Montevideo (por Eloísa Font y Gabriela Ibarra). Cáritas Uruguaya realizó la ceremonia de entrega de premios del concurso fotográfico ue convocara para reconocer a aquellas imágenes que capten acciones de solidaridad,reconociendo al autor de la obra y al proyecto o institución retratada. También entregó el premio Cáritas a la Solidaridad, reconocimiento a personas, propuestas o instituciones que, fieles a su compromiso cristiano junto a las personasmás pobres, día a día construyen una realidad mejor.
En ese sentido una de las personas destacadas es Nita Bartel de Viera dijo que para ella este reconocimiento "fue una sorpresa,lo vivido y transcurrido en mi vida, ha sido al servicio del otro, esto fue una sorpresa, una picardía de Soledad (Santos) y Monseñor (Carlos María) Collazzi, se los agradezco muchísimo, porque esta alegría no la iba a vivir nunca. Me ha costado mucho dejar mi puesto y eso que hay que dar lugar a otras personas".
Recordó que se casó con 19 años, "las tías de mi marido eran vicentinas, ya en esa época, ser vicentina era curar las enfermos, ir sobre todo al Cerro de Mercedes donde había mucha pobreza, lavábamos la ropa, y otras tareas que me enseñaron a ser humilde, a ver que la necesidad del otro no es solo lavarle la ropa o darle de comer, es mucho más importante el amor que se le brinda, hacerlo sentir que es alguien importante en la vida. Eso lo fui adquiriendo, a través de la profesión de mi esposo, tuve nueve mudanzas, y en todos lados donde estuve siempre me integré a acciones de servicio".
Tiene una hija, dos nietas, y cuatro bisnietos y "mañana (este miércoles) el segundo cumple 14 años".
Explicó la labor que desarrollan en la capilla Santa Teresita en el barrio Oeste de Mercedes, "tenemos una escuela taller, fue fundada hace 75 años por la Acción Católica y como todas las cosas va evolucionando, antes era para la ropa vieja, y los avances han permitido que ahora haya profesora de Corte y Confección, de Tejido a máquina, hay 14 máquinas, de Tejido a mano, Crochet, lo más importante es el grupo, entre todos nos vamos conociendo y yo sin quererlo, porque nadie me nombró me fui haciendo responsable de la tarea y hasta ahora estoy. Este año, señoras que hace mucho años que están, les agradezco muchísimo que hayan tomado mi lugar, no me retiré del todo, cuando me precisan, voy, Recuerdo que cuando cumplí 50 años de catequista Monseñor Rubio me condecoró y ahora este reconocimiento, debo agradecer".