El pasado 27 de setiembre se llevó a cabo el acto eleccionario de las autoridades departamentales para el próximo quinquenio, donde la ciudadanía concurrió a las urnas a expresar su voluntad y elegir libre y democráticamente a quienes dirigirán los destinos del departamento en los próximos 5 años.
Vivimos, una vez más y por fortuna, la fiesta de la democracia, en una jornada que reflejó, como es costumbre, las mejores tradiciones cívicas de nuestro pueblo.
En este contexto quiero felicitar a todos los partidos participantes en esta contienda, a todos los ciudadanos elegibles que se presentaron en cada uno de ellos, candidatos a intendente, a concejales, a ediles, porque todos recibieron en mayor o menor porcentaje, el respaldo de la población.
Es de justicia felicitar muy particularmente al Partido Nacional, triunfante en esta circunstancia, al señor Guillermo Besozzi, intendente electo; a los concejales electos de los 4 Municipios del departamento, a los ediles electos que integrarán este cuerpo legislativo para el próximo período, a los que fueron reelectos, a los que retornarán a la Junta Departamental y a los nuevos que ingresan. A todos estos ciudadanos que conformarán el Gobierno departamental, la mejor de las gestiones en beneficio de toda la población, sin excepciones ni exclusiones.
Pero por encima de todas estas puntualizaciones quiero felicitar al pueblo uruguayo, porque una vez más ha sido ejemplo en el mundo, de cultura cívica y apego al sistema democrático, sistema que debe enorgullecernos y por el cual debemos hacer los máximos esfuerzos por cuidar y preservar.
Quiero hoy hacer referencia a la representatividad femenina en estas elecciones departamentales y municipales.
De 2000 a 2020 la representatividad femenina en las candidaturas titulares a nivel departamental ha aumentado de 4,5% a 15,8%.
A lo largo de la historia de nuestro país ha habido únicamente 3 mujeres intendentas: Patricia Ayala en el departamento de Artigas por el FA, Ana Olivera en Montevideo también por el FA y Adriana Peña en Lavalleja por el PN.
En cuanto a las intendentas electas en las pasadas elecciones del 27/9/20 hubo más paridad que en 2015 pero menos que en 2010.
De los 1752 candidatos para los municipios, 1318 eran hombres mientras que 434 eran mujeres (24,8%)
En 125 municipios del país sólo 24 mujeres fueron electas como alcaldesas, mientras que en 19 departamentos sólo 2 mujeres fueron electas intendentas: en San José y Montevideo, si bien la ley promueve la intervención de las mujeres en la política propiciando su acceso a cargos de poder y su participación en espacios formales en iguales condiciones que los hombres.
La representatividad femenina en las candidaturas a las intendencias y municipios del país no escapa a lo que continúa siendo la norma en las elecciones nacionales y departamentales: la escasa presencia de mujeres en los cargos ejecutivos.
Finalmente si analizamos los resultados en nuestro departamento observamos:
.Ninguna mujer fue propuesta como candidata a intendenta por ningún partido político.
.En los 4 municipios, ninguna mujer resultó electa para ocupar el cargo de alcaldesa.
En cuanto a la integración de la Junta departamental, de los 31 miembros titulares electos, 10 son mujeres, lo que representa un 32, 2%,
Si analizamos por partido, vemos :
PN: de 20 ediles titulares electos, sólo 6 son mujeres (30%)
PC: 3 ediles titulares electos, 0 mujeres (0%)
En cuanto al FA es de destacar la conformación PARITARIA de la bancada de ediles ya que de los 8 titulares electos, 4 son mujeres (50%).
En general las cifras marcan una realidad alejada de la pretendida paridad.
Incluso con una ley de cuotas en vigor, las elecciones de 2019 dejan un pobre 19,2% de representación femenina en el legislativo que situó a Uruguay en el puesto 112 a nivel mundial, según informe de ONU MUJERES y la UDELAR.
Resulta imperativo continuar profundizando en la elaboración de agenda de temas con el propósito de asegurar derechos de las mujeres en lo que a participación política se refiere. Asimismo es sustancial intensificar la mirada hacia la inclusión de la perspectiva de género en los presupuestos públicos. De lo contrario se continuará acrecentando la brecha ya existente en cuanto a oportunidades entre hombres y mujeres.