El suplemento Ovación de el diario El País publica un reportaje a Nicolás Barrera. Allí el basquetbolista mercedario habla de su presente, y su historia, expresando "tengo terribles ganas de jugar, pero no es fácil y no puedo perder de vista de que tener un trabajo regular es fundamental".
A continuación reproducimos dicho reportaje.
Los últimos tres años para el mercedario no fueron fáciles. Tras un estudio realizado en octubre de 2009, llegó por reincidencia la sanción de quedar inhabilitado de por vida por un nuevo doping.
La sustancia encontrada tras los análisis realizados por el Centro Médico Deportivo del Ministerio de Turismo y Deporte fue cannabis. Pese a ello, todo cambió y ahora, viviendo y trabajando en Mercedes, con ficha médica en la mano, Nicolás vuelve a tener la posibilidad de hacer lo que tanto ama.
- ¿Ya con la ficha médica en la mano nuevamente?
- Por suerte sí, se demoró pero ya está. La ley que me prohibía jugar era de la época de la dictadura, prácticamente. ¿A algún ser humano se le puede impedir de por vida dejar de trabajar por eso? ¿Y con los que matan o violan? Hace poco asesinaron a dos niños de Aguada y sin embargo los responsables siguen sueltos. Por suerte pasó todo y es historia.
- ¿Esto lo habilita a competir por cualquier estamento?
- Para jugar lo que se me ocurra, de hecho, consultaron por mí cuatro equipos del Metropolitano. Dada mi situación laboral acá, sinceramente no puedo irme. No me sobra nada, pero mi trabajo aquí con las formativas del club (Sandú Chico F.C.) es bueno y no puedo dejarlo.
- ¿Y la próxima Liga?
- Lo mismo. Ojo, tengo terribles ganas de jugar, pero no es fácil y no puedo perder de vista de que tener un trabajo regular es fundamental. No es fácil dejar todo acá. Me siento apto para jugar, tengo 35 años y sé que puedo rendir. Si se da, llegado el momento tendré que estudiar muy bien las situaciones.
- ¿Cómo fue el proceso de habilitación?
- Al principio fue duro pero acepté las reglas del juego. Luego empecé a hablar con gente, me di manija al no poder creer que esto suceda. Dialogué con representantes del Ministerio de Deporte, políticos, diputados, senadores y tuve respuestas de todo tipo. Fueron casi tres años de muchas charlas.
- ¿Se siente arrepentido de lo hecho?
- Profesionalmente sin dudas que sí. Puede haber hecho las cosas de otra manera. Me quede con mucha pena por Unión Atlética que en aquel año había comenzado un proyecto precioso y yo fui el que desarmó todo. Pero como persona, estoy totalmente orgulloso de quien soy, lo bueno y lo malo. Ando por la calle con la cabeza bien alta y soy mucho más que un antidoping del basquetbol. Ahora todas esas charlas y momentos negativos quedaron atrás. Me siento muy feliz.
- ¿Mantuviste el entrenamiento en todo este tiempo?
- Claro que sí, fue una de las cosas que me dio fuerzas para perseguir esta ley hasta mi habilitación. Al inicio por mi conducta estaba muy apenado y me negué. Pero mi vida es el basquetbol, lo juego desde los cuatro años, en mi casa se respira este deporte y todos lo saben bien. Acá en Mercedes se me reconoce por eso, salí campeón a los 18 años en todas las inferiores y defendí al departamento muchas veces. Antes de todo esto yo hacía partidos a beneficio de mi escuela y por intermedio del basquetbol pude también ayudar a mucha gente. Yo soy basquetbol. También aproveche para estudiar e hice el curso de entrenador y me desempeño con ese rol en mi club con el apoyo de los padres de los chicos que sabemos que no es fácil eso con todo lo que me pasó. Por eso repito, estoy orgulloso de la persona que soy y la familia que tengo.
TIEMPO DE DECIR GRACIAS POR EL APOYO
Barrera mostró un gran interés en destacar específicamente a quienes lo apoyaron en sus peores momentos. Por eso, el propio jugador pidió que eso tenga un capítulo aparte en esta historia. "Me gustaría agradecer mucho a quienes brindaron su apoyo, a todos. A mis amigos, los políticos, todos ellos me dieron fuerzas. Y especialmente a mi familia. Con todo esto me di cuenta que es la mejor que me pudo haber tocado y no podría haber conseguido una familia igual".
CON LOS COLEGAS NO HUBO NINGÚN SOSTÉN
Ante la consulta sobre el trato de sus colegas tras lo sucedido, Barrera fue claro: "¿Mis colegas? (risas). Nunca esperé nada. Tengo dos o tres amigos del basquetbol y luego sabía que no iban a aparecer. La gremial de jugadores jamás se comunicó conmigo y yo tampoco con ellos. Prácticamente es inexistente, al menos en mi caso lo fue". Sin embargo, eso no me dolió "para nada. Cuando yo jugaba hacíamos reuniones e iban muy pocos. No tuve otra ayuda más que la de mi círculo cercano".