El diálogo mano a mano de @gesor con el Director Departamental de INAU Soriano, Horacio Perazza, apuntó a cómo ha venido influyendo la situación de pandemia en el relacionamiento intrafamiliar con especial énfasis en el trato de niños y adolescentes. La siguiente es la entrevista con el Director que está actualmente en cuarentena por precaución por haber estado en contacto con un caso COVID-19.
Mucho se habla de la influencia de la pandemia, la situación de encierro, fundamentalmente en los primeros meses y la situación no habitual de convivencia en las familias, generando por lo tanto un relacionamiento fuera de lo que se estaba acostumbrado en lo diario, con mayor contacto entre mayores y niños, ¿ello tuvo repercusiones en lo que tiene que ver con el trato a niños, niñas y adolescentes? ¿Hubo reflejo en las cifras de los servicios que atiende INAU de esos cambios?
“Primero decir que el corte en la presencialidad en los servicios de INAU tuvo una repercusión grande, si bien trabajamos con todos los sectores de la población, en general tenemos prioridad con los sectores de mayor vulnerabilidad y así se trabaja en cada uno de los servicios de INAU a nivel del departamento. Nuestra institución nunca cerró los servicios lo que es relevante, porque siempre tuvieron las familias tuvieron la posibilidad de recurrir ante situaciones diversas como alimentación donde había directivas expresas de apoyo alimentarios en los casos necesarios, manteniéndose el vínculo con la familia y contacto fluido a través de los medios de comunicación que se lograban con las familias. Mantuvimos una red de protección en pandemia, nunca nos retiramos del territorio y reconozco el trabajo de todos los equipos que trabajan en contexto sociales comunitarios en permanente contacto con las familias, generándose una demanda importante de respuesta a las necesidades de las familias y a situaciones.
Por otro lado y en una cuestión más general que tiene que ver con toda la comunidad, sí es real que se disparó en forma importante todo lo que son las denuncias de Línea Azul 0800 5050, eso fue acá y en todo el país. Aun no lo hemos cuantificado en porcentajes, pero hubo incremento muy importante de las denuncias en general a Línea Azul, de maltrato. Eso requirió que el trabajo de la Referente de Vida Libre de Violencia, el SIPIAV, tuvieran una carga importante de demanda de atención y derivación de situaciones que de acuerdo a la complejidad, hasta llegar a las denuncias en el sistema judicial”.
¿Cómo se canalizó ese crecimiento de la demanda de las denuncias, llegaron hasta lo judicial?
“Lo que hacemos es que cuando llega una denuncia derivamos al equipo que trabaja en territorio en el caso que sean familias que están siendo abordadas por algún equipo de territorio o si no a través de los equipos se traslada la denuncia, se hace la intervención, que tiene distintos aspectos. Uno es la constatación de la situación, no todas terminan en una denuncia judicial, hay otras que requieren trabajo del equipo de generar condiciones de crianza que no tengan que ver con el maltrato, eso se logra haciendo un acompañamiento de la situación y trabajando con la familia y cuando son situaciones más graves sí vamos directamente a la denuncia”.
Las denuncias, el incremento más precisamente, ¿se dio dentro de familias de contexto más vulnerable o de todo tipo sabiendo que estas situaciones transversaliza a toda la sociedad?
“En situaciones de abuso y maltrato se transversaliza a toda la sociedad y en esta situación se dio lo mismo. Nosotros recibimos denuncias de todos los sectores sociales normalmente, la Línea Azul, sin tener un estudio previo, adecuado, como debería ser, por lo que uno ver, normalmente la mayor cantidad de situaciones están dadas en sectores sociales medios y el incremento fue muy importante”.
¿En cuánto al abuso sexual también se generaron más denuncias?
“No hemos tenido incremento en las denuncias, sabemos que Soriano está en un nivel alto de situaciones de abuso sexual”.
¿Por qué crees que como sociedad Soriano está en ese nivel, en base a tu experiencia al frente de INAU?
“Hay un aspecto que tiene que ver con la mayor visibilidad de estas problemáticas, a partir del 2004 con el Código de la Niñez y Adolescencia donde se adecúa la normativa a la Convención del Niño y toma los conceptos básicos de ella, con el niño como un sujeto de derecho, cambia el paradigma que pasa a ser de protección integral y eso empieza a generar una mirada diferente hacia la niñez y adolescencia y en la comunidad, una forma diferente de mirar estos temas y quizás lo que hace 30 años no se tenía claro que estábamos ante un abuso o una explotación, con conceptos como el de prostitución infantil que no entra en ningún criterio del nuevo paradigma, no hay una prostitución si no una explotación sexual infantil que son términos y tienen una connotación muy diferentes.
Eso tiene que mucho que ver con que la gente empiece a denunciar, se generan espacios para que la gente denuncie y eso facilita la visualización de la problemática.
Tiene otro componente que es el escolar, que es de los más fuertes que tiene la sociedad y las instituciones, que generaron protocolos, que cuando tienen una sospecha de una situación de esas características, tienen un abordaje que permite visualizar la situación, que antiguamente si un niño manifestaba algo o las conductas de un niño dan indicadores de repente no tenían la mirada que tiene ahora con la capacitación y formación de los docentes que tienen hoy en el tema”.
¿Crees que la juventud ha entendido y vive de una manera diferente a generaciones mayores, el relacionamiento entre diferentes sexos y géneros con mayor respeto y por ende este tipo de situaciones se dan menos que en capas de personas mayores?
“Absolutamente, los jóvenes tienen otra mirada en lo que son las cuestiones de género, diferente a la gente de la edad nuestra en lo que tiene que ver con la sexualidad, de como desarrollarla y eso crea un impacto en una cultura de la que venimos los más grandes, machista, donde el respeto por el otro género sea mujer o cualquier otro, no era tan marcado como es hoy, donde se habilita la posibilidad de diferentes opciones sexuales y de género, lo que impacta y se traduce en estas cuestiones que tienen que ver con el abuso, que si bien es materializado a través de un niño, es el abuso de poder de un ser adulto que somete a otro ser humano a su voluntad y necesidades. En las nuevas generaciones hay un cambio, por un cambio de paradigma, de visión, en la educación, en las instituciones que se han aggiornado a una forma diferente de visualizar estas cuestiones que tienen que ver con el género, con la inclusión social, otros sectores que no estaban contemplados como puede ser la discapacidad que se les dan otra importancia y lugar social y eso habilita a un cambio que tiene una perspectiva diferente desde la comunidad”.