Debido a la emergencia sanitaria este enero Mercedes se quedó sin el festival Jazz a la Calle, pero eso no es lo más preocupante, sino que peligra la continuidad de la Escuela de Música impulsada por este movimiento. Horacio Acosta uno de los referentes del Movimiento Jazz a la Calle al dialogar con @gesor catalogó como un panorama “bastante sombrío” el que se presenta para la Escuela de Música. Si bien se abren algunas posibilidades en base a conversaciones mantenidas con la Intendencia y el Ministerio de Educación y Cultura, se debe afrontar una deuda contraída en el año 2020, además de procurar retener en Mercedes a los docentes que se radicaron en la ciudad para dar continuidad al proyecto educativo. Sumado al hecho de que la Comisión directiva ha sufrido varias bajas, por lo que “estamos casi sin gente” para trabajar, comentó Acosta. Aunque de esas conversaciones mantenidas con la Intendencia y el MEC podría avizorarse alguna esperanza para que la Escuela de Música continúe funcionando, “por lo menos sostenerla hasta que pase la tormenta”.
¿Qué sentimientos te genera después de 15 años un enero sin música en Mercedes?
-“Depende de qué lado estemos. Porque si vemos todo lo que está pasando lo del festival no es una cosa tan grave. Porque un festival se puede hacer más acá o más allá. Para nosotros el Encuentro de músicos de enero lo que significa, y por eso el dolor de la pérdida es el financiamiento para la Escuela de Música. Porque la Escuela no tiene visibilidad, por lo tanto no se puede vender propaganda, entonces los sponsors vienen por el festival. Y esa es la financiación más importante.
Es sencillo, nosotros sacamos una cuenta, que obviamente eso varía en cada año, pero en dólares el costo de toda la movida de Jazz a la Calle son 100 mil dólares para el encuentro, y 100 mil dólares para la Escuela para el funcionamiento de todo el año. Y de ese dinero, de parte del Estado viene un 37,5% aproximadamente, y el resto, que es lo más grueso viene de los sponsors.
Qué pasa, se cerró en diciembre el sistema de los Fondos de incentivo cultural, entonces hasta ahora nosotros no podemos salir a ofrecer ese sistema de aporte, que es a través de los impuestos. Aunque eso se abriera, que parece que sucederá ahora, hay que ver qué ganancias tienen la empresas, porque es sobre el impuesto a las ganancias; por lo tanto es bastante sombrío el panorama.
Si bien el aporte del Estado no era tan relevante, en este contexto se transforma en vital. Si a nosotros no nos ayuda el Estado no tenemos posibilidades de seguir.
Igualmente tenemos muy buenas conversaciones, sobre todo de parte de la Intendencia, y aparentemente se va a poder seguir con muchas limitaciones. Tenemos muchísima comprensión de parte de la Intendencia, y si bien no sé si vendrá el dinero, pero con que ese aporte venga en logística ya es bien importante. También tenemos conversaciones con el Ministerio de Educación y Cultura. O sea, estamos en un momento bisagra para ver si seguimos. Nadie quiere que se caiga, nosotros menos que nadie, obviamente, por eso la vamos a pelear hasta el último minuto”.
Durante el 2020 la Escuela de Música tuvo que dejar el edificio donde estaba por no poder afrontar el costo del alquiler. ¿Qué cantidad de profesores tiene la Escuela y significa esto para el mercado laboral, que en ese rubro es bastante acotado?
-“Nosotros teníamos 17 docentes. Ahora nos quedamos con 10, pero muy limitadas la cantidad de horas.
Durante la pandemia redujimos, porque no teníamos posibilidades de pagar más, la cantidad de horas de trabajo, y además por el tema del protocolo sanitario. Durante el 2020 la Escuela funcionó muy acotada. De aquí en adelante no sé qué es lo que va a suceder.
Para nosotros es vital que no se caiga esta Escuela, porque creemos que es única en el país y te diría en la región. Una Escuela que ha tenido reconocimientos internacionales; y que lo más difícil de todo es lograr radicar un docente. Vos podés tener un funcionario que si se te cae uno lo podés sustituir con otro. Pero en estas actividades estos docentes son casi que únicos. Son poquitos en todo el país y la región, y encima que se quieran venir a radicar a Mercedes, a un lugar además donde no van a tener otra opción porque convengamos que en Montevideo con un millón y medio de habitantes por lo menos pueden tener toques en otros lugares y otro tipo de actividades. Pero acá tienen que venir a depender casi exclusivamente de la Escuela. Bueno, se logró radicar a 17 docentes excelentes y los estamos perdiendo de a poco. Esperemos que se solucione la cosa lo antes posible para sostenerlos acá”.
Pensando en el perfil de la Escuela, en el rol social y educativo que cumple, ¿hay posibilidades que a nivel estatal se pueda subvencionar, o financiar, por lo menos transitoriamente este proyecto?
-“Pensamos que sí. Estamos en esas conversaciones. Hemos tenido muy buena receptividad. Lo que pasa es que también el Ministerio, también la Intendencia y las instituciones oficiales están pasando por un momento muy crítico. Entonces hay que ver en qué orden de prioridades nos ponen. Para nosotros es prioridad uno, pero ellos tienen que atender un país no solamente a Jazz a la Calle. Veremos qué resulta de todo esto. Estamos en conversaciones; pero todo eso tiene que concretarse, lleva su tiempo y hay que firmar contratos, comprometerse a cosas.
Además nosotros estamos con poca gente. Uno de los problemas que tenemos es que no se hicieron elecciones en el 2020 por la pandemia y la Comisión está casi desintegrada, porque hay gente que tiene otras ocupaciones. Está bien, un año puede trabajar gratis, pero permanentemente no. Tuvimos algunas desgracias personales también dentro de la gente de la Comisión, algunos lamentablemente tuvieron que retirarse por esas razones, varias personas; entonces está muy menguada la capacidad de trabajo por esas razones. Estamos casi sin gente”.
El mes de marzo está muy cerca como para iniciar el año lectivo. ¿Qué margen hay como para decir este año seguimos? Aunque sea en condiciones especiales, pero que no se detenga la actividad.
-“Creo que en condiciones especiales vamos a poder seguir. Tengo la esperanza que con una ayuda vamos a poder seguir.
Primero que nada hay que cubrir una deuda muy importante, que la ha estado subvencionando la Comisión de su bolsillo, y eso no puede ser.
Estamos con la idea de ampliar el caudal de socios, dentro de lo posible. Sabemos que para todo el mudo está difícil, pero la cuota de Jazz a la Calle es de solo $ 200.
Durante el 2020 se puso una cuota de $ 600 a los estudiantes. En una Escuela que la más parecida que hay en Uruguay está con una cuota de entre $ 8.000 y 10.000. Nosotros estamos cobrando una cuota de $ 600 por estudiante. Creemos que es súper accesible; y entre eso y muchas cositas más esperamos poder seguir, tal vez no a pleno como quisiéramos, pero por lo menos sostenerla hasta que pase la tormenta.
Tenemos una cantidad de proyectos con instituciones internacionales pero tenemos que esperar que pase todo esto”.