente, cierto, de ocasionar lesiones o muerte por parte de un conductor ebrio¨; ¨hoy se actúa con el diario del lunes¨

En sede del Juzgado Letrado de Primera Instancia de Primer Turno de Dolores, se llevó a cabo la primera audiencia del caso caratulado por el Poder Judicial Hernández Massarino, Carlos Fabián; Pissano Alanís Ruben Fernando un delito de abuso de funciones en caso no previstos especialmente por la ley en concurso formal con dos delitos de lesiones graves agravadas a titulo de dolo eventual; Domínguez Arrúe Angel Sebastián; Quagliata Ferreira Renzo; Acosta Merino Federico Daniel un delito de abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley; la que fue presidida por la Jueza del Juicio Dra. Ximena Menchaca titular de la sede de Primer Turno de Mercedes.

Popularmente se conoce como el caso de la balacera ocurrida tras un control vehicular por parte de cinco funcionarios policiales, los antes mencionados, en el marco de la Fiesta de la Primavera de Dolores.

La Fiscalía Departamental de Dolores estuvo representada por su titular Dra. María Virginia Sigona y las Fiscales Adscriptas Dras. Cecilia Saavedra y Ana Martínez.

Mientras que los acusados Hernández, Pissano y Domínguez tienen el patrocinio legal del Dr. Juan Vicente Morandi, abogado de particular confianza, en tanto que Quagliata y Acosta son patrocinados por los Dres. Julián Goncalvez y Luis Moyano.

Tras los alegatos de apertura de la Fiscalía, fue el turno para la Defensa de Domínguez, Pissano y Hernández a cargo del Dr. Juan Vicente Morandi, quien sostuvo que desde su perspectiva “este caso puede resumirse con la frase “Con el diario del lunes”.

Seguidamente relató “el 14 de octubre 2018, los imputados Hernández, Domínguez y Pissano, haciendo uso legítimo de las facultades que les otorga la legislación, lograron detener a un conductor que era un riesgo para terceros y para propios.

Lo hicieron mediante el uso de la fuerza, porque no existía otro medio eficiente y porque era estrictamente necesario, considerando el riesgo que representaba el conductor”.

El Dr. Morandi sostuvo que la secuencia “no empezó en la rambla, como acaba de decir Fiscalía en los alegatos en el punto 1, la secuencia empezó en el centro de la ciudad.

Allí Umpiérrez es detectado por personal de Tránsito, estaba orinando con el auto detenido en el medio de la calle, lo van a declarar los oficiales de Tránsito que están propuestos como testigos y algunos de los cuales son comunes con la Defensa. Se bajan los funcionarios, advertido se sube al auto y sale huyendo del lugar, más tarde se coloca detrás, también en el centro de la ciudad, del móvil de Tránsito, le hace cambio de luces, y les empieza a hacer roncar el auto y hacerles marcha adelante y marcha atrás, marcha adelante y marcha atrás, en reiteradas oportunidades y se va.

Luego, es avistado por el primero de los testigos presentado por la Fiscalía, al que también adhiere la Defensa, que es el Oficial a cargo, Olivera.

Tránsito había avisado y dado las señales para identificarlo, Olivera comunica que si es visto este vehículo sea detenido, no en términos jurídicos, si no en el término vulgar, que sea parado para controlar, eso es lo que ocurre y ahí recién nos encontramos en el punto 1 que dice la Fiscalía”.

En ese sentido, el dr. Morandi expresa que se hace el control “determinándose que no se le encuentran armas, tiene 1.33 gramos de alcohol por litro de sangre, se le comunica que se le va a retener el auto y aprovechando un descuido, se sube al mismo, echa para atrás y sale. Había un par de funcionarios delante del auto que se corren, al punto que uno cree en ese momento que ha sido rozado, quien en definitiva resulta que tenía una bala que se sabe después y ahí es donde los agentes Hernández y Pissano, después de dar la voz de alto, tiran para detener a ese vehículo. ¿Por qué tiran para detener a ese vehículo? Porque ya había demostrado estar conduciendo en forma temeraria, antirreglamentaria y riesgosa, para todo ese cúmulo de gente que estaba en el entorno de Dolores en la Fiesta de la Primavera no en las mejores condiciones por el alto consumo de alcohol y demás”.

El Dr. Morandi continúa su relato manifestando que el conductor “se va del lugar y el móvil en el que iba Domínguez y los otros coimputados, salen después de haber escuchado esos disparos y sin tener la menor idea de donde provenían, en persecución de ese auto, que se había dado a la fuga. Lo interceptan, bajan y cuando bajan el vehículo vuelve a retomar la marcha, los esquiva y se va y efectúan un disparo cada uno, creo que uno hace dos, a la carrocería”.

Añade que el vehículo sigue su marcha “y vuelve a El Rosedal donde como se determinará, antes de detenerse, acelera en dirección a policías que había allí en la calle que se corren del lugar y vuelven a efectuar disparos. Ahí sí queda detenido, herido, y es auxiliado por los funcionarios y trasladado en un móvil de Tránsito al sanatorio”.

Recuerda que en determinado momento, “hay un aviso, por handy, por radio, que lo sitúo después que sale la persecución del furgón, donde se comunica “policía herido”, ni los que salen en el furgón saben a que policía herido se refieren, ni los que quedan en la rambla saben si el policía herido no se produjo en el otro evento, pero sí que hay una comunicación de policía herido”.

El Dr. Morandi considera que “después de transcurrir todo el juicio, no sabremos quien ocasionó las lesiones, en qué momento se produjeron, ni de qué arma provinieron, no lo vamos a saber. No sabremos donde impactaron cada uno de los disparos que se produjeron, no vamos a saber si los que provinieron de esta arma entraron al habitáculo, si dieron en la cubierta, si dieron en la carrocería, no lo sabremos. Lo que sí vamos a saber al final de este juicio, que merced a la actuación policial, se evitó un riesgo eminente, cierto, de ocasionar lesiones o muerte por parte de un conductor ebrio, que venía conduciendo temerariamente, lo que de haber ocurrido habría dejado en ridículo a la Administración. Felizmente el diario del lunes no tuvo que recoger esa noticia”.

 

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