06 de July del 2020 a las 22:46 -
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Edila Nerina Bionda reflexionó sobre aquella tan sombría democracia del 72
Valoremos la estabilidad del presente y el lugar donde nos encontramos.Dijo durante la media hora previa en la sesión de la junta de este lunes

El interior del departamento existe y late al compás de los acontecimientos buenos y de los otros.

Días atrás, la paz bucólica que vivimos en Cardona se vio conmocionada para los que vivimos en esa comunidad por una noticia que sacudía al país y sobre todo a los más jóvenes oriundos de la zona, en especial a los vecinos del barrio del Hospital.

Resulta que hubo otro Uruguay, dónde un gobierno elegido democráticamente en 1971, había utilizado medidas prontas de seguridad para reprimir agitaciones sociales. Se libró el decreto Nº 566/971, refrendado por los Ministros de Defensa e Interior. Se asesinaron estudiantes, se censuraron medios de comunicación. En lo económico se aplicaron políticas de choque, congelamiento de salarios y precios para frenar la inflación y a pesar de ello, se granjearon el apoyo de jubilados, amas de casa, industriales y comerciantes.

Las consecuencias se verían en el gobierno siguiente.

Continuando, en democracia, aunque cuestionada la transparencia de la elección por los wilsonistas, en marzo de 1972, asume Juan María Bordaberry Arocena, en medio de una importante crisis económica.

Dentro de la sociedad, los civiles organizaron agrupaciones a favor y en contra del gobierno. Así, habían surgido grupos como el Escuadrón de la Muerte, la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), y el Movimiento de Liberación Nacional –Tupamaros (MLN-T).

A este último perteneció un muchacho de Cardona: Nelson Simón Berreta Hernández, trabajador bancario.

En Montevideo, un frío 14 de julio de 1972, fue capturado y torturado. Al querer escaparse de la tortura, esa madrugada ya 15 de julio, esposado, sin armas, fue baleado por la espalda en el tórax y en una pierna, por una bala de subametralladora P45. La orden la dio el Teniente Velazco, hoy fallecido, la ejecución la realizó el soldado Leonardo Vidal, delante del Teniente de Segunda Sosa, el Cabo Alvez y 3 soldados más.

Fue velado en la casa de sus padres y sepultado en la necrópolis local.

En aquellos tiempos, a cuatro meses de haber asumido Bordaberry, el expediente se archivó sin consecuencias para nadie.

El crimen no se indagaría en la Justicia hasta 2011. 

Hoy, 2020, sacude al país y a Cardona, que uno de los indagados fue procesado con prisión.

Lo que ha despertado el interés de los más jóvenes, es el desconocimiento que se tenía en la población de este hecho, como un secreto sigilosamente guardado.

Sale a la luz y asombra, cuando se hacen públicas las declaraciones de nuestro Ministro de Defensa, Javier García, luego de reunirse con nuestro Presidente Luis Lacalle Pou. Desde su investidura del Poder Ejecutivo, declara su preocupación por la decisión del Poder Judicial, aduciendo " la obediencia" y la edad actual del asesino.

La jueza que actuó en el caso, Silvia Urioste dice: "Los mandatos manifiestamente delictivos no son obligatorios, menos en un hecho grave como un homicidio. "Incluso cuando la orden del superior es obligatoria, el subordinado está legalmente habilitado a rechazarla si advierte la manifiesta criminalidad de aquella". Sostiene Urioste: "En otras palabras, cuando lo ordenado es manifiestamente criminal, el subordinado no debe cumplir las órdenes, habida cuenta de que, en las legislaciones modernas, no se acepta el concepto de obediencia pasiva, ciega o absoluta". 

 

Esto es lo que llamamos terrorismo de Estado, en nombre del Estado se violaron derechos que estaban, y están, en la Constitución.

La protesta de aquel joven cardonense, iba en esa línea, en contra del abuso del gobierno sobre sus gobernados, no respetar el derecho a la vida, a la libertad de expresión, a sindicalizarse, a elegir libremente a sus gobernantes, el respeto al hogar como un sagrado inviolable, y todos los deberes, derechos y garantías que están en nuestra Constitución.

Reflexionando sobre aquella tan sombría democracia del 72, valoremos la estabilidad del presente y el lugar donde nos encontramos.

 

Compañero Berreta, haya Paz en tu tumba y cierro con unos versos del poeta francés Paul Eluard:

 "…No toleraste nunca la opresión ni la injuria

 y cantabas soñando con la dicha del mundo,

 soñabas con ser libre y yo te continúo…" 

 

 

 

Edil Frente Amplio - MPP

  

 

(1943)


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