Nuestra sociedad se ha visto sacudida por la noticia de formalización de una persona por cometer uno de los actos más dolorosos y condenables: el abuso sexual a una niña.
Nuestro Partido y nuestra Junta, también se vieron sacudidos, porque era un edil integrante de ambas colectividades.
No voy a redundar en lo formal y legal. Ya está todo dicho.
Hoy mis palabras, si bien no me puedo desprender de mi calidad de Edil, son desde mi lugar de madre y abuela.
Esta niña tenía una familia. Y entendemos que la familia es el ámbito donde la persona, se siente cuidada, aunque no existan lazos de parentesco.
Qué se hace en la familia? Se trasmiten valores, se brinda afecto, comprensión, contención, y se respeta a cada uno en su individualidad.
En este caso, todo esto no existió. Fue traicionado. La niña fue vulnerada en sus derechos fundamentales, el daño y las marcas emocionales que queden, no serán fáciles de quitar.
Quiero dejar muy claro mi rechazo y enérgica condena a este acto repudiable.
Mi compromiso, de trabajar sin descanso para la erradicación de estas prácticas, que violentan a niñas y niños por parte de quienes los debieran proteger.