El 27 de junio de 1973 la institucionalidad democrática uruguaya era arrasada por el Golpe de Estado que instauró durante once años y medio la cruel dictadura cívico-militar que signó lo más oscuro de la historia uruguaya.

  El terror fue instaurado desde el mismo Estado conculcando las libertades públicas, encarcelando, torturando, asesinando y haciendo desaparecer, por el hecho de pensar distinto de quienes se entronizaron en el gobierno violentando la voluntad popular emanada de las urnas.

  Ese pasado dejó heridas muy profundas en la sociedad uruguaya: familias quebradas en el dolor, desapariciones forzadas, más de un centenar de uruguayos que tuvieron que partir al exilio, decenas de miles de destituidos, la farsa de la justicia militar y cuantas más cosas que violentaron hasta lo más corriente de la vida diaria como la libertad de expresión, libros, canciones y autores que fueron prohibidos, expresiones culturales cercenadas.

  Defender la Verdad y la Justicia ante lo que provocó el terrorismo de Estado es un compromiso ante los Derechos Humanos. Es también la construcción del futuro de las nuevas generaciones, para que nunca más a trasnochados se les vuelva a ocurrir intentar repetir tan crueles situaciones.

  A 47 años de ese 27 de junio nuestra reafirmación en la defensa la institucionalidad democrática.

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