El crimen de Alberto Besozzi dejó varios aspectos para analizar y especialmente a partir de las propias palabras de quienes están al frente de la investigación, tanto la Policía como la Fiscalía, que cuando uno escucha y lee a la distancia y sin que se realicen repreguntas a respuestas que llaman la atención, es realmente preocupante como se manejan determinadas situaciones y somos contestes, que esto no sólo se da en este caso, si no en otros, como ya se ha denunciado también, lamentablemente, y de triste notoriedad como se ha conocido a nivel de violencia doméstica y de género que han terminado con la muerte de la víctima, cuando con anticipación se vienen advirtiendo determinadas situaciones y no se adoptan medidas de prevención para evitar un final trágico.
En una de las audiencias que habitualmente participamos por @gesor, dicho al pasar por uno de los jóvenes a los que uno de los abogados le hacía ver que prácticamente estaba en la cárcel desde que cumplió la mayoría de la edad y tiene 23 años hoy, la respuesta lo deja en claro: "de la cárcel se sale, del cajón no".
¿Por qué hacemos esta referencia? Porque nos vamos a referir a palabras de la Fiscal actuante en el caso de la muerte de Alberto Besozzi, presuntamente a manos de su hermano J.P.B.G. como informáramos detalladamente en notas anteriores.
Por un lado tenemos el acta de formalización donde la Fiscalía Letrada Departamental de Bella Unión de Turno Unico le solicita al Juez la formalización de J.P.B.G.
Del documento surgen elementos relevantes que iremos mencionando y contraponiendo con hechos de la realidad probados tras la muerte, pero que bien pudieron haberse realizado previamente de haber actuado en consecuencia a las reiteradas denuncias aun de una parte y de otra.
Dice la Fiscalía: "Desde hace 45 días aproximadamente, se había realizado el desalojo de J.P.B. de gran parte del campo, manteniendo el mismo aproximadamente 800 hectáreas y el casco y casa de la estancia".
Y seguidamente: "Desde entonces, el fallecido se había venido desde la ciudad de Mercedes a tomar posesión de aproximadamente 4000 hectáreas que pertenecían a él y sus demás hermanos, viviendo allí en forma precaria en una casilla rodante, sin baño y sin servicios".
Un primer apunte, el desalojo surge de una resolución judicial y por ende cuando el fallecido va a tomar posesión de su parte del campo, ya el conflicto está laudado por la Justicia, que falló determinando lo que le que le tocaba a uno y otro, o sea que Alberto Besozzi no fue allí de pesado si no amparado en una resolución judicial, instalándose en una california en la parte del campo que le correspondía a él y sus hermanos.
La propia Fiscalía expresa: "El fallecido tenía un peón que declaró como testigo, que ilustra toda la situación, incluso manifiesta que el imputado ingresaba a la casilla de A. para ver ver si tenía armas, en ausencia del mismo".
Es decir que había un testigo que si la Policía y la propia Fiscalía hubiera consultado en una de esas más de 30 denuncias de los últimos 45 días, estaba denunciando la violación de domicilio por parte del imputado al fallecido y allí pudo haber un motivo para actuar previamente.
A su vez tanto en el acta de formalización como en entrevistas periodísticas, la propia Fiscal del caso reconoce, por un lado "las disputas eran diarias entre ambos, existen no menos de 30 denuncias en la seccional sexta, por molestias, daño, cortes de alambrados, invasión de animales, etc. todo lo que se enteraba a la Fiscal de turno y Juez de la localidad y consta en actuaciones policiales". Debemos señalar que si el desalojo se dio como dice la propia Fiscalía hace "45 días aproximadamente", significa que las "no menos de 30 denuncias" se dieron en ese plazo.
La pregunta surge sola, ¿no llama la atención no menos de 30 denuncias en 45 días? ¿No se creyó necesario actuar desde la Fiscalía para tratar de evitar un resultado que se venía decantando hacia lo trágico en virtud de los antecedentes?
Se podrá decir que las denuncias eran cruzadas, y si había méritos, hoy era preferible tener dos hermanos presos que uno muerto y uno preso, ¿o no señora Fiscal? Como dijo aquel joven, de la cárcel se sale, del cajón no. ¿No hubo negligencia, omisión o como quiera ponérsele a la inacción por parte de la Fiscalía tras ser informada por la Policía? Hoy, sin siquiera comprobarse si el cuerpo es el del desaparecido Alberto Besozzi, se acelera todo para tapar lo que no se hizo previamente para tratar de evitar lo evitable. Hoy las presunciones valen lo que antes no valieron los reiterados avisos que se enviaron uno y otro.
Hablando de investigaciones administrativas a funcionarios públicos, ¿no cree Dr. Jorge Díaz que por aquí valdría la pena iniciar una para profundizar y deslindar responsabilidades si las hubo?