El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, se reunió con los expertos que integran el Grupo Asesor Científico Honorario, Rafael Radi, Fernando Paganini y Henry Cohen, este jueves 21 en la Torre Ejecutiva. Este grupo fue designado el 16 de abril para brindar asesoramiento científico de calidad y comparado con la experiencia internacional, a fin de asistir a la toma de decisiones gubernamentales. Cuatro pilares rigen su trabajo desde la cuarentena voluntaria hacia la “nueva normalidad”: progresividad, regulación, monitoreo y evidencia.
El equipo incorporó un conjunto de expertos colaboradores que, hasta ahora, suman 55 personas. Además, otro grupo de investigadores y académicos se conectan a través de ellos al Grupo Asesor Científico Honorario.
“Constituimos dos grandes áreas de asesoramiento: salud, que coordina Henry Cohen, y ciencia y tecnología de datos, que coordina Fernando Paganini. Entre ambas hay sinergia, comunicación de saberes y trabajo interdisciplinario. Se estableció una secretaría técnica, que lleva adelante la coordinadora de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología, Silvana Ravía”, relató Radi.
El grupo primario se reúne con el Gobierno una vez por semana, instancia llamada “grupo de transición uy”, en la que participa, entre otros, el titular de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie.
Los asesores tienen amplio diálogo con las academias de ciencias y medicina, las universidades de la República (Udelar) y ORT y los institutos de investigación que trabajan activamente para enfrentar la pandemia, como el Pasteur y el de Investigaciones Biológicas Clemente Estable. También se vinculan con instituciones del Estado, como el Ministerio de Salud Pública, el de Educación y Cultura, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, la Agencia del Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento (Agesic), el Instituto Nacional de Estadística y la Intendencia de Montevideo, entre otros.
Los reportes generados se envían en forma semanal o quincenal al Poder Ejecutivo. “No tomamos decisiones de gobierno”, aclaró Radi. “Los terrenos de acción están claramente delimitados y la toma de decisiones, una vez que nosotros tomamos la evidencia, es de estricto dominio del Gobierno nacional”, agregó.
Cohen, en tanto, explicó que el grupo enfocado a la salud tiene como objetivo trazar una estrategia general de apertura progresiva, regulada, constantemente monitorizada y, en lo posible, basada en la evidencia, que busque el equilibrio entre algunos elementos centrales, como el control y el manejo óptimos de la enfermedad en forma individual y colectiva y el restablecimiento del funcionamiento en el tránsito hacia la “nueva normalidad”.
Con estos lineamientos, en el área médica decidieron la creación de otros grupos: el biomédico, coordinado por el profesor de estadística Enrique Barrios; de atención primaria, coordinado por el profesor de neurogeriatría Gabriel González; de especialistas, encabezado por el otorrinolaringólogo Hamlet Suárez; de intensivistas, liderado por el médico intensivista Javier Hurtado, y el de asesoramiento de medicina legal y derechos humanos, coordinado por el forense Guido Berro. Con reuniones semanales, estos equipos elaboraron informes destacados por su profundidad y seriedad.
La comunicación con autoridades nacionales también fue valorada por el grupo principal, en especial con el Ministerio de Salud Pública (MSP) y su titular, Daniel Salinas.
Paganini describió el trabajo del equipo que encabeza, dedicado a herramientas informáticas para ayudar a combatir la COVID-19, los modelos matemáticos y estimaciones sobre la epidemia. La estructura de colaboradores incluyó a 20 personas de diversas organizaciones. El profesional mencionó a los integrantes del grupo coordinador principal del área: Javier Barreiro, de la Agesic; María Inés Fariello y Federico Lecumberry, de la Udelar; Andrés Ferragut, de la ORT; Juan Gil, del MSP, y Ernesto Mordecki, de la Academia de Ciencias.
El primer grupo formado, denominado Datos para la vigilancia epidemiológica, trabajó sobre cuáles son los esfuerzos tecnológicos para mejorar los sistemas informáticos del MSP para el seguimiento de casos. Una segunda área, Movilidad y aplicaciones informáticas, para el monitoreo de la movilidad de personas. La tercera área, Modelos y proyecciones, utiliza modelos matemáticos y estadísticos para medir la tendencia de los contagios y proyecciones de impacto en la salud. Muestreo y análisis estadístico, el último grupo mencionado, evalúa fenómenos no observados, como cantidad de asintomáticos o niveles de contacto social, a partir de estudios o encuestas.
