19 de January del 2021 a las 14:43 -
Tweet about this on TwitterShare on FacebookShare on LinkedInPin on PinterestEmail this to someone
“Tabaré Vázquez, Tabaré, o el Taba, fue el arquetipo del uruguayo”
Expresó el edil Jorge Cardona (FA)  en la sesión  de la Junta Departamental de Soriano donde se homenajeó al ex presidente.

Un modelo para seguir de superación personal, trabajo, determinación y dignidad. Profundamente solidario, siempre tuvo un extraordinario sentido de pertenencia a los lugares, y causas que le tocó integrar.

Nació en la Teja de un hogar obrero, y desde allí, con una profunda dignidad compartió durante toda su vida, todos los colectivos sociales y causas que le tocaron.

Nunca se fue. Nunca se fue de su barrio con el que mantuvo una pertenencia permanente, durante su vida y mas allá de ella.

Militó en las organizaciones barriales siempre. En el Arbolito que fundó con su barra en 1958, en PROGRESO, nieto de sus fundadores y presidente alcanzó los mayores logros de su historia: remodelar el Parque Paladino, ascender a la A, salir campeón uruguayo, ir a la liguilla y a la copa Libertadores.

Yo llegué a la Teja en 1984, en plena salida de la dictadura y Tabaré era una figura siempre presente junto a sus eternos amigos; los Marsicano, Chonero, Lito, Lirio y Pistola, Pocho Álvarez, Pocho Piqué, Miguel Machado, el querido Jaime Muñoz, y tantos más. Siempre había causas en la Teja. El Comité Unidad, la Policlínica gratuita del Arbolito, el comedor de Progreso, el tablado Tejano, que se hacía con todas las organizaciones del barrio. Y aunque no lo viéramos Tabaré siempre estaba detrás de todas esas causas y obras.

Era aglutinador, referente, líder determinado, consulta por cualquier problema humano o material, La fuerza provenía de la gente organizada, pero él era como una llave para todas las puertas. Que no faltaran médicos o medicamentos en la policlínica, insumos para el comedor, etc.

 

Su sentido de pertenencia y compromiso quizás sean sus virtudes mayores. Eso terminó trasmitiendo aún en las altas tareas que llevó.

El Uruguay que recibió en 2005, estaba cuestionado hasta en su viabilidad como país, y en 2010 ya volvimos a avisar al mundo que éramos un pueblo orgulloso, que lograba cosas mayores a nuestro tamaño.

Personalmente, supe en 1984 que Tabaré iba a ser presidente del Uruguay; me lo dijo Chonero Marsicano acodado en el mostrador del Arbolito, explicándonos sus propósitos y porqué Tabaré Vázquez era una referencia permanente, aunque lo viéramos poco por allí. Ya había trascendido el barrio.

Asumió la Intendencia de Montevideo en La Teja y se despidió políticamente en la Teja.

 Representó a Uruguay, con su nombre de indio, como médico, científico, político y presidente, símbolo de la dignidad de un país chiquito, enfrentando el bloqueo de los puentes, el juicio de la Haya, enfrentando a las grandes tabacaleras, lleno de dignidad y convicción. Militó siempre, en plena dictadura en las causas sociales, en democracia contra la ley de Caducidad, en su mandato contra la impunidad y el olvido habilitando la búsqueda de los desaparecidos, y hasta nos enfrentó a nosotros vetando la ley de Despenalización del Aborto.

Ganó la Intendencia de Montevideo con el Frente Amplio salido de una escisión tremenda, discrepó con Seregni por la reforma constitucional de 1996. Avisó personalmente de su enfermedad y asumió la misma y su soledad en plena responsabilidad de su Gobierno, el cual entregó finalmente en marzo de 2020, y en diciembre se fue, dejándonos su ejemplo de dignidad y compromiso.

 

También tuvo sentido de pertenencia con Soriano, con la Villa, con su barra de pescadores, y siempre empezó sus campañas políticas acá, porque en Soriano le iba bien, y había que empezar bien, decía. Y lo tuvo con los vecinos de Dolores en 2016, cuando dio con claridad luego de recorrer los daños:  Vamos a reconstruir Dolores.

 

Quizás una de sus mayores satisfacciones haya sido cuando el Salón del Comedor de Progreso se transformó en otra causa barrial, un Teatro. Porque ya no había que dar de comer.

El Homenaje que le rinde el C.A. Progreso en la placa que lleva el Teatro en que se transformó el comedor, quizá sea el mejor resumen de su vida de lucha y pertenencia, y dice:

“ENORGULLECIO AL BARRIO Y AL CLUB, LIDERANDO CON LA OBRA SOCIAL, SOLIDARIA, CULTURAL Y DEPORTIVA”

Los uruguayos podemos decir lo mismo de esta persona tan especial y decisiva en nuestra historia, dechado de aplomo, trabajo, solidaridad, dignidad y consecuencia.

NOS ENORGULLECE.

Gracias Sr. Presidente.

(1830)


COMENTARIOS

Quiere comentar esta noticia?

* Campos obligatorios
* Nombre:
* Correo Electrónico:
* Comentario:
* Caracteres
Composite End
WordPress Appliance - Powered by TurnKey Linux