Distanciamiento físico sostenido es la medida recomendada por el Grupo Asesor Científico Honorario
Radi concluyó que existe un relativo control de la pandemia en Uruguay, con un nivel de contagiosidad muy bajo. Por ejemplo, por primera vez desde el inicio de la pandemia se computan doce días seguidos con menos de diez casos activos reportados. “La situación hoy se califica como de relativo control, pero se puede descontrolar rápidamente por la contagiosidad del virus”, advirtió.
Todas las actividades que se habiliten en próximos días requerirán monitoreo y seguimiento estricto, acompañados de testeos focalizados y aleatorios, con estudio de modelos predictivos para prever el avance de la enfermedad y los requerimientos del sistema de salud. En este sentido, subrayó que el área educativa fue analizada por el grupo con las herramientas elaboradas por los distintos científicos para concluir en un informe que servirá de insumo para las decisiones del Gobierno.
La apertura progresiva del funcionamiento de la sociedad conlleva riesgos de incremento en los contagios, observado en otros países. Por tanto, la única estrategia sustentable para el país es evitar los contagios y, para esto, la herramienta más potente es el distanciamiento físico sostenido, consideró Radi. Esta medida forma parte de un conjunto de acciones, como el uso correcto de tapabocas, la higiene personal y ambiental, la ventilación de espacios cerrados y los tiempos de exposición acotados, complementó.
Recomendó un distanciamiento físico de dos metros entre dos personas de pie, cinco metros mientras se camina y diez a veinte metros cuando el desplazamiento es en bicicleta. “Esta es la estrategia más potente para impedir el contagio y mantener los niveles de infección bajos mientras se sigue avanzando en el proceso de transición a la “nueva normalidad”, concluyó el científico.
Si se mantienen estas medidas, Uruguay será confirmado como uno de los países de mayor solvencia en el proceso de salida de la emergencia sanitaria mundial. “El correcto desempeño de toda la población en los próximos días, semanas y meses en relación a este concepto de distanciamiento físico sostenido nos podrá dar como comunidad una mejor posibilidad; esta es la medida que hoy el Grupo Asesor Científico Honorario quiere focalizar con mayor intensidad”, finalizó Radi.
En respuesta a una consulta de un medio periodístico, Cohen remarcó que Uruguay tiene poco nivel de contagios, pocos pacientes, pocos internados, actualmente solo cuatro en centros de tratamiento intensivo (CTI) y pocos fallecidos, “aunque cada uno de ellos duele”, aclaró, y un nivel de intercambio científico local e internacional muy importante.
“Sabemos que los niños se enferman poco, levemente y transmiten poca la enfermedad. A eso le sumamos que las experiencias internacionales en los países donde cerraron las clases no pudieron demostrar que fue eficiente para disminuir los números de casos”, indicó, y expresó que los que las siguieron tampoco pudieron demostrar que haya sido contraproducente.
En tanto, Radi dijo que la dinámica de transmisión y la contagiosidad de los niños es un tema debatido y complejo y que la mejor evidencia disponible hasta la fecha es que el impacto del cierre de las escuelas sobre el desarrollo de la enfermedad es muy bajo.
“Nosotros nos focalizamos en la dinámica de transmisión en niños y podemos decir que no es igual a otras enfermedades altamente contagiosas, como puede ser la influenza. Se abre un escenario de relativa tranquilidad para reabrir los espacios educativos, basado en los pilares de progresividad, capacidad de regulación, monitoreo permanente y evidencia científica”, sostuvo.
El experto advirtió que preocupa la posibilidad de hacinamiento porque la cercanía y los tiempos de exposición son la forma natural de descontrol de la enfermedad. En ese sentido, valoró las acciones que se toman desde la comuna capitalina en aumentar el uso racional de espacios públicos abiertos, es importante porque a nivel mundial el 99,5 % de los clústeres (agrupación de casos en un área dada, en un período particular) de infecciones se da en lugares cerrados. “Estimulamos el uso responsable de los espacios abiertos y públicos”, remarcó.
Paganini afirmó que se trata de ver la secuencia de casos, estimar la tendencia y realizar proyecciones a futuro. “Solo con el monitoreo sabremos el impacto que tendrá una reapertura de las escuelas, como se hizo en el sector de la construcción. La parte de monitoreo y medición por ahora viene tranquila, así como la tendencia de la enfermedad”, resaltó.
Radi aclaró que el Grupo Asesor no fija las actividades que se reabren, sino que resalta los elementos del control del contagio, que son el distanciamiento físico, el recambio de aire y la ventilación, el tapabocas bien utilizado y los tiempos de exposición cortos. “Mi riesgo de infectarme de alguien que está infectado se reduce mucho si mi tiempo de exposición es corto. Los grandes clústeres de infección se dan en zonas donde hay gran carga viral, fiestas, reuniones y domicilios”, dijo. “Las escuelas se deben medir estrictamente en corto y mediano plazo y con acoplamientos cada quince días para medir el proceso. Ese es un punto importante para la expansión de otras actividades”, acotó.
En tanto, Cohen recordó que entre los 14 niños que se enfermaron no hay ninguno menor de 5 años. “Los efectos positivos del cierre escolar son por lo menos discutibles, pero los negativos son indiscutibles”, aseguró.
Radi indicó que en la primera reunión del grupo en Presidencia se planteó que la frontera con Brasil es muy punto débil para el control epidemiológico y que, a medida que se abran las fronteras y los viajes, hay riesgo de introducción o aumento de la carga viral que viene de afuera. “Con eso debemos convivir y requerir adaptaciones sostenidas. El monitoreo de frontera tiene que ser enfatizado y aquellas ramas de actividad que pueden comenzar e impliquen tránsito de trabajadores deben ser monitoreados a diario. Es un problema que no nos podemos sacar de arriba como país. En Río Grande do Sul, que de Brasil no es la peor parte afectada, vemos en forma real dónde están los casos”, agregó.
Paganini detalló que de los casos confirmados en Uruguay un 15 % son asintomáticos y fueron encontrados por contacto con alguien que resultó positivo.
Radi destacó que para el relativo control de la pandemia fue importante el desarrollo de tests virológicos hechos por el convenio entre la Udelar y el Instituto Pasteur, que ese mismo consorcio ahora desarrolla tests serológicos con todas las garantías de control de calidad, y que se debe elegir el momento epidemiológico para usarlos y el trabajo de secuenciación del virus realizado entre ese consorcio conjuntamente con el Instituto Clemente Estable.
Cohen advirtió que el invierno es un motivo de preocupación porque aumentan las infecciones respiratorias y que la campaña de vacunación ha sido exitosa, lo que se transforma en un aporte importante. En otro orden, reiteró el concepto de que lo esencial es mantener distanciamiento físico sostenido en todas las actividades humanas para disminuir los riesgos.
Radi aseguró que una buena parte del éxito del control relativo de la pandemia tiene que ver con que hubo una detección precoz de un foco y con el correspondiente apagamiento, sumado a que se vivieron muchos meses de buen clima, un comportamiento de la población muy correcto. “Si hay otros elementos que tienen que ver con la respuesta inmune, no tenemos datos para afirmar. Sobre el consumo del mate no tenemos ningún dato”, dijo.
“Lo fundamental ha sido la detección precoz, el aislamiento de casos y que las condiciones sanitarias y del sistema de salud nacional son buenas. Tenemos que superar los meses del invierno con la pandemia controlada. El gran esfuerzo tiene que ser lo que resta de mayo, junio y julio y ver cómo estamos en agosto. Esto es como estar jugando un partido en la altura de La Paz aguantando el 0 a 0. Estamos bastante contentos, pero nos pueden golear en tres minutos. No aflojar en las medidas y saber como sociedad que, si vamos a caminar a nuevas reaperturas, la única forma es evitar el contagio. Debemos superar estos meses y volver a conversar cuando termine el invierno”, enfatizó Radi.
Informe del Grupo Asesor Científico Honorario
(*)Fuente: Comunicación Presidencial